𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒

𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐎𝐍𝐄

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Eunsan ; Strawberries tea.
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Dongmin atendía, como cada mañana, la cafetería de un viejo amigo, Baekhyun. Él le había dado trabajo ya que su situación económica no era la mejor, debido a que tras la muerte de su padre, su madrastra se había quedado con todo y jamás le dió ni un centavo. Pero no le importaba, era feliz viendo a aquel joven de cabello rubio pasar por la puerta para tomar su típica orden.

( Té de fresas. )

Pensó. Aquel gusto tan extraño del menor le parecía interesante y llamativo, poca gente lo pedía, por no decir que nadie en esa cafetería bebía algo como eso, después de todo, era una cafetería. Lo observó cruzar la puerta con diversas hojas y libros, parecía tener mucho trabajo por delante, de modo que preparó el té anticipadamente y también un pequeño trozo de pastel de fresas con chocolate y crema, el pastel que más amaba su madre ya fallecida. Se acercó y lo dejó sobre la mesa, causando una sonrisa por parte del menor, quien lo miró por medio de sus anteojos.

— Siempre sabes lo que deseo. — Rió para luego observar el delicioso té sobre su mesa. No importaba no conocer el nombre del otro, la confianza para tutearse estaba presente.

— Siempre pides lo mismo y para mí es un placer ser quien te atienda. — Sonrió.

— Gracias. — Dijo y bebió un poco de su té.

— No hay de qué. — Satisfecho, se alejó, dejando al menor con su té y su trabajo.

Podía ser muy cerrado aquel joven, casi no hablaba con nadie y siempre estaba solo, parecía no gustarle la compañía ni mucho menos la atención en demasía. Pero apreciar desde lejos aquella belleza no estaba prohibido, podía verlo cuanto deseara sin que él rubio lo notara, podía mantener su amor en secreto, un secreto que quedaba entre él y el delicioso té de fresas.