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Changbin mantuvo una promesa de silencio para su primer turno en el taller. Se puso el overol y se colocó los auriculares, ignorando resueltamente los intentos de conversación de su padre mientras se ponía a trabajar.

Había sido humillado, esa era la realidad. Degradado a cambiar neumáticos. Cientos y cientos de neumáticos para personas demasiado tontas o flojas para aprender cómo hacerlo ellos mismos. No importa que se haya visto obligado a pasar todos los domingos aquí cuando era niño mientras su madre se iba a dar clases. No importa que incluso a los doce años haya sido el mejor mecánico dentro de ese garaje. No importa que un aprendiz que se había unido al taller hacía solo tres días, ahora toqueteaba cosas debajo del capó de un auto como si supiera lo que estaba haciendo.

Changbin se enfureció cuando vio a su padre darle una palmadita en la espalda.

A la mierda con él.

A la mierda con los dos.

A la mierda todo.

Después de un rato, se bajó la parte superior del overol para atársela en la cintura y agarró sus cigarrillos antes de salir de la parte trasera del garaje. Se refugió detrás de uno de los camiones del otro mecánico y le dio largas caladas a su cigarrillo, temblando en su delgada camiseta negra. Tocó el botón de su encendedor una y otra vez, calentando cada mano alternativamente.

Sacó su teléfono del bolsillo, con los ojos muy abiertos por la sorpresa cuando vio que tenía ocho mensajes no leídos.

De: Desconocido (3.47 pm)
¡Hola! ¡Soy yo! Solo para que me tengas en tus contactos también 😃

De: Desconocido (3.49 pm)
Soy Felix por cierto. Por si no estabas seguro 😊

De: Desconocido (3.52 pm)
Ah, y olvidé devolverte la camiseta. ¡Lo siento! Está en mi auto, toda agradable, limpia y lista para ti.
La próxima vez te la daré, lo prometo.

De: Desconocido (3.56 pm)
No es que suponga que estarás en mi auto pronto. Te lo devolveré lo antes posible.

De: Desconocido (3.58 pm)
Pero estaré encantado de llevarte al taller cuando quieras.

De: Desconocido (4.01 pm)
Siempre que no entre en conflicto con el club de baile, por supuesto.

De: Desconocido (4.05 pm)
Lamento mucho haberte enviado tantos mensajes. 

De: Desconocido (4.08 pm)
Aprecio la ironía de disculparme por enviar mensajes de texto... mandando un mensaje de texto.
Este es el último, lo prometo. ¡Te veo en la escuela! X

Changbin miró su teléfono con completo desconcierto, ojeando los mensajes con el pulgar.

Ocho textos. Ocho. Se recostó contra el auto y acercó el teléfono a la altura de los ojos, leyéndolos una y otra vez. No pudo evitar dar un pequeño resoplido ante el último mensaje de texto, una pequeña sonrisa se enroscó alrededor de su cigarrillo mientras hacía rodar los ojos. Changbin se había dado cuenta de que Felix no tenía exactamente una idea precisa de cuándo debería callarse en una conversación, y esa cualidad aparentemente se aplicaba a todas las formas de comunicación.

No pudo evitar detenerse en la última letra del texto final. Intentó no leer demasiado, trató de ignorar el fuerte golpe de su corazón en su pecho mientras sus ojos miraban la letra "X" una y otra vez. Sabía que esa era la forma común de terminar los textos, que probablemente ni siquiera había sido premeditada: solo se trataba un inconsciente deslizamiento de los dedos de Felix, que al parecer había olvidado con quién estaba hablando.

atrapado en ámbar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora