𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒

𝐅𝐎𝐔𝐑𝐓𝐘

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Eunsan ; Elemental, mi querido
Watson.
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Sanha salió de su departamento tallando sus ojos. ¿Por qué Dongmin lo llamaba para trabajar a altas horas de la madrugada? Bufaba a cada paso mientras maldecía en voz baja, era invierno y las calles de Londres estaban repletas de nieve, desearía seguir calentito en su cama mientras trataba de conciliar el sueño. Llegó a su pequeña oficina la cual compartía con Dongmin, era un pequeño negocio pero tenían muchas peticiones y ganaban lo suficiente para ambos. Tocó la puerta y después de un rato de oir al mayor quitando candados y pasadores, por fin se abrió, dejándolo pasar al pequeño local. Se quitó su abrigo y lo colgó. El fuego ya estaba encendido y Dongmin no llevaba su típica vestimenta de detective. ¿Por qué entonces lo había llamado?

— ¿Qué clase de trabajo es qué me llamas a esta hora? — Se quejó el rubio, sentándose en uno de los sofás. — Hace frío afuera.

— Hubo un robo. Para ser especifico, robaron un corazón. — Dijo el peli-negro con total seriedad.

— Bien. Abriguemonos nuevamente y vamos al lugar del crimen. — Dijo Sanha y volvió a ponerse de pie, para así colocarse su abrigo. Tomó el de Dongmin y se lo extendió.

— Gracias, Sannie.

Ambos se dirigieron al auto del mayor y este condujo hasta un parque. Sanha veía confundido el lugar, se esperaba ir a un forense o a algún cementerio o quizás a un callejón vacío y desolado con mucha oscuridad. ¡Pero no un parque! ¡Ahí hay mucha gente y no tenía ningún sentido que alguien en su sano juicio robara un corazón! Además de que nadie iba tan tarde en invierno a un parque, sólo Lee Dongmin y él, porque debía acompañarlo. ¿Cómo pueden robar un corazón ahí? Dongmin detuvo el auto en una orilla.

— ¿Es aquí? — Preguntó confundido.

— Sí, cien por ciento seguro. — Dijo el mayor y bajó del auto con una sonrisa.

— ¿Y no crees que pudieron jugarte una broma? — Chilló — Agh, ya se fue.

Bajó del auto y se acerco al mayor, quien estaba parado justo bajo un viejo cerezo. Aquel cerezo había sido el lugar donde se conocieron, cuando él por accidente estrelló su bici contra el árbol, asustando al mayor, quien leía un libro de Sherlock Holmes. Ese día ambos comenzaron a hablar sobre las aventuras de aquel hombre y su acompañante, Watson, y además intercambiaron números. Desde ese entonces se veían seguido hasta que fueron a la universidad, decidieron estudiar criminalistica y pronto abrieron aquel pequeño negocio tan concurrido.

— Eunwoo, es un lugar raro para haber robado un corazón. — Rió, negando con su cabeza.

— Puede ser, pero aquí fue, hace diez años. — Rió. — Cuando yo tenía diecisiete, un chico de cabello castaño casi me mata con su bici justo en este árbol. Pero no lo hizo, lo que hizo fue robarse un corazón... El mío. — Volteó a ver al menor y este se lanzó en un abrazo hacia él. — ¿Te quedarás con él o me lo devolverás?

— Me lo quedo. — Dijo seguro, sintiendo el aroma del mayor. — Y tú te quedarás con el mío, porque también cometiste el crimen de robarlo.

— Te amo, Yoon Sanha.

— ¿Enserio? — Levantó su rostro, viendo al peli-negro.

— Elemental, mi querido Watson. — Rió y besó la frente del menor.

— También te amo, mi querido Holmes. — Esta vez los labios del mayor se posaron en los suyos, creando un beso dulce y perfecto para ambos.

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Lo sé, malísimo, pero no estoy de muy buen humor hoy :c. Lo siento.

Muchos besos :3

Bye❤.