Epifanía

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 Epifanía: Un momento de sorprendente revelación

Me desperté cuando alguien me agitaba insistentemente

-Despierta Astrid-susurraba constantemente, me moví bruscamente intentando separarme para poder seguir durmiendo-

-Castiel déjame- refunfuñé tapándome más con las mantas-

-No soy castiel- dijo de vuelta esa voz y me levanté de golpe encontrándome a mi jefe de guardia a mi lado-

-Buenos días Nevra- avergonzada me levanté de la cama y me desperecé-

-Te tendrás que acostumbrar a que aquí empieza la actividad en cuanto amanece...-miré por la ventana y alumbraban tenuemente las primeras luces del alba- leiftan me dijo que te trajese tu uniforme que ya te lo había conseguido-señaló la mesa y había una pila de ropa perfectamente doblada-también he aprovechado y te traje ropa de mi hermana, cambiate y te espero fuera para desayunar- me guiñó el ojo pícaramente con una sonrisa de lado-

-Si te quieres quedar...-agregué imitando su gesto, levantó la ceja y se giró-

-No me tientes, no sabes de lo que soy capaz-reí por su advertencia y en cuanto cerró la puerta cogí el uniforme de mi guardia, eran unos pantalones ajustados y elásticos negros, y una camiseta estrecha del mismo color sin mangas, al lado del sillón había unas botas de cuero nuevas, no sabía cómo había acertado la talla pero más tarde le daría las gracias, salí y mi jefe estaba de brazos cruzados al lado de mi puerta- No te queda nada mal, tendría que haberme quedado dentro- me miraba de arriba a abajo descaradamente mientras lo decía y los pocos que estaban en el pasillo empezaron a mirarme, rodé los ojos y le dí un golpe en el brazo, empecé a caminar molesta por las miradas de todos sin esperarlo ¡No tenía que gritar ese comentario! Nevra corrió hasta alcanzarme y ponerse a mi lado- Ey no te molestes-

-No estoy molesta- respondí secamente mintiendo, pilló rápido el mensaje y se calló mirando alrededor nuestra, apreté el paso para dejarle atrás mientras estaba distraído con a saber qué pero no lo conseguí, cuando entré a la cantina estaba vacío casi completamente, cogí una bandeja y me acerqué a Karuto para que me sirviese-

-Si ya ha llegado la problemática-dijo con una sonrisa burlona-

-La de ayer fue una comida deliciosa, espero que el desayuno no se quede atrás-le dije con una pequeña sonrisa y acercando mi bandeja, en su rostro se apreciaba claramente el asombro y me puso una especie de gachas y en un vaso un líquido azul espeso, agradecí y me senté en una mesa solitaria del fondo, la mesa de los jefes de guardia estaba completamente vacía, poco después nevra se sentó delante mía.

-¿Porqué has hecho eso?-

-Tengo que ganarme a Karuto, y la mejor forma de llegar a un cocinero es a través de su comida-añadí simplemente mientras probaba las gachas raras-y puede que así consiga cocinar algo más normal para mí-le dí un sorbo a la bebida azul y me resultó demasiado familiar e intenso, eso si que estaba delicioso-

-¿Sigues molesta?-

-¿Tú que crees?-me terminé la bandeja en un silencio tenso y la dejé en su sitio, cuando pasé por delante de la barra el cocinero me miró curiosamente, le saludé con una sonrisa y como respuesta hizo un gesto de cabeza, salí de la cantina y fuí al exterior por fin desde que llegué, desde la entrada al edificio todo se veía enorme, empecé a caminar entre la gente observando todo, dudé en un cruce y al final del camino que escogí me encontré con una hermosa fuente, me quedé largo rato sentada en su borde viendo el entorno, poco a poco habían ido apareciendo familiares muy curiosos, muchísimos eran de pequeño tamaño, y ninguno se parecía a las mascotas de miiko, empezaron a correr cerca mía rodeándome mientras se perseguían unos a otros hasta que uno saltó a mis brazos para escabullirse del que le perseguía, era un ratoncillo pequeñísimo amarillo con el pelo en punta azul al igual que las patas y garras

-¿Tú que crees?-me terminé la bandeja en un silencio tenso y la dejé en su sitio, cuando pasé por delante de la barra el cocinero me miró curiosamente, le saludé con una sonrisa y como respuesta hizo un gesto de cabeza, salí de la cantina y fuí al...

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Repetía todos los gruñidos que sonaban a nuestro alrededor, en un segundo todos los familiares de la zona desaparecieron y solo se quedó el pequeño al que acariciaba y hacía ruiditos parecidos a un ronroneo, miré extrañada el césped donde antes jugaban y ví a nevra y una chica un poco más alta que yo con la mitad del pelo rosa y la otra negro.

Típica vida de una faery-Fanfic Eldarya-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora