Changbin se despertó lentamente a la mañana siguiente, la conciencia ondulando por su cuerpo poco a poco, miembro por miembro. Primero sintió el escalofrío en un pie, el que se había escapado de la manta. Luego sintió un peso sobre su pierna, que se había enredado y atrapado debajo de la de Felix.
Una vez que estuvo completamente despierto, se percató de que Felix había levantado un poco la cabeza y ahora su rostro estaba prácticamente frente a él, recostado sobre el respaldo del sillón, con sus narices separadas por solo unos pocos centímetros y su abdomen siendo abrazado por el largo y delgado brazo de Felix.
Podía sentir cada pequeña exhalación, cada tranquilo aliento, y al estar lo suficientemente cerca, podía ver cómo una pequeña brisa de aire cálido movía su despeinada cabellera rubia.
Con el corazón latiendo rápidamente en el pecho, Changbin intentó controlar la amplia sonrisa tirando de sus labios, presionando su rostro contra el sillón. No tenía idea de cómo habían terminado así, casi abrazados, con las piernas enredadas, pero no tenía absolutamente ninguna intención de moverse.
Metió el pie debajo de la manta, rozando el tobillo de Felix, provocando que su estómago se sacudiera ante el tacto. Sintió una pausa en la respiración ajena y levantó la cabeza.
Mirando directamente hacia él había un par de ojos oscuros, rodeados de pecas, igualmente conmocionados.
Felix estaba despierto.
Changbin saltó hacia atrás, luchando para desenredarse mientras se acurrucaba completamente en la esquina del sofá. El pecoso parpadeó hacia él.
Changbin abrió la boca, pero lentamente la volvió a cerrar, tragando con ansiedad. Se miraron el uno al otro.
Las comisuras de la boca de Felix se levantaron mientras su cabeza se inclinaba hacia un lado, con la mirada todavía clavada en la de Changbin, quien no pudo evitar contraer una pequeña sonrisa en respuesta, retorciendo las manos en su regazo.
Felix agachó la cabeza, su mueca se convirtió rápidamente en una sonrisa con dientes y todo. El corazón de Changbin se aceleró en el pecho.
Eso sí había sido por él.
—Uhm —dijo Felix, lleno de sueño mientras se frotaba la parte posterior de la cabeza, haciendo una mueca—. Creo que nos quedamos dormidos.
Changbin observó con diversión el cabello que ahora se alzaba salvajemente en la parte superior de su cabeza. —Capitán obviedad ataca de nuevo.
Felix miró a Changbin a través de sus pestañas, con la amplia sonrisa todavía firme en su rostro. —Lo siento, todavía estoy medio dormido. Eso fue... bueno, hacía mucho tiempo que no dormía tan bien.
—Coincido —Changbin le sonrió tímidamente—. Siempre tengo mucho frío cuando duermo. Pero tú eres una maldita estufa.
Felix hizo un gesto como si se tratara de una pequeña reverencia—. Ha sido un placer servirte.
Changbin apenas resistió el impulso de enterrar su sonrisa vergonzosamente amplia en un cojín, sentía como si algo que solo podría describirse como un mareo, se elevaba dentro de él.
¿Qué demonios le pasaba?
Necesitaba moverse. Sí, eso era lo que tenía que hacer. Aclarar su cabeza. O algo.
—¿Quieres desayunar? —Preguntó, levantándose del sofá y extendiendo su mano hacia Felix para ayudarlo.
Felix miró la mano, las cejas se fruncieron seriamente. —¿Quieres mis llaves o...?
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atrapado en ámbar.
FanfictionHan pasado siete años desde la muerte de su madre, Changbin y su padre se han convertido en dos extraños que viven en la misma casa. A pesar de que ya nadie lo moleste en el instituto, la situación no mejora. Hasta que un día, un estudiante de insti...