Capítulo 12

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Los siguientes días fueron pasando así, la cenas con esas personas se acercaba, y aparte solo veía a Jared de lejos y muchas veces procuraba que no me viera.

Otras veces lo veía sonriendo con Juanita, ella le llevaba limonada cada que tenía oportunidad.

Cuanto hubiera deseado que esas sonrisas, fueran para mí.

Una tarde de esas iba a saliendo con Grace al pueblo, y nuestros ojos se encontraron, fué solo un instante pero lo sentí, sentí esa conexión, y sé que él también, Juanita siguió su mirada y yo bajé la mía inmediatamente.

Lo último que quiero es interponerme en sus caminos y mucho menos un escandalo de parte de ella.

Por otro lado, no le dije nada a Grace, ni lo del beso, ni mucho menos los gemidos que escuché esa noche.

Lo del beso tenía que dejarlo atrás, si Jared lo estaba haciendo yo también lo haría.

Y los gemidos, bueno son cosas de ellos, y en eso uno no puede meterse.

Me encontraba en mi habitación leyendo un poco, cuando alguién toca la puerta.

—Adelante— digo.

Juanita entra por la puerta, y me incorporo en alerta.

¿Será que se dió cuenta lo que pasó con Jared y viene a rendir cuentas?

—Vengo a depolvar un poco señorita, Samantha— dice, entonces me doy cuanta de los utensilios que tiene en las manos para desempolvar; trapo, spray y el plumero de lana, ese que vemos en las películas.

—Disculpe por venir a estás horas, es que apenas terminé con las otras habitaciones.

Ella cree que me enojaré por eso, podría estarlo por otra cosa, pero en realidad ni siquiera por eso debo estarlo, ella no tiene la culpa de que su novio, me traiga loca.

—No te preocupes— le digo tranquilizandola— entiendo.

Ella solo asiente cabizbaja.

—Saldré un momento en lo que terminas— digo.

Ella asiente otra vez.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras.

Es mejor salir, porque conociéndome, empezaré a hacerle preguntas de su noviazgo con Jared y eso no se vería tan bien que digamos.

Cuando llego a la sala de estar Grace está sentada en el sofa con su teléfono.

Alza la vista cuando me escucha llegar.

—Hola primor— saluda— ¿quieres montar?

La observo un momento pensativa.

—¿Montar?— pregunto, en realidad no suena mal, necesito aire fresco para distraer mi mente.

Grace asiente.

—Sí, sólo serán unas cuantas vueltas por el rancho.

Asiento.

—Está bien, vamos.

Salimos de la casa y nos encaminamos directo a las caballerizas.

Entramos y vamos directo a la cuadra donde están nuestros respectivos caballos.

Grace mira alrededor, deduzco que buscando a alguién para ensillarlos.

—Grace— le digo— podemos ensillarlos nosotras mismas no tenemos...

—Ahí está Jared— dice interrumpiendome y señalando la entrada trasera.

Jared entra con Hera, y mira hacía donde nos encontramos, entonces nuestros ojos conectan.

Amor Sin Rodeos© (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora