Dos años después...
—Ya vamonos Sam— escucho decir a Karen, un poco desesperada.
Estamos a tan solo minutos de nuestra graduación. Al fín hoy es el gran día. No puedo creer que ya hayan pasado dos años, dos años de tantas cosas, de sucesos y acontecimientos que para bien o para mal han cambiado mi vida.
—Ya casi termino— le informo a Karen, poniendome mis pendientes, el maquillaje está sencillo, lamentablemente Grace no está aquí para hacerme un mejor maquillaje, pero con un poco se rimel y colorete estoy más que lista.
Me paro de la silla frente al espejo, y me miro por última vez. Mi vestido es sencillo pero bonito, me siento cómoda con él. Me volteo para encaminarme a la puerta donde Karen me espera, por su parte ella está muy hermosa, con esos tacones de 9cm espero que pueda llegar ilesa al campus.
La escucho resoplar.
—La paciencia no es tú más grande virtud ¿verdad?— le pregunto rodando los ojos.
—Llegamos tarde, y tengo una jodida jaqueca por los nervios, paciencia es lo último que tengo ahora mismo.
No, definitivamente no es su virtud.
La graduación transcurrió tranquila y sin contratiempo. Papá y mamá no pudieron venir, es temporada alta y a sus negocios le conviene mucho estás fechas. Ellos querían venir a pesar de eso, pero les dije que está bien, que negocios son negocios. Lo que más me gustaba era el ánimo y la buena suerte que me ofrecían a pesar de la distancia.
Esa misma noche, en la fiesta de despedida, estaba con Karen y algunos chicos de la fraternidad, cuando noto a un chico de espalda con un sombrero vaquero, y conforme a su esctrutura, era muy parecido a alguien que dejé hace dos años en Texas, mi pulso se acelera ante la idea de pensar que puede ser él, pero así como la euforia llega, se va, al notar cuando se dá la vuelta, que no es él. Suspiro decepcionada, ¿qué esperaba? Es decir, no es como si Jared estuviera en una fiesta de graduación, con los chicos de la fraternidad. Qué tan absurdo puede sonar eso.
Al día siguiente ya estábamos empacando nuestros equipajes para despojar la habitación que por cuatro años fué nuestra ,para que nuevas estudiantes, la ocupen.
—Voy a extrañar esto— comenta Karen con aire de añoranza.
Asiento sonriendo.
—Yo también.
Ella suspira, y continúa empacando.
—¿Qué vas hacer apartir de ahora?
Era algo lo cuál estaba pensando, me hubiese gustado quedarne en Nueva York, hechar raíces aquí y empezar de cero. Pero no puedo, tengo un negocio que atender, y familias que esperan mi llegada.
Me encongo de hombros.
—Volver a Texas, y continuar con mi negocio.
Ella asiente lentamente.
—Mmm...y ¿qué va a pasar con...
—No pasará nada Karen— respondo, sabiendo muy bien a lo que se refiere— ya los dos hemos seguidos nuestros caminos ¿no? Es mejor seguir así.
Sé que es lo mejor, y al estar aquí dos años después, me ha ayudado a resignarme a estar sin su presencia, almenos.
Minutos después con todo empacado, ya estábamos fuera de la habitación y camino a la calle a tomar un taxi.
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Amor Sin Rodeos© (✔️)
Jugendliteratur(Editando) Samatha llega a su ciudad natal de vacaciones y no recuerda muchas cosas de su pasado, un accidente le ha hecho que olvide algunos pequeños detalles. Todo vuelve a atormentarla cuando el chico de los ojos grises parece que tiene algo que...