Amor Sin Rodeos© (✔️)

Capítulo 20

Subo las escaleras lo más rápido que puedo, entro a mi habitación y cierro la puerta de un portazo.

Me tiro en la cama y me aferro a la almohada mientras lloro.

Me molesta tanto que no quiera que recuerde.

¿Por qué cuando las cosas están bien tiene que pasar algo? ¿Por qué después de haber pasado una noche fantástica tuvo que pasar una cosa como esta?

¡Maldita sea Jared! ¿Por qué me ocultaste que nos conocíamos y por qué no quieres que recuerde?

Escucho la puerta abrirse y veo a Grace entrar a la habitación.

Frunce el ceño llegando, hacía mí.

—Te ví subiendo las escaleras a toda prisa...— dice, pero cuando me vé, se calla de colpe— ¿Qué pasa, Sam?— pregunta preocupada.

La miro pero no digo nada, no puedo hablar ahora mismo, soy de las que, no habla mientras está llorando.

—¿Fué Jared?— pregunta buscando mis ojos— ¿Qué te hizo, Jared?

Niego infirmandole con ese gesto, que no puedo hablar ahora mismo, ella asiente y me abraza.

Nos quedamos abrazadas sentada en la cama por lo que parece ser una eternidad y luego me separo lentamente, secando mis ojos.

—Cuando ví a Jared por primera vez, sus ojos me cuautivaron, sabes— comento, sonriendo con ironía—ví en sus ojos un brillo especial, siempre supe que los había visto antes, y ahora sé por qué.

Ella me mira espectante pero no dice nada.

—Es porque, sí lo había visto antes, porque ya nos conociamos— digo y la miro a los ojos— y me lo ocultó Grace, no me dijo nada.

Ella solo se queda quieta, mirandome sin decirme nada, entonces un pensamiento pasa por mi mente; el día del rodeo, como saludó a Jared con tanta familiaridad, y si es mi prima, es probable que ella también lo haya sabido.

—¿Tú también lo sabías verdad?— pregunto, parandome de la cama lentamente.

—Sam...— trata de decir, pero niego con la cabeza, por lo que, se apresura a hablar— se suponía que debías ir recordando despacio, sin presiones.

La miro incrédula.

—¿Y ocultandome las cosas era la mejor manera de recordar?

—Los médicos dijeron que era mejor que las cosas fluyeran por su cuenta, Sam — dice como si quisiera que entendiera. Pero me niego a entenderlo, me rehuso a creer que todo este tiempo Jared, ella, es probable que hasta mis padres me vieron la cara. Ver esas fotografías...

La fotografía.

La miro. Si quiero respuesta debo preguntarle a ella.

—Ví una fotografía de unos niños, Jared y yo juntos— digo y ella me mira frunciendo las cejas— ¿qué fuimos Jared y yo?

—Amigos— dice automáticamente, pero hay algo en su tono que no me convence del todo.

—¿Y después?— pregunto.

Ella se levanta de la cama y va hacía la ventana, mira al exterior como si estuviera pensando.

—No puedo ocultarte la verdad, Sam— dice y me mira— ¿cierto?

No digo nada, solo niego mirandola.

—Fueron algo más que amigos.

Me siento en la cama despacio, en silencio, mirando el vacío imaginando un Jared y una Sam adolecentes agarrados de las manos.