—¿Qué pasa?— pregunta Jared confundido.
Lo miro desorientada.
—No podemos hacer esto— digo dando unos pasos lejos de él, dandole la espalda.
No puedo, por más que quiera no puedo hacerlo, yo no soy así.
—¿Por qué no?— pregunta cauteloso.
Me doy la vuelta y lo encaro.
—¿Cómo qué por qué no?— le pregunto frunciendo las cejas— estás con Juanita— le digo con obviedad y él cambia el gesto— y yo no soy así, no puedo estar haciendo esto contigo sabiendo que estás con ella.
Ahora me mira con una expresión más suave comprendiendo lo que quiero decir.
Dá unos pasos hacía mí y toma mi cara entre sus manos.
—Ella y yo, no estamos juntos.
Lo miro confundida.
—¿No?— pregunto y él niega— pero la otra noche me dijiste que..
Él acaricia mis mejilla negando.
—No es cierto— dice— te mentí.
Frunso el ceño.
—¿Por qué?— pregunto con la voz apagada— ¿por qué harías eso?
Él sigue mirandome intensamente.
—Pensé que alejándote, podría dejar de pensar en tí— dice— pero no fué así, no es así, al contrario te pienso cada día, desde que te volv.. desde que te ví, no he dejado de pensar en tí.
Sonrió.
Él también ha pensado en mí, como yo en él.
—Yo tampoco dejo de pensar en tí — le confienzo, rozando nuestros labios.
Me mira con un brillo en los ojos.
—Me gustas, Sam— dice y no puedo evitar llegar a él y besarlo.
Nos besamos de nuevo, nos besamos tanto que, nuestros labios duelen y exígen descanso.
Por lo que nos sentamos en el sofá uno pegado del otro, retomo mi tarea y paso el algodón por la cicatriz de la sutura.
—No tenías que mentir para que me aleje de tí, sabes— le digo— solo tenías que decirlo y lo hubiera hecho.
Él mira mis ojos asintiendo.
—Lo sé, pero tal vez por eso no quería hacerlo.
—Bueno, pues tienes que saber que no me gustan las mentiras— digo y él parece tragar saliva— así que, ya verás como me dices las cosas apartir de ahora.
El asiente.
—¿Puede usted disculparme, señorita Samantha?— pregunta, como si yo fuera de la realeza.
Sonrío satisfecha.
—¿No más mentiras señorito Jared?
Él no dice nada por un momento, pero después niega con la cabeza.
—No.
Pongo mi mano en su mejilla y lo atraigo hacía mí para besarlo lentamente.
Peino su pelo suave hacía atrás y pongo mi cabeza en su hombro.
—Tengo que irme— le informo con pereza.
—Si no fuera tan tarde te diría que te quedes un rato más.
ESTÁS LEYENDO
Amor Sin Rodeos© (✔️)
Novela Juvenil(Editando) Samatha llega a su ciudad natal de vacaciones y no recuerda muchas cosas de su pasado, un accidente le ha hecho que olvide algunos pequeños detalles. Todo vuelve a atormentarla cuando el chico de los ojos grises parece que tiene algo que...