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Tercer capítulo de la maratón ♥
Felix navidad para todxs, uwu.
Que lo disfuten.

💛

Felix llegó a la escuela temprano el lunes por la mañana, con su atuendo cuidadosamente escogido y su cabello peinado.

Su teléfono sonó alegremente desde su bolsillo mientras abría su casillero, y su corazón dio un vuelco cuando lo sacó, sabiendo exactamente de quién se trataba.

De: Changbin (7.34 am)
¿Almuerzo hoy? En algún lugar privado.

Felix sonrió torpemente hacia la pantalla. Otro mensaje apareció antes de que pudiera responder.

De: Changbin (7:35 am)
Definitivamente soy fanático de lo que tienes puesto hoy, por cierto.

Las cejas de Felix se alzaron e inmediatamente levantó la cabeza para examinar rápidamente la longitud del corredor. Frunció el ceño cuando no pudo ver a Changbin en ningún lado.

—¡Amigo!

Felix se giró para ver a Minho trotar hacia él, con los libros metidos debajo del brazo. El pecoso le sonrió y volvió a su casillero para tomar un libro de texto.

—Hey, ¿cómo estás? —Minho preguntó sin aliento cuando se detuvo frente a Felix—. ¿Estás bien?

Felix lo miró confundido. —Uhm, ¿estoy bien? ¿Por qué no lo estaría?

—¿Por lo de la fiesta? Estabas bastante molesto.

Bien, recapituló Felix, la última vez que Minho había hablado con él había sido fuera de la casa de Soojin. 

Justo cuando abría la boca para responder, las puertas dobles al final del pasillo se abrieron de golpe y Changbin entró por ellas.

Su aliento se le quedó atrapado en la garganta, abrió mucho los ojos cuando Changbin caminó por el pasillo hacia él, con la barbilla levantada.

El pecoso cerró la boca y tragó saliva cuando se acercó. Las cadenas que colgaban de sus jeans tintineaban a cada paso y la fuerte caída de sus botas sobre el linóleo latía a través del cuerpo de Felix. El cuello de su chaqueta de cuero estaba abierto y dejaba entre ver su bufanda gris. Una sonrisa apareció en su rostro al momento en el que hizo contacto visual con Felix.

El más alto agachó la cabeza para intentar ocultar el rubor que se extendía por sus mejillas y se pasó una mano por la frente. Volvió a mirar hacia arriba. Los ojos de Changbin estaban fijos en los suyos, sus labios se suavizaron en una sonrisa amable. Hubo un tirón en el pecho de Felix y sintió ganas de extender la mano y abrazarlo.

—¡Felix!

Felix parpadeó y se volvió hacia Minho. Quien le estaba dando una mirada de complicidad, con la cabeza inclinada hacia un lado y los ojos entrecerrados por la sospecha.

—¿Pasó algo con Changbin?

Felix volteó sus ojos instintivamente hacia el nombrado, quien ladeó la cabeza ante la mención de su nombre. Miró a su pareja haciendo un movimiento de cabeza en modo de negación, y continuó por el pasillo, pasándolos de largo, dirigiéndose hasta su aula. Felix lo miró con el corazón hundido. La preocupación se revolvió en su estómago, su cerebro ya conjuraba diez razones diferentes por las que Changbin no querría que la gente supiera sobre ellos.

—Changbin y yo somos amigos, Minho —dijo Felix en voz baja, bajando la mirada para meter sus libros en su bolso—. Me tengo que ir. Nos vemos en el ensayo.

atrapado en ámbar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora