Capítulo 44

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-No te acordabas del cumpleaños de Grace, ¿verdad?- pregunta Jared sin dejar de ver la carretera, y con un asomo de sonrisa en sus labios. Después de quedar de acuerdo en la hora de la fiesta de Grace, nos encontramos rumbo a ese lugar que quiere enseñarme. En realidad estoy impaciente por saber a dónde será, no me ha querido decir desde que salimos del invernadero.

-¿Qué? Sí- respondo rápidamente- claro que sí me acordaba- en realidad, lo olvidé, es decir, no me culpen. Pasaron cuatro años sin celebrarlo, Grace estaba lejos, y yo me encontraba muy ocupada, como para tomar un jodido teléfono y llamar a mi prima para felicitarla. ¿qué clase de prima soy?, sí, de las malas.

Él me hecha un vistazo como si no creyera ni una palabra

Suspiro.

-Bueno, no, no me acordaba, si Grace se llega a enterar de eso, me mata.

-Tranquila, por mí, no lo sabrá- dice, como si no tuviera que preocuparme por ello, y luego continuamos el camino en un silencio tranquilo.

Miro el trayecto todo el tiempo, olvidaba los hermosas que son las calles de Texas, de niña siempre me gustaron los paseos con papá, casí no salía de casa, y mamá decía que era bueno hechar un vistazo de vez en cuando, es lindo estar en casa.

Sin darme cuenta, llegamos a lo que parece ser un parque, tiene un lago enorme y un puente por encima de este.

Salimos del vehículo, lo miro asombrada.

-¿Te gusta?- escucho preguntar a Jared, y lo único que puedo hacer es seguir admirando la belleza del parque.

-Me encanta- respondo mirandolo- es...muy hermoso.

Él sonrie y comenzamos a caminar. Puedo ver los bancos en la orilla del lago, y nadando sobre éste, se encuentras ganzos y patos. La vegetación le dá un ambiente acogedor, con los arboles frondosos que sobresalen para dar sombra, y embellecer el parque.

-No recuerdo haber venido aquí- comento- ¿vinimos aquí alguna vez?- le pregunto curiosa.

Lo veo negar con la cabeza.

-Como puedes notar es un parque un poco alejado, no nos atreviamos a salir tan lejos.

Asiento entendiendo. Me pregunto cuantas veces Jared, y yo nos atrevimos a salir sin que nuestros padres se dieran cuenta.
De eso, y otras cosas más hablamos en nuestro recorrido por el parque. Me habló de su trabajo en otro rancho; Rancho Smith, en el oeste de Texas.

Casí hace el mismo trabajo allí, sólo que más ligero, porque ya tienen capataz. Es lógico, en el rancho de papá, era el capataz, se ocupaba de casí todo, por la confianza que le tenían mis padres, y allí sólo es un empleado nuevo.

Dimos de comer a los patos, motamos bicicletas, de hecho también habían exposiciones de largartos y pajaritos. No me gustaría imaginar si ese reptil se escapa de su jaula. Sería aterrador. Me dan miedo los lagartos.

Casí al atardecer, Jared compró helados, y al terminarlos, se le ocurrió la brillante idea de montarnos en un vote, y hacer un pequeño recorrido por el lago.

Fué genial, núnca me había divertido tanto como ese día. Hacer esto con Jared fué genial, él es genial. Me reprocho por olvidar momentos así con él, fuera dónde fueran, si fueron con él, sé que han sido los mejores momentos de mí vida.

Para cuando decidimos volver y llegar a casa, ya estaba anocheciendo. Decidimos ir al rancho directamente, y no pasar por el invernadero, ya que a estás alturas hace tiempo que los chicos estarían en casa, por lo que aquí nos encontramos, aún sin desmontarnos del vehículo.

Amor Sin Rodeos© (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora