advertencia: en éste capítulo hay acoso sexual y homofobia.
Durante la tarde del día siguiente, Felix se encontraba mirando televisión, vestido con una sudadera que a Changbin le quedaba extra-grande, cuando vio a su madre aparecer en la sala de estar. Ella dejó escapar un suspiro tranquilo y cruzó la habitación para sentarse en uno de los cómodos sillones.
—Creo que es hora de que tú y yo tengamos una conversación —dijo ella, Felix asintió en silencio y luego esperó mientras ella reunía sus palabras.
Pero luego comenzó a hablar, y una vez que comenzó, las palabras no dejaron de fluir. Ella habló sobre la separación, sobre cómo necesitaba demostrarle a su padre que podía mantenerse a sí misma y a Felix sola, y por eso había pasado tanto tiempo en el trabajo en los últimos meses. Y, explicó con pesar en sus ojos, que tal vez por haberse metido en lo financiero, había descuidado el apoyo emocional, que era lo más importante.
Felix escuchó, fascinado, mientras hablaba de que la gota que colmó el vaso entre ella y su padre había sido el hecho de que ella había sacado a Felix de su anterior instituto sin siquiera consultarle a su ex marido. Una avalancha de culpa se apoderó de Felix, pero Yubi rápidamente le aseguró que no era su culpa: era culpa de su padre, y probablemente también de ella, por no haber podido defenderlo antes.
Y que si Felix quería, había ahorrado lo suficiente como para enviarlo de regreso allí para su último año.
El pecoso levantó la vista bruscamente.
—¿Por qué dices eso?
Ella ladeó la cabeza hacia un lado y levantó una esquina de la boca. —Cariño, está claro que no eres feliz ahora. Solo te estoy dando la opción, ¿de acuerdo? —Felix asintió lentamente— Si te están molestando como antes, necesito saberlo.
—No, mamá, no es como antes —saltó él, aplacando—. No es tan... físico.
—Eso es poco consuelo.
Su hijo suspiró, cerró los ojos y se recostó en el sofá. Él le contó lo mismo que le había contado a Changbin anteriormente. Ella escuchó, con la ira creciendo en sus ojos.
—Sé que no hay nada que pueda hacer ahora —dijo ella— no mientras no podamos identificar a nadie. Pero prométeme que vendrás a mí si sucede algo diferente.
Felix sonrió —Lo prometo.
—Intentaré estar más en casa de ahora en adelante, ¿de acuerdo?
—Me gustaría eso.
💛
Felix se apoyó contra su auto y miró hacia el instituto. No podía decidir si era más o menos desalentador entrar allí sabiendo que la gente sabía todo lo que estaba pasando. La gente era... básicamente, Changbin.
Suspiró.
Decidió que entraría en cinco minutos.
Una garganta se aclaró a su lado. Felix giró la cabeza, su corazón se aceleró solo para palpitar de alivio cuando vio a Changbin.
Tenía el gorro gris con el que lo había conocido, y unos jeans ajustados, tirantes negros colgando, sueltos contra los costados de sus muslos, unidos por cadenas. Su expresión era gentil mientras sacudía su cabeza hacia la escuela.
—Vamos.
Felix no pudo evitar estremecer los labios, el pecho se llenó de calor mientras se levantaba del auto y caminaba hacia el más bajo. Una vez a la par, una mano del pelinegro se cernió en la parte baja de la espalda de Felix.

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atrapado en ámbar.
FanfictionHan pasado siete años desde la muerte de su madre, Changbin y su padre se han convertido en dos extraños que viven en la misma casa. A pesar de que ya nadie lo moleste en el instituto, la situación no mejora. Hasta que un día, un estudiante de insti...