Capítulo 18

1.4K 115 2
                                    

Una vez cruzada la cerca, miro para los lados preocurando no ser vista y voy rumbo a la puerta, giro el pomo de ésta, como de costumbre está sin seguro y entro.

La sala está en penumbras, ni siquiera está la luz tenue que estoy acostumbrada a ver cuando entro y eso me indica que Jared tampoco está en la sala.

Miro todo detenidamente, y luego miro las escaleras, núnca e subido y estoy dudosa, no sé si le gustaría que lo hiciera.

Voy hacía ella con pasos cauteloso, debe de estar arriba o si no, ¿dónde más estaría?.

Decido subir, uno a uno voy subiendo los escalones, mi corazón retumba en mis oídos y mis manos sudan, no sé por qué estoy tan nerviosa, quizás porque pienso que, puede estar molesto por lo que vió.

Niego tratando de alejar esos pensamientos, no puede estar molesto por eso, ni que hubiera hecho nada malo.

Una vez arriba veo el pasillo y varias habitaciones a los lados y debo decir que para ser una cabaña pequeña es espaciosa y aquí arriba lo es aún más.

Miro las habitaciones, pero me decido por abrir la que sé que puede estar de frente a la mia.

Estoy lista para tocar, pero cuando subo mi brazo para hacerlo, me freno.

¿Y si no quiere verme? ¿y si me hecha y toma esa absurda idea de que me vió con el señor Hudson, para acabar lo nuestro?

Pienso que es mejor afrontar las cosas de una buena vez y decido abrir la puerta lentamente.

Cuando la abro completamente, lo veo de espalda hacía mí mirando por la ventana. Como si estuviera viendo mi habitación. No tiene camisa por lo que tengo el placer de ver su ancha y tonificada espalda.

Es hermosa y tengo deseos de pasar mi mano por toda su esctrutura. Lo miro embelesada y doy un paso hacía él.

Debió escuchar los pasos, porque ladea su cabeza hacía el lado derecho, pero sin mirarme.

Sabe que soy yo, él siempre me espera.

No paro mis pasos y me paro detras de él. Alzo mi mano izquierda y la paso sobre su hombro, el cual aprieto suavemente, mi tacto parece afectarlo, ya que cierra los ojos y yo aprovecho para pegar mi boca hasta donde puedo llegar que es, dónde se conectan su cuello y su espalda.

Suspira pesadamente, como si estuviera conteniendo las ganas de hacer algo o controlando sus impulsos.

—No era nadie— hablo— ni siquiera lo conozco.

Lo veo abrir los ojos y asiente, se voltea por completo y yo no aparto mis manos de su hombro, subo la otra a palma abierta por su espalda.

Él pone sus manos en mis mejillas y me mira directo a los ojos.

—No tienes que darme explicaciones— dice negando— por alguna extraña razón, confío en tí.

Sonrío y rozo mis labios con los suyos.

—Eso me gusta— le digo mirandolo a los ojos— no quiero que dudes de lo que siento por tí.

Él me besa lentamente y habla sobre mis labios.

—Lo sé, Sam, sé lo que sientes— dice poniendo una mano en mi cintura sin despegar la otra de mi mejilla— siempre lo he sabido.

Miro sus ojos con intencidad antes de besar su boca con ancias.

Siempre tiene este efecto en mí de desespero y ganas.

Lo necesito.

Lo deseo.

Amor Sin Rodeos© (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora