Capítulo 30

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Escucho a Grace atragantarse con su bebida, y no hago más que apretar la mano de Jared.

¿Qué pretende este hombre? ¿acaso está loco?

—Oh no señor Hudson está equivocado, no son novios— trata de intervenir mamá.

—Mis disculpas, pensé que...

Siento a Jared que dirá algo, pero me apresuro a hablar yo.

—Tranquilo, señor Robert— lo miro seria— es bueno que si tenga alguna duda o algo que decir, lo diga, y así podremos aclararsela.

—Olvidenlo, disculpen mi atrevimiento— dice mirando a todos y con una sonrisa que parese un tanto incomoda.

En lo que queda del transcurso de la cena, todo pasa tranquilo, unas que otras bromas de parte de Tommy las cuáles ayudaron un poco a aligerar la tensión que se formó en la mesa después de las ocurrencias del señor Robert.

Con una música suave, hablamos y disgustamos nuestro champagne, de pie cerca de los bocadillos.

—Casi le parto la cara— dice Jared cerca de mí, aún un poco disgustado— pero por tí, y por respeto a tu família, me contuve.

—Yo también me sentí incómoda, pero ya olvidemos eso— le sugeriero negando— no tiene caso.

—Creo que se ha tomado bastante confianza contigo, ¿no te parece?

Niego otra vez bebiendo un poco de mi champagne y haciendo un gesto con las manos para restarle importancia.

—No, Jared, son ideas tuyas...

No sé de dónde salió, pero su voz llega hasta nosotros, interrumpiendonos.

—Samantha ¿me permites esta pieza por favor?— dice ofreciendome su mano e inmediatamente miro a Jared, tiene la mandibula apretada, y siento que se le puede romper en cualquier momento. Así que decido que es hora de ir poniendo, los puntos sobre las íes.

—De hecho señor Robert, Jared y yo ya ibamos de camino a la pista— digo y tomo a Jared del brazo.

Una vez en la pista de baile, lo miro, aún está serio, pero con una pizca de diversión.

—¿Te he dicho que me gustas?— pregunta abrazando mi cintura, me sorprende ese gesto, parece que no le importa que nos vean. Bueno si a él no le importa a mi tampoco, por lo que enrrollo mis brazos en su cuello y comenzamos a movernos al ritmo de la musica lenta.

—No, hoy no me las has dicho— digo coqueta negando con la cabeza.

—Pues me gustas Samantha, me gustas mucho— dice serio mirandome a los ojos.

—Tú también me gustas— digo aferrandome a él y poniendo mi cabeza en su pecho.

Así abrazada a Jared, el tiempo parece ir lento. Es increible pero ya hemos bailado más de dos piezas y no quiero dejar de bailar con él, no quisiera que la música parara núnca, no me importa lo que pueden estar pensando las personas a nuestro alrededor, ni siquiera mis padres, incluso quiero decirle lo de nosotros, no es un pecado, quiero que las cosas sean formales entre Jared y yo.

Subo la cabeza dispuesta a consultarselo, pero los altavoces anunciando la presencia de papá en la tarima me saca de la ensoñación, el locutor también llama a mamá y por último a mí. Miro a Jared y éste me ánima a subir con una sonrisa.

Me dispongo a subir la tarima, donde papá y mamá me esperan, y el público expectante, nos observan desde abajo.

—Buenas noches— comienza a decir papá— le agradecemos a cada uno de ustedes su precencia en este evento, que es tan importante para con nosotros. Mi esposa y yo, quisimos hacer ésta actividad con la intención de hacerle un pequeño agrado a nuestra única hija, y a la cuál amamos con todo nuestro corazón, Samantha— papá me señala con la mano y yo no hago más que sonreir— hija, queremos decirte que eres lo más importante para nosotros, aunque te vas mañana nuevamente, el amor que sentimos hacia tí quedará intacto y esperando siempre por tí, te amamos mucho.

Siento mis ojos humedeserse, ante esas palabras, y voy hacía ellos los cuáles me esperan con los brazos abiertos, nos abrazamos mientras escuchamos aplausos, y palabras agradables departe de las personas.

Me separo de ellos secando mis ojos, y tomo el microfono de la mano de papá. No soy de hablar en público, de hecho soy de las que me pongo nerviosa, pero es el momento justo para también expresarles mi amor hacía ellos.

—Yo también quiero agradecerles su presencia en este lugar— comienzo diciendo, mirando a las personas— yo no sé que sería de mí, sin mis padres, han sido mi apoyo, y mi soporte en cada decisión de mi vida— los miro— quiero que sepan que son los mejores padres del mundo, son mucho más de lo que pedí y si tengo que volver a nacer y elegir, los elegiría a ustedes sin pensarlo dos veces, los amo.

Voy hacía ellos para abrazarlos nuevamente. Son mi conforte no me veo fuera de ellos, ni en ningún otro lugar.

El locutor, anuncia el corte de la cinta para quedar finalizada la inauguración y procedemos a llegar a la parte delantera del invernadero justo ahí, donde está la cinta que ví en frente de la puerta cuando llegué.

Llegamos hacía ella y yo miro detrás de mi hombro, para ver a Jared, él está caminando junto con los chicos, parece sentir mi mirada, porque sube la vista y me sonríe, pero parace una sonrisa tensa y apagada, no llega a sus ojos.

—Bien cariño, toma la tijera— dice mamá ofreciéndome la herramienta, ellos se posicionan de un lado y nosotros de otro.

Hago la pose, lista para la foto y luego procedo a cortar, otra foto más, llegada de aplausos, después le doy un pedazo de cinta a mamá, y otro a papá, agradeciendo tan hermoso gesto para conmigo.

Una vez terminado el ritual, abrimos la puerta para dar aconocer el invernadero por dentro, es hermosísimo, un sembradero de flores en el medio y en los lados diferentes comparticiones con toda clase de plantas, el olor y el ambiente es impresionante.

Vemos, hacemos un recorrido, y tiramos fotos. Los lados del invernadero también son de vidrio por lo que le dá un toque muy especial y sofisticado. Al frente cerca de la puerta esta una pequeña recepción donde supongo que allí estaré yo, pero en los próximos años será Grace ocupando el lugar. No pudo creerlo cuando se lo dije, saltaba en una pierna y me daba besos por toda la cara.

Miro otra vez hacia atrás, Jared aún está serio ¿qué le pasaba? Quiero ir a hablar con él, pero las personas me atajan para darme las felicitaciones y tomarse fotos conmigo como si fuera una estrella de Hollywood.

Una vez devuelta a la fiesta, busco a Jared con la mirada pero no lo veo por ninguna parte, también busco a los chicos pero tampoco están ¿dónde se habrán metido? Estoy a punto de volver a salir a fuera para ver si los veo, pero una mano me agarra del brazo. Por lo que me volteo para ver de quién se trata.

—Samantha me gustaría bailar contigo antes de irme— pide Robert— si no te es molestia.

Miro otra vez a mi alrederor y aún nada, si es lo que él quiere para irse de una buena vez, entonces lo aceptaré.

Asiento y llegamos a la pista de baile. Comenzamos a movernos con el ritmo de otra música lenta.

—Tengo que disculparme— dice— fuí muy imprudente en la cena, no debí inmiscuirme.

—Que bueno que lo sabe— digo, sin permitir que la conciencia me diga, que debo ser un poco más cortés— le hubiera agradecido que si tenía algo que decirme o algo que quisiera aclarar me lo diga a mí y sólo a mí, sin meter a mi familia.

Él me mira pareciendo un poco avergonzado, es probable que no se les den estás cosas, quizas solo se dejó llevar.

—Tienes toda la razón, pero antes de irme verdaderamente quiero que me aclares la duda ¿ustedes tienen algo?

No me inmuto.

—Sí, señor Robert— le digo un poco más calmada— tenemos algo, pero se supone que mí familia no sabe nada o no sabía...

Él asiente, como si pudiera comprender lo que le quiero decir.

—Bueno, él ha sabido elegir, si también fuera él, no lo hubiese pensado dos veces— nos paramos en medio de la pista y el toma mi mano para depositar un beso en el ella— un placer conocerte Samantha, espero verte algún día por ahí, hasta luego— dice dejándome parada en medio de la pista.

Veo como se va alejando, pero también veo más allá de él, a un Jared cerca de la salida, con las manos en los bolsillos y sin expresión alguna en su rostro, y sinceramente no sé cómo tomar eso.

Amor Sin Rodeos© (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora