Capítulo 4

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Me despierto, cuando siento la claridad pegando en mis ojos, los abro lentamente, tratando de orientarme.

Me incorporo en la cama, frotandome la cara. Y miro a mi alrederor.

Mi hogar.

Mi cuarto.

Está tal cual lo dejé, frente a mí está la mesa de noche pegada a la pared, con unos libros apilados bien ordenados, cuando miro a la derecha, está mi closet, aún con ropa de las que deje antes de irme, abajo también hay zapatos, me pregunto por qué mamá no los regaló, deben de estar dañados a estás alturas y ni hablar de la ropa debe de quedarme chica.

Estiro el cuerpo y bajo de la cama, voy directo a la ventana y corro las cortinas, la vista es hermosa. Nunca olvidé ésta vista aún en mis sueños la recordaba, cómo olvidarla, el pasto, los arboles, los animales detrás de la serca...

Hay algo más, por la arbolada, casí tampondola por completo, sólo puedo ver las ventanas de la segunda planta, podría decir que dónde estaban las habitaciones, algo que no recuerdo haber visto antes, es una casa, pero es pequeña, estilo cabaña.

Me propuse ir allí más tarde, quería saber quién vivia allí. Quizas es la casa nueva de mi nana Greta, ella vivió y sirvió, aquí por muchos años tal vez mis padres la ayudaron a mudarse allí.

Saqué toda la ropa de mi equipaje, e inspeccioné el closet, saqué algunas ropas y zapatos que me quedaban chicas, algunas aún me quedaban bien, así que decidí dejarlas ahí para pinermelas de diario.

Una vez arreglado todo me duché y me vestí, ya lista decidí bajar a desayunar.

Mis padres ya me esperaban sentados.

El primero que alzó la vista fué papá con una mano en el periódico y otra sosteniendo una taza de café.

—Buenos días cariño— me acerco y lo abrazo.

—Buen dia papá, mamá— voy hasta ella y le doy un beso en la mejilla.

—Buenos dias hija, espero que hayas dormido y amanecido bien— dice con una sonrisa.

—De hecho sí, dormí bien—confirmo— más tarde iré a visitar a Greta en su cabaña, no la he visto desde que llegué.

Mamá mira a papá, y después los dos me miran extrañados.

—Puedes verla aquí mismo cariño está en su habitación, la misma de siempre.

Ahora soy yo, quién los miró estrañada.

—Pensé que vivía en la cabaña que está por la serca— digo frunciendo las cejas.

Mamá me sonríe.

—Oh no cariño, es la casa de Jared— cuando escucho su nombre mi corazón no pudo evitar saltar.

—¿Desde cuándo vive ahí?— pregunto con curiosidad.

Papá me mira por encima del periodico.

—Tiene un tiempo, es un excelente capataz, así que, lo ayudamos con su mudanza.

Alzo las cejas.

En realidad, no sé por qué me sorprendió aquello. Mis padres siempre han sido considerados, con aquellos que se lo merecen.

—¿Capataz?— pregunto, sin darle importancia al hecho, de que quiero saber más de él.

—Howard dice que es capataz, pero en realidad él hace de todo— esta vez habla mamá, alzando la vista de su tablet y refiriendose a papá como Howard.

Amor Sin Rodeos© (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora