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Felix condujo por la tranquila calle suburbana, consciente de que Changbin se hundía cada vez más en su asiento cuanto más se acercaban a su casa. El más alto no pudo evitar preguntarse qué implicaba exactamente la "dinámica familiar extremadamente incómoda"

Y aunque la idea de encerrar la ropa de Changbin, considerando lo importante que eran sus outfit-totalmente-negros, parecía algo innecesariamente cruel, Ungin había aparecido como un hombre genuino (aunque un poco aterrador) que se preocupaba por su hijo. Pero, al fin y al cabo, Felix solo lo había visto una vez.

Pocos minutos después, Felix hizo una señal y revisó cuidadosamente sus espejos antes de entrar en la entrada de la casa de los Seo. Estaba vacío y tranquilo. Puso el auto firmemente en el estacionamiento, pero dejó el calentador encendido y se volvió para mirar al pelinegro.

Éste ya casi estaba recostado en su asiento, pasándose una mano ansiosa por el cabello mientras evitaba mirar a Felix, acercándose al vidrio del coche para llegar a ver a través de las ventanas de la casa—. Mierda, él no está aquí —murmuró, apoyando la barbilla en la base de la ventana para que su cálido aliento se condensara en el cristal.

Felix pasó los ojos por su expresión. La tensión había regresado a su cuerpo, y sus ojos oscuros se movían rápidamente entre el interior del auto y la casa como si se hubiera convertido en un animal enjaulado.

Felix se movió en su asiento, esperando algún tipo de señal. Pero el chico no mostró signos de movimiento. En absoluto—. ¿Nos vamos a quedar en el coche toda la tarde o vamos a entrar?  porque no estoy muy seguro de si el calentador puede soportar mucho más tiempo —añadió, acariciando el tablero del auto.

Changbin dirigió sus ojos hacia Felix —El calentador es lo último de lo que debes preocuparte en este auto, Felix —dijo secamente—, estoy bastante seguro de que has desgastado los cojinetes del motor —continuó, reclinando la cabeza contra el asiento y cerrando los ojos con una fuerte exhalación. —Y la junta mecánica definitivamente necesita ser ajustada, tal vez reemplazada.

Felix parpadeó ¿Changbin había deducido eso sin siquiera mirar dentro del motor? —¿Hablas en serio?

Changbin giró la cabeza contra el asiento para mirar a Felix a través de sus pestañas. —La mecánica no es una broma, Felix —dijo con gravedad, el brillo en sus ojos lo delató—, pero sí, necesitas llevarlo al taller... rápido.

—Muy bien —estuvo de acuerdo con una sonrisa—, tomaré la sugerencia.

Changbin asintió con aprobación y abrió la puerta del auto, caminando hacia la entrada. El pecoso lo miró un poco más tranquilo, apagó el auto por completo antes de salir y subir los dos escalones hacia la cubierta que rodeaba la casa.

Al entrar, Felix se limpió los pies con cuidado sobre la alfombra antes de quitarse los zapatos. Los empujó cuidadosamente contra la pared opuesta mientras Changbin luchaba con los cordones de sus botas, gruñendo por lo bajo mientras los desataba poco a poco. Felix observó con diversión cómo resoplaba, sentado en el suelo, renunciando a deshacer los cordones por completo mientras recurría a arrancarlos.

Changbin finalmente se puso de pie, su rostro un poco rojo mientras se cepillaba la parte delantera de sus jeans. —No ha sido mi entrada más digna —dijo. El pecoso le sonrió torcidamente y cerró la puerta detrás de él, dejando el frío clima afuera.

El silencio de la casa se acomodó a su alrededor, y Felix comenzó a tararear en voz baja.

Siguió al pelinegro por el pasillo. Las escaleras subían por el lado derecho, con una gran variedad de fotos que conducían al segundo piso. La mayoría contenía tres personas, pero algunas parecían ser fotos de bodas. Felix no pudo distinguir los detalles de ningún retrato, solo uno, justo al pie de las escaleras, que mostraba a un bebé en su cuna. Llevaba un mono lila y tenía un pequeño mechón de cabello castaño claro que sobresalía, salvaje y descuidado, en la parte superior de su cabeza. Felix sonrió mientras miraba más de cerca. El bebé miraba a la cámara con sus grandes ojos.

atrapado en ámbar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora