Capítulo 42

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Cuando Thomas me dijo que quería que fueramos a un club núnca imaginé que sería al mismo club al que Jared me trajo aquel día para montar el toro mecánico. Sí, y en ese mismo club en donde tuve la pelea con Lilly, por Jared.

Sonrío al recodarlo.

Núnca me hubiera comportado así por nadie, o al menos no que yo recuerde. Y la verdad es que no me arrepiento pelear por Jared.

Sólo que ahora es diferente, ya no, no puedo pelear por una persona que a tomado su propia decisión, la del rodeo y de estar con alguien más.

Nos encontramos aquí, en ese mismo club, y no ha cambiado nada, está igual que como vine la otra vez. Mesas sin sillas, la pista de baile y por supuesto la diversión de la noche; el toro mecánico.

-Señor Thomas- lo llamo por encima de la música- ¿le gustaría montarse al toro mecánico?

Él me mira como si le hubiera dicho el peor de los insultos.

-No, no me gustan esas cosas- bueno, eso no me lo esperaba- no le encuentro nada de divertido.

-Oh- es lo único que puedo decir, no pensé que el señor Thomas fuera un poco anticuado.

Bebimos, charlamos, gracias a Dios que no hablamos nada comprometedor, al parecer si quiere darme mi tiempo.

-Bailemos esta canción- me dice cuando una música country comienza a sonar, bueno para no gustarle la diversión, al menos tiene buen gusto con la música.

Asiento y nos dirigimos a la pista.

Cinco minutos después ya estamos de vuelta a nuestros asientos.

-Debo decir que bailas muy bien Samantha.

-Gracias Thomas, tú también.

-Bueno- dice modesto- no sólo es la música, también es con quién bailas.

Cuando estoy a punto de agradecerle el cumplido una pareja que no había visto antes en la otra mesa, me llama la atención.

Ese sombrero...

Maldita sea, es él.

¿Por qué tuvo que haber venido a este club justamente?

Y está con ella.

Como si sintiera mi mirada, alza la vista, y conecta con la mía. Quiero ir hacia él para que no esté con ella, si no conmigo.

Es conmigo, con quién debe estar.

Pero recuerdo que estoy con Thomas, así que aparto la mirada rápidamente y le agradezco el cumplido a Thomas con una sonrisa. Lo último que quiero es que Thomas piense que estoy viendo a otro hombre, allí detrás. Mucho menos quiero provocar un problema.

Minutos de charlas con Thomas y una que otras miradas entre Jared y yo, decido que para aligerar el ambiente es mejor bailar un poco más por lo que invito a Thomas a bailar.

En sus ojos noté ilusión y volví a maldecir, no quería que por estar esquivando a Jared, el señor Tomás pensara cosas que no son. Pero ya estábamos aquí debía fingir como si me agradara.

Bailando con Thomas, puedo sentir su mirada. Estoy nerviosa de sólo sentirla. Por suerte ni Juanita ni Thomas se han dado cuenta de nada. Y así lo quiero mantener, cada tango con su tanga. O así dice el dicho.

Una vez terminada la canción volvemos a la mesa. No quiero levantar la vista y mirar a su dirección.

Me rehuso.

Amor Sin Rodeos© (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora