Libertinaje: libertad excesiva y abusiva en lo que se dice o hace
Había pasado cerca de una hora desde que Nevra se había ido y aún no regresaba. Quería saber qué deseaba contarme, al fin y al cabo ese era el motivo de que se montara todo éste lío.
Salí de mi cuarto para preguntarle a Karenn, él fue a hablar con ella. No me atrevía a llamar a la puerta¿Y si seguían hablando de algo importante? Estuve cinco minutos como una idiota discutiendo internamente entre si llamar o no. Era una cobarde, agaché la cabeza derrotada y me intenté ir
-¿Astrid?- sorprendida miré a Nevra que acababa de abrir la puerta, pero algo no estaba bien
-¿Qué ha pasado?-Sequé unas pocas lágrimas que corrían por sus mejillas, desde que conocía a Nevra no le había visto llorar nunca, solo ser un capullo y bromista-¿Estás bien?- no contestó solo se alejó un poco rompiendo nuestro contacto
-¿Porqué estás aquí?
-Dijiste que tenías que contarme algo importante-suspiró cansado y desvió la mirada-No tienes que decírmelo ya, me voy a intentar convencer a Karuto que me dé algo para almorzar, te dejo tranquilo- Él mismo había puesto un muro y yo no iba a romperlo, necesitaba su tiempo para lo que fuese
-Nos íbamos de misión en una semana, pero tendré que decir que la aplacen
-¿Porqué la aplazarás hermanito?-Karenn apareció por detrás y se unió a la conversación
-Voy a estar bien en pocos días-¡¿Enserio íbamos a ir fuera del CG?!
-No tendrás nada roto pero eso no tenía buena pinta- era yo la que desvié la mirada en ese momento, me sentí débil y como si hubiesen pinchado mi autoestima con un palo, no era tan grave-Tampoco cuentas con pociones porque eres una cabezota que no se deja ayudar
-Me niego a no poder hacer nada por tantos días
- Si no fueses tan testaruda te curarías a tiempo y podríamos ir a la misión-Llevaba razón en eso ciertamente
-Iré a la enfermería después- me resigné a la realidad, si quería ir a mi primera misión tendría que ir a la enfermería...pero ahora tenía otras cosas que hacer. Nevra pasó por mi lado y entró en su habitación rápidamente
-Déjale necesita tiempo- ya me lo esperaba, me despedí de Karenn y me fui rápido del pasillo, ya había llamado suficiente la atención
La cantina estaba completamente vacía aunque era lo que esperaba, no era el turno de ninguna comida
-Buenas Karuto
-¿Has venido a enseñarme que sabes hacer?-su tono cómplice consiguió levantarme un poco más el ánimo-Hasta dentro de una hora no empezaré a hacer la comida así que aprovecha ahora
-¿Qué puedo usar?
-Lo que quieras-corrí a la despensa, tenía que encontrar algo rápido y delicioso
Empecé a buscar por todas las estanterías de la sala. Encontré una bolsa con pan de hamburguesa, se me iluminó una bombillita, ya tenía mi solución.
Cogí todo lo necesario para cocinar y fui corriendo con cuidado de no caer nada. Cuando lo dejé todo en la isla de la cocina Karuto me miró curioso-¿Qué vas a hacer con todo eso?-le guiñé un ojo evitando responder para mantener la sorpresa
No tardé más de quince minutos en prepararlo y darle una de las hamburguesas a Karuto, la otra era claramente para mí-Pruébala venga
No os mentiré, estaba realmente nerviosa pero entenderme ¡llevaba más de dos meses para llegar a esto!
-¿No lo habrás envenenado verdad?- Karuto pocas veces bromeaba, y esta era buena señal- Es la primera vez que veo esto
-Se llama hamburguesa, es muy común en mi mun-pueblo-rectifiqué nerviosa, seguíamos ocultando que venía de la Tierra-Además está aún más deliciosa con salsas, y se le puede poner de casi de todo-Realmente me había salido con una pinta deliciosa, me costaba no empezarla pero quería ver primero la reacción del cocinero jefe-Venga
Solté el aire aliviada cuando por fin le dio un primer bocado
-Está realmente bueno...
-Lo sé-empecé a comerme la mía contenta, intentaba disimular mi entusiasmo como podía-¿Entonces...
-Necesito a gente en mi equipo de cocina- me levanté de golpe del taburete y empecé a saltar y gritar de la emoción, había logrado una de las primeras cosas que me propuse al llegar ¡y además podría conseguir no comer más gachas!
-¡Gracias gracias gracias!-Dios estaba tan emocionada
-Podrías enseñarme detenidamente cómo se preparan estas...hamburguesas. ¿Darán tiempo para el turno de medio día?
-¡Claro!-Empecé a explicarle animada a Karuto cómo se hacía, me enseñó una zona parecida a un armarito pero descomunalmente grande dónde guardaba los platos ya preparados y se conservaban como recién hechos-Nunca caí en eso
-Somos muchos en la guardia y a la gente no le gusta comer frío y que el de al lado lo tenga recién cocinado
-Tiene sentido, yo me molestaría-Seguimos cocinando un buen rato, Karuto vio lo fácil que resultaba preparar las hamburguesas y fuimos el doble de rápido-¿Para cuantos sueles cocinar?
-Esta semana para poco más de seiscientos, prepararemos la misma cantidad de siempre
-¡¿Somos tantos en la guardia?!
-Somos más, pero una parte está fuera de misión
-No distraigas a mi ayudante Nevra- ignoré al vampiro y seguí cocinando y guardándolo en la conservadora, Karuto lo llamaba con un nombre muy raro ése era más práctico
-Al final lo conseguiste-seguí a lo mío concentrada, quedaba demasiado trabajo
-Nevra estamos ocupados con la comida-A Karuto Nevra le caía bien pero era un hombre que perdía la paciencia muy rápido, demasiado
-¿Te la puedo robar un rato?
-No, la necesito en cocina...Astrid guarda estas-me deslizó por la encimera tres platos ya listos e hice lo que me pidió
-Necesito hablar con ella-el cocinero bufó fastidiado por la actitud de Nevra
-¿Quieres hablar con él Astrid?-seguía en los fogones ocupado, no podía dejarle con todo el trabajo
-Todavía queda demasiado por hacer lo siento
-Ya la has escuchado largo de aquí-Me sorprendí al bajar la mirada y ver cinco platos más para guardar, que rápido que trabaja Karuto
-Gracias Karuto
-No quiero charlas de enamorados en mi cocina hay mucho que preparar- Me sorprendió su tono bromista de nuevo y no pude tomarme a mal el comentario, solo reímos y seguimos trabajando por un par de agotadoras horas más.
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Típica vida de una faery-Fanfic Eldarya-Editando
FanfictionLo más importante para Astrid eran tres cosas: sus mejores amigos, su familia, y sus mascotas. Había sido así desde que tenía memoria, y por esa razón nunca se había planteado que ninguno de sus pocos e irreemplazables tesoros pudiesen faltar en alg...