Capítulo 50

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-¿De qué habla? ¿Qué fué lo que lo ocasionó?- pregunto fruciendo el sueño y cruzándome de brazos.

No sé por qué, pero sea lo que sea que esté hombre vaya a decir al final sé cual es la respuesta.

-Ese toro- contesta- se suponía que Jared no debía salir en ese toro, al parecer alguien cambió su número.

Inmediatamente, la figura causante llega a mí mente.

-George Campbell - responde el hombre antes de que lo pueda decir yo- trabajadores afirman haberlo visto en la acción, así que fué apresado de inmediato- ese maldito, sabía que podía hacer una mala jugada para que Jared perdiera- y no sólo eso, nos confesó quién fué su cómplice.

-¿Su cómplice?- pregunto confundida, ¿acaso hay alguien más?

-Matt- contesta- al parecer lo consultó en prisión, al parecer él supo indicarle bien que número cambiar.

Claro, maldita sea. ¿Cómo no lo pensé antes?

Matt también competía allí, conocía todo, los toros bravos y los no tanto, además estoy segura que lo tomó como una venganza por lo que pasó la otra vez.

Resoplo ya cansada, las cosas no debieron ser de esta manera.

-Jared ganó por ley, así que puede buscar su premio tan pronto como se recupere.

-Gracias- respondo asintiendo, y estos sólo hacen un gesto con la cabeza antes de marcharse. Miro a Grace- te lo dije, te dije que ese bastardo planiaria algo. ¿Y Matt? Es un maldito imbécil.

Ella asiente y llega hacia mí.

-Pero pagará, los dos lo harán, no harán algo tan bajo y salirse con la suya.

-No puedo creer hasta donde pueden llegar las persona tan sólo por venganza y envidia.

-Te sorprendería saberlo hija- réplica papá.

-Ya me voy dando cuenta.

***

Entrada la madrugada, todo el mundo se ha ido, menos yo.

Mamá insistió en que debía ir a descansar, pero yo me negué a moverme de este lugar. No me importa si tengo que dormir en las sillas del pasillo, pero de aquí no me saca nadie.

Los chicos se ofrecieron a quedarse, pero en el estado de Grace, no les dejé hacerlo. Ella nesecita más descanzo que yo. Cualquier mal movimiento puede hacerle mal y hasta llegar a perder el bebé y eso, no lo puedo permitir.

Así que, aquí, recostada en un sofá en la sala de espera del hospital. Con la mirada perdida, pero más bien orando porque el chico que está allí adentro, luchando por su vida, pueda salir de esto.

George.

Matt.

Canallas, puedo imaginar todo en mi mente, el como lo planearon. A George cambiar el número del toro que Jared iba a montar. Fué tan cobarde que tuvo que consultar a otro para cambiar su numero y así hacer perder a Jared, sólo que lo hizo en vano ya que Jared ganó y le llevó una milla de ventaja.

Espero que se pudra en la cárcel. Los dos.

Decido no darle más cabida a ese asunto. Y vuelvo a pensar en mi chico de ojos grices. Necesito que despierte. Lo necesito a mi lado.

La mañana llega lentamente y yo, cerraba los ojos, pero no podía conciliar el sueño. Así que cuando al fín amaneció. Fuí al baño, hice mis necesidades y me lave la cara, miré un rato mis ojeras y mi pelo enmarañado frente al espejo, decidí arreglarlo con agua y peinarme con un moño alto. No quisiera que Jared me vea tan desastrosa cuando despierte.

Amor Sin Rodeos© (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora