Capítulo 9

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Era ya tarde cuando decidimos subir a los caballos y regresar al rancho.

Grace y yo la pasamos tirándonos de la soga hacia el río casí toda la tarde, entre risas.

Y Jared, bueno Jared sólo entró una vez al río y tan rápido como lo hizo, así mismo salió.

Se mostró distante y pensativo.

Me pregunto ¿por qué?

Bueno, lo cierto es que yo me quedé con el deseo de seguir hablando con él, quería indagar sobre su vida, ¿por qué vivia solo en aquella cabaña?.

Pero claro como siempre que pasaba, alguien nos interrumpia.

La inoportuna de Grace.

Sin percatarme ya estábamos llegando a las caballerizas.

Bajo de Eros y lo arrastro hacía su cuadra.

Grace hace lo mismo.

—Bien— dice Grace— me daré un buen baño y me recostaré un rato, estoy cansada.

Asiento.

—Igual yo.

—Jared— lo llama Grace— ¿puedes desensillar mi caballo?

Este sólo asiente.

Grace se dirige hacia mí.

—Te espero en la casa— dice— pediré a Greta que nos prepare algo de comer.

—Está bien.

Grace sale del establo y Jared y yo, nos quedamos solos.

—Te ayudo— me ofrezco, para ayudarlo a desensillar.

—Está bien— me detiene— ya lo hago yo.

—Puedo hacerlo.

Desabrocho la silla, y él la desmonta del caballo. Procedemos a hacer lo mismo con los otros caballos.

Lo hacemos en silencio, como si fueramos un equipo. Y una vez los caballos en sus respectivas cuadras, lo encaro.

—Fué un buen día— digo— la pasé muy bien.

No me lo preguntó, pero quiero que lo sepa.

Él me mira y asiente.

Supongo que eso quiere decir que él también la pasó bien.

—Este...lo que te iba a decir antes de que Grace...

—Yo también estoy un poco cansado Samantha— dice cortandome y no me pasa desapersivido que es la primera vez que me llama por mi nombre y ese simple hecho, me gustó— si no te importa me retiraré.

Abro la boca para decir, que tal vez lo podemos hablar después, pero no salió ni una palabra, porque se dió la vuelta y salió del establo dejandome allí con la palabra en la boca, otra vez.

Suspiro.

La idea de preguntarle a alguién en la casa vuelve a tentarme.

Más tarde tal vez lo haga.

Me doy la vuelta y salgo del establo, rumbo a la casa.

Una vez dentro, voy directo a la cocina.

Greta como siempre está en la cocina parece limpiando la estufa de modo que me dá la espalda.

Voy hacia ella y le doy un beso en la mejilla.

—Hola greta.

Ella voltea y me sonrie.

Amor Sin Rodeos© (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora