Y estoy en chock, oh por Dios, no lo puedo creer, es mi família, es toda mi família, papá, mamá, tía Marie, Grace.
Estan aquí.
Y no sólo ellos, también hay más personas, y amigos de la família.
En la entrada de la sala de estar, hay una enorme pancarta que dice Bienvenida Sam, y no pude evitar que se me llenen los ojos de lágrimas.
Lagrimas de felicidad.
En verdad están aquí, no se habían ido, no me habían olvidado, todos están aquí.
Cuánto los heché de menos.
—Oh mi amor, cuanto te extrañé.— dice mamá viniendo hacía mí, con los brazos abiertos.
No lo dudo.
Me refugio en ellos.
Nos abrazamos, como si nuestra vida dependiera de ello.
—Te extrañamos mucho cariño.— dice papá viniendo hacia nosotras, me aparta de mamá y me estrecha en un abrazo cálido, y acogedor, no puedo evitar reír, por la manera en que lo hizo, como cuando alguien reclama algo que es suyo, de su propiedad. Siempre fué así, siempre trataban de, demostrarme su amor, como si de una competencia se tratase, ¿cómo pude dudar que se habían olvidado de mí? Soy tonta, me reprocho mentalmente.
—Creí que no estaban en casa, creí que se habían olvidado de mi llegada.— digo con un hilo de voz, contenida por la emoción.
—¿Cómo crees que eso podía pasar?, Veníamos planeando esto desde que te fuiste por primera vez y ¿crees que lo vamos a olvidar?.— reprocha mamá.
—Es que el chico de ojos...— me interrumpí mentalmente, ¿pero que estupidez iba a decir?
—¿Jared?.— pregunta mamá salvandome sin darse cuenta, y señalando detrás de mí.
Inmediatamente, volteo y me encuentro con esos ojos, son como un imán, me atraen.
Está recargado en la columna de la pared con los brazos cruzados, con una expresión neutra, como para que nadie note que está disfrutando todo el cuadro y la escena familiar.
Pero yo lo noté. Es que, es decir, es difícil no hacerlo, está ahí con esa postura, tan imponente y perfecto, él es...
Dios, apenas lo conozco. Deja de pensar esas cosas Sam.
Pero él también me observa, y es inevitable apartar la mirada, por algún momento, pienso que siente lo mismo, por la manera, en que mira mis ojos, e inspecciona mi cara, entre admirado y asombrado, y por alguna extraña razón siento que ya he visto esos ojos antes, y no me refiero porque los ví hace un rato, si no de antes, mucho tiempo atrás.
—Dejame verte, oh si que estas hecha toda una mujer— a regañadientes volteo al escuchar la voz de mi tía "toda exageración Marie" sí, de esas tías, las que lo exageran todo, y lo más pequeño lo vuelven lo más grande.
Tuve que contenerme para no rodar los ojos cuando vino hacía mí y apretó mis cachetes.
—Sí, sí, sí, estás enorme, ¿qué te dán por allá eh? Estás comiendo demaciados carbohidratos niña. Aunque debo decir que con esas libritas de más te ves hermosa, como siempre— dice todo eso dandome un fuerte abrazo, el cual, es ineviable no devolver, porque aunque es toda exageración, es mi tía.
—Ya basta amah, te he dicho que no le gusta que la agobien— escucho la voz que viene de atrás de tía Marie, esa voz con ese asento tan marcado, y es la voz de mi prima y mejor amiga Grace, no puedo evitar reir, cuanto la extrañé.
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Amor Sin Rodeos© (✔️)
Novela Juvenil(Editando) Samatha llega a su ciudad natal de vacaciones y no recuerda muchas cosas de su pasado, un accidente le ha hecho que olvide algunos pequeños detalles. Todo vuelve a atormentarla cuando el chico de los ojos grises parece que tiene algo que...