Caliginoso

381 21 0
                                    


Caliginoso: se le tacha de caliginoso a algo que es nebuloso, turbio, oscuro o tenebroso.

Supongo que el verdadero principio está en que me pasó cuando estaba en Eldarya: visitas a los calabozos, nueva vida, misiones imposibles, amistades...viajé, confié, amé, perdí y me traicionaron, como en el libro del Nombre del viento, tenía un gran comienzo ¿así que porqué no hacer uno parecido? Sí, supongo que así fue como todo comenzó. Esto en gran medida, es una historia sobre mis aventuras. Pero supongo que tendré que viajar aún más en el tiempo. Si esto tiene que ser una especie de libro de hechos, tendré que dedicarle el tiempo que merece. Si se me recuerda al menos con cierta veracidad, o con halago valdrá la pena.

Empecemos entonces

Al principio, según recuerdo todos las criaturas sobrenaturales o fantásticas como prefiráis vivían en la Tierra con los humanos... bueno no se realmente cuanto os interesa la historia así que en aras de la sencillez, supongamos que yo soy el centro del Todo y pasemos por alto innumerables y aburridas historias, guerras, hambrunas, periodos intermitentes de paz entre ambos bandos, ascensos y caídas de grandes civilizaciones, amores trágicos y otros más alegres, héroes y doncellas unas en apuros y otras mejor definidas como guerreras. Pasemos también por alto la Creación de Eldarya y las grandes migraciones. Vayamos al relato de verdadera importancia...El mío.

Bueno y ahora en serio lo que me ocurrió y no un intento malo de un libro magnifico.

Ese día en el que desperté aprendí dos cosas: lo primero que nunca debía enfadar a la jefa y aprendí que, o encontraba la forma de manejarme y protegerme en ese mundo, o no duraría ni para vivir la primera aventura de mi historia.

¿Y como aprendí la primera gran regla?

Sencillo, me desperté por los gritos en una amplia sala iluminada tenuemente por una gigantesco cristal azul. Me levanté de golpe mientras aún seguían resonando por el eco de la sala y haciendo que mis tímpanos dolieran.

- ¡Que se supone que estás haciendo aquí!- la pelinegra con orejas  y cola de zorro se acercaba dando fuertes pisadas hacia mí y me apuntó amenazadoramente con su bastón. Con cada palabra la llama fatua que este poseía iba en aumento-¡Como te has osado a entrar en este lugar!- me agarró fuertemente del brazo y me empezó a arrastrar hasta llegar a unas escaleras, por no caerme dejé de forcejear y le seguí a regañadientes. 

No aflojó su agarre y salimos a un largo pasillo cubierto por una alfombra roja infinita desde mi posición, paramos de golpe cuando un gran monstruo se puso delante nuestra

-Jamón llévatela a los calabozos- empecé a procesarlo todo de golpe en ese preciso momento

-¡No he hecho nada!¡No podéis llevarme a los calabozos!-me revolvía entre los fuertes brazos de aquel monstruo intentando escapar aunque fuese prácticamente imposible y lo supiese en aquel momento-¡No!¡Por favor soltadme!¡No he hecho nada de verdad!-

El temible gigante gruñó antes de responder-Tú callar-Rendida dejé de intentar escapar y miré a mi alrededor para saber por donde intentaría salir si conseguía escabullirme del lugar en el que pensaban meterme-Tú ahora buena, tú quieta- bufé y seguí mirando a todas direcciones

En poco tiempo estábamos bajando unas escaleras que me parecieron eternas en su momento, y creo que lo hubiese preferido a la jaula colgante en la que me encerraron

-Tu esperar- dio un resoplido antes de regresar por dónde habíamos bajado

-¿Cuando me vais a sacar de aquí?- me agarré a los barrotes para no caerme con el movimiento de la jaula

-Yo no saber-dijo y empezó a subir las escaleras el ogro con cara de cerdo y cresta roja

-¡No me dejes aquí!¡No he hecho nada!¡De verdad!-Intenté salir pegándole patadas a la cerradura pero solo conseguía hacer que la jaula se balancease con más rapidez y me mareaba. Desistí después de un buen rato y me senté aun agarrada a los barrotes

Miré al pequeño lago de aguas brillantes y oscuras a juego con la sala y una sombra emergió lentamente con unos ojos penetrantes

Podría decir que le lancé el zapato y lo ahuyenté haciendo acopio de valor pero sería mentira. El miedo recorrió cada palmo de mi cuerpo y grité como nunca antes había hecho-¡Sacadme de aquí por favor!¡Me quiere matar!¡Sáquenme!-escuché unos pasos apresurados bajar las escaleras, apareció un chico rubio corriendo hacia mí-Por favor sácame, me quiere matar- supliqué aferrando los barrotes con fuerza en un vano intento de alejarme de la amenaza

-Tranquila ya no hay nada-miré temblorosamente dónde me observaba hace rato la siniestra sombra y ya no estaba. Mis latidos se fueron pausando pero aún seguía alerta- te voy a sacar pero relájate- asentí tragando sonoramente, era mi oportunidad, abrió lentamente la puerta y me ayudó a bajar-Me llamo Leiftan-

-Yo soy Astrid- me sonrió y empezó a subir las escaleras-¿No me vas a agarrar o algo?

Sonrió ampliamente antes de responder-No puedes escapar en esta parte, no hace falta-Fruncí el ceño por mi supuesta incapacidad para escapar pero no iba a arriesgarme a que cambiase de opinión y le seguí rápidamente

-¿Porqué me encerraron?-

-Sabes que está prohibido entrar en la sala del cristal-

-No, no lo sé, tampoco sé donde estoy ni como llegué- Dije susurrando pero el chico de ojos verdes me escuchó

Sorprendido y parándose en mitad de las escaleras haciendo que nos chocáramos cuestionó-¿Como que no sabes donde estás?

-No lo sé, aparecí de golpe en la sala esa después de la tormenta y ver circulo de setas que brillan- expliqué como pude

-¿Te metiste en un circulo de hechicera?¡Eres de la Tierra!-

-Claro que soy de la Tierra, ¿de dónde sino?-Dije riendo pero paré al ver que no se reía él también me callé-

Borró la sonrisa que había mantenido hasta en su breve periodo de confusión-Tenemos que hablar con Miiko ahora-

-¡Oh no, no, no! Me niego a volver con esa chica ¡Me volverá a encerrar!

Suspiró largamente antes de contestar con un poco de vacilación que fue suficiente para alarmarme de nuevo-No creo que lo haga otra vez- intentó convencerme

-¡No pienso volver!-salí corriendo escaleras arriba lo más rápido posible intentando escapar de Leiftan. No iba a dejar que me volvieran a encerrar

Salí a la sala de numerosas puertas, cuando me dirigía a una por donde veía la luz del sol me choqué con otro chico, pero este era pelinegro y con los ojos grises

-¡Nevra sujétala, que no escape!

-Mierda-Intenté salir al exterior pero volví a ser agarrada. Me conseguí soltar doblando su muñeca pero unos brazos me rodearon por la cintura y me levantaron del suelo-¡No quiero ir!

-Ya no te escapas de hablar con Miiko, esto es importante-el pelinegro nos miró curioso pero el rubio se fue conmigo pegando patadas al aire y dándole golpes en la espalda. Me bajó en la entrada de la sala en la que aparecí y me miró serio-Compórtate y Miiko no tendrá motivos para volver a encerrarte- Asentí nerviosa pero al menos Leiftan me daba un poco de seguridad ante la locura de situación que estaba afrontando

No quería volver al oscuro agujero donde me habían tenido cautiva a saber por cuánto tiempo.


Típica vida de una faery-Fanfic Eldarya-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora