En la mañana, temprano, Changbin se encontraba sentado en el piso frente a su armario. Luego de asegurarse de que no había despertado a Felix con el ruido que había hecho al abrirlo, sacó una caja de plástico debajo de una gran pila de ropa.
Respirando hondo, quitó la tapa. En el interior había pantalones y buzos de todos los colores, chaquetas con estampados complicados y algunos tirantes con colores difíciles de combinar. Changbin sacó las prendas, una por una, colocándolas a su alrededor.
—Oye.
Changbin miró detrás de él. Felix estaba justo allí, parado, todavía perezoso, mientras parpadeaba hacia Changbin.
—Buenos días —dijo el pelinegro, luego palmeó el piso junto a él—, ven a sentarte.
Felix se dejó caer al suelo obedientemente y se colocó detrás de Changbin para abrazarlo por su espalda y apoyar la barbilla en su hombro. Apoyó la cabeza contra la ajena pero se retiró de inmediato.
—Tus piercings están fríos —dijo Felix con un puchero—, y puntiagudos.
Changbin dio un pequeño resoplido de cariño, el calor floreció en su cuerpo. Levantó una mano, la que antes sostenía un par de tirantes amarillo pastel, y palmeó ciegamente la mejilla del pecoso —Eres adorable cuando recién te despiertas.
Felix hizo un ruido descontento en la garganta y hundió la barbilla en el hombro de Changbin.
— ¿Qué...? —Dijo Felix, reprimiendo un bostezo— ¿Qué se supone que estás haciendo a esta hora?
—Solo estaba mirando mi ropa vieja.
Felix se acercó, observando el contenido de la caja, por encima de su hombro —Te verías increíble con cualquiera de estas cosas.
—Es probable —contestó—, pero son de hace muchos años. Ya no quiero usarlas más.
—¿Por qué no?
Changbin pasó la vista por las prendas frente a él, parecían incongruentes en su armario, no encajaban con sus jeans oscuros y las filas de botas gruesas y pesadas.
—Simplemente ya no son... yo —Felix lo apretó alrededor de su cintura—. Solo quería revisarlas porque estoy... nostálgico, supongo.
Felix tarareó en comprensión.
Changbin se acomodó. —Me gusta la ropa que uso, me gusta cómo me veo ahora, pero las cosas se sentían mucho más simples cuando usaba esta ropa —sus dedos se encontraron con un sweter largo y rojo—. Incluso si en realidad no lo eran.
Felix le dio un beso en la mejilla, Changbin levantó la caja en su regazo, girando para mirar a Felix. —¿Quieres algo de esto?
—Oh, no, Changbin, son cosas especiales para ti —dijo Felix rápidamente.
—Tú eres especial para mí —respondió suavemente—. No tiene sentido guardar ropa si no va a salir a la luz de vez en cuando.
—Tú podrías volver a usarla —insistió Felix.
—Felix —dijo, lentamente—, no quiero hacerlo.
Felix dudó aún. —¿Estás seguro?
—Sí. Me encantaría verte con alguna de estas cosas.
Felix se mordió el labio por un momento y luego se iluminó, golpeó otro beso en la mejilla de Changbin y se puso de pie de un salto. —Esto es perfecto.
Changbin parpadeó ante la repentina ausencia de Felix —¿Qué es perfecto? —tuvo que gritar, ya que el chico había desaparecido por el pasillo.
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atrapado en ámbar.
FanfictionHan pasado siete años desde la muerte de su madre, Changbin y su padre se han convertido en dos extraños que viven en la misma casa. A pesar de que ya nadie lo moleste en el instituto, la situación no mejora. Hasta que un día, un estudiante de insti...