Changbin entró en la habitación y se dejó caer en la silla demasiado familiar ubicada en la esquina, mirando fijamente hacia el suelo. Apretó los dientes cuando el ruido del ventilador interrumpió el silencio. Estaba harto de este jodido hospital y de cada jodida persona en él.
Se sorprendió cuando la puerta se abrió de golpe. Una Yangmi con la cara muy roja estaba parada en la puerta, sus ojos se centraron en él de inmediato.
—Yangmi —dijo con un pequeño gesto de cejas—. Qué amable de tu parte venir. No puedo decir que sea un placer.
Yangmi entró en la habitación. —¿Por qué no me lo dijiste? —Changbin solo se encogió de hombros. Ella tragó con fuerza y dio otro pequeño paso hacia él. —Han pasado casi veinticuatro horas desde que tuvo el ataque.
—Wow, ¿realmente ha pasado tanto tiempo? —dijo, con una voz monótona—. ¿Qué puedo decir? El tiempo vuela cuando te estas divirtiendo.
Yangmi farfulló y apartó la vista de él, pasando una mano temblorosa por su cabello. Sus ojos se posaron en la cama al otro lado de la habitación, para luego darle a Changbin una mirada suplicante. —Por favor, Changbin, ¿no crees que al menos merecía saberlo?
Changbin la miró por un momento, para luego responder con frialdad. —No.
Ella retrocedió un poco. —Mira, entiendo que no somos cercanos, que no me quieres en tu vida. Lo sé. Y entiendo que esto debe ser tan difícil para ti...
—Tonterías —interrumpió Changbin sin rodeos—, no entiendes absolutamente nada de esto. Así que ni siquiera lo intentes.
Una mirada dura entró en los ojos de Yangmi y ella dio un paso adelante una vez más, con propósito esta vez. —Si te hubieras molestado en conocerme, te darías cuenta de que en realidad sí. Entiendo la pérdida. Entiendo el dolor. Puede que no comprenda perfectamente tu situación, pero sí entiendo lo que se siente que te arranquen a la persona más importante de tu vida, sé que se siente como si hubieran arrancado una parte de ti.
Changbin se aseguró de mantener su expresión en blanco. —Alguien que traiga los violines, tenemos una triste historia aquí.
Yangmi se atragantó con un sollozo y dio un paso atrás, apretando una mano contra su boca.
—Este hombre —dijo con un estremecimiento bajo en su voz—. Tu padre, se ha esforzado mucho contigo. Se esfuerza todos los días para tratar de arreglar las cosas, hasta el punto de estresarse al límite, como ahora, pero no, tú nunca le das nada a cambio.
Changbin se puso de pie. —De acuerdo, ya tuve suficiente con tus discursos. Me voy, es todo tuyo.
Se abrió paso a través de la enfermera para salir, con la cabeza gacha, hacia la sala de espera.
La voz de Yangmi vino después de él —No puedes seguir huyendo de esto, Changbin. No funciona así.
Su paso tartamudeó pero no miró hacia atrás. Apretó la mandíbula y se concentró en la figura de Felix frente a él. El estrangulamiento que apretaba en su pecho disminuyó bastante al verlo. Los ojos preocupados del pecoso atraparon los suyos, Changbin sacudió la cabeza.
Felix asintió y le extendió la mano. el chico la apretó con fuerza, aferrándose al único hilo de consuelo que podía permitirse tener.
💛
Changbin se recostó en el asiento y cerró los ojos en el viaje a casa. Podía sentir las miradas de Felix en cada semáforo, sabía que las preguntas se hacían cola una tras otra en sus labios, pero afortunadamente se estaba absteniendo de hacerlas.
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atrapado en ámbar.
FanfictionHan pasado siete años desde la muerte de su madre, Changbin y su padre se han convertido en dos extraños que viven en la misma casa. A pesar de que ya nadie lo moleste en el instituto, la situación no mejora. Hasta que un día, un estudiante de insti...