Changbin se despertó temprano a la mañana siguiente, con el teléfono todavía apretado en la mano y las mantas enredadas alrededor de sus piernas. Suspiró y se estiró, empujandolas hasta el extremo de la cama con los pies.
Pasándose una mano por el cabello desordenado, cerró los ojos por un momento más antes de levantarse y caminar escaleras abajo para tomar un café, sus pantalones de algodón le quedaban demasiado largos y raspaban el suelo con cada paso.
Cruzó los brazos alrededor de su cuerpo, el frío en la casa impregnaba la delgada camiseta que se había puesto antes de acostarse. Se arrastró a la cocina, donde notó un gran libro sobre la mesa, abierto, con una botella de cerveza vacía abandonada al lado. Era un gran álbum de fotos encuadernado en cuero, uno que conocía bien.
Era el álbum de la boda de sus padres, estaba bastante seguro de que su padre no lo había visto en los últimos siete años. Changbin de vez en cuando se encargaba de desempolvar todas las fotos y libros de la casa, y siempre tenían exactamente la misma cantidad de polvo.
Se dejó caer en una silla y acercó el álbum hacia él, pasando los dedos por el borde de la página mientras miraba la foto, una de sus padres sentados juntos en su mesa, sonriéndose mutuamente. Se podía ver que irradiaban felicidad, estaban percatándose de que ya no estaban solos en la vida, que siempre tendrían a alguien allí.
Pero pocos son tan afortunados.
Changbin cerró el libro de golpe.
Era muy temprano para esa mierda.
💛
Felix llegó temprano al instituto, esperando encontrar a Changbin antes de las clases. Aparcó en su lugar habitual y sacó su teléfono.
Para: Changbin (7.14 am)
Ya estoy en el instituto ☺️ Si por alguna razón llegas temprano, ¡estaré en la biblioteca! F xPasó unos diez minutos agonizando sobre cómo firmarlo (decidiendo finalmente dejarlo como estaba) y luego reunió sus libros y se dirigió a su destino.
Después de pasar unos minutos sentado en soledad, vio a Changbin entrar en la habitación, sus mejillas estaban sonrojadas por el frío del exterior.
—Buenos días, querido Changbin —dijo la vieja bibliotecaria desde detrás de su escritorio—. Te extrañamos por aquí, es encantador verte de nuevo.
Changbin la miró y luego miró a Felix, como para comprobar que estaba a cierta distancia de audición. —Buenos días —dijo, antes de lanzarse a la mesa de Felix y hundirse en la silla frente a él.
Felix le sonrió. —Buenos días, querido Changbin —dijo, tratando de imitar a aquella señora.
—Vete a la mierda —gruñó Changbin, enterrando la cabeza en sus brazos.
—Creo que es encantador que tengas una buena relación con el personal de la biblioteca —dijo Felix, extendiéndose para acariciarle el brazo.
—Oh —Changbin pasó una mano por su cabello—, bueno, es que antes solía pasar mucho tiempo aquí, así que supongo que me conocien un poco, lo que sea.
Felix le sonrió. —Supongo que sí. ¿Ahora entiendes lo que dije anoche? Oso de peluche.
Changbin dejó caer la cabeza sobre la mesa y murmuró: —Estás loco.
—Me alegra que hayas llamado —dijo Felix después de un rato—. Estaba un poco preocupado por ti.
Changbin se sacudió para sentarse derecho, mirando a Felix de cerca. —Número uno: no necesito que nadie se preocupe por mí, pensé que ya lo habíamos dejado claro. Y número dos: no había razón para preocuparse.
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atrapado en ámbar.
FanfictionHan pasado siete años desde la muerte de su madre, Changbin y su padre se han convertido en dos extraños que viven en la misma casa. A pesar de que ya nadie lo moleste en el instituto, la situación no mejora. Hasta que un día, un estudiante de insti...