Típica vida de una faery-Fanfic Eldarya-Editando

Empatía

Empatía: Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos

Los dos salieron de la habitación contigua y me quedó claro por sus caras que no había sido una charla agradable

-Astrid necesito sacarte sangre- Eweleïn intentó poner una sonrisa tranquilizadora pero le salió una mueca, en el tiempo que he estado en el CG conocí lo suficiente a la elfa como para saber que no se le daba bien ocultar su ánimo, era algo fácil de percibir

-Claro- le extendí mi brazo poniendo también una sonrisa

-¿No vas a salir corriendo o  esconderte detrás de Nevra?-su tono extrañado me hizo gracia y le acerqué aún más mi brazo

-No creo que me dejes como una pasa no eres un vampiro-la elfa pilló rápido mi burla y se rió discretamente mientras buscaba una vena en mi brazo supongo

-Ja ja ja qué graciosa

-Siempre a su servicio- Ewe me pinchó con una jeringuilla demasiado grande, si la hubiese visto antes tal vez me hubiese planteado ceder tán rápido

Lo intenté de veras pero no pude quitar la vista de la jeringuilla que se iba llenando lentamente de mi sangre roja, se supone que me tendría que dar grima o algo pero no

-Me han dicho que has comenzado a trabajar con Karuto

-Sí, en la comida ha sido mi primer turno

-Y qué comida-Agregó Nevra mordiéndose el labio un poco-Ewe la tendrías que haber probado

-Ya tendré oportunidad- sacó la jeringuilla de mi brazo y me puso un algodón para que no me siguiese sangrando, cuando lo soltó yo seguí presionando-¿Ya te pagaron? 

-No aún no

-Karuto se habrá olvidado seguro-murmuró mi jefe a nuestro lado

-A los que pertenecen a una guardia se les da un recibo para que vayan a la biblioteca y Kero les paga

-Sí, los guardianes no siempre están disponibles para la cocina por lo que era mejor pagarles cada vez que trabajasen ayudando en cocina

-Pues Karuto no me ha dado nada-quité el algodón un poco y lo miré, estaba lleno de sangre ya y me estaba pringando los dedos

Eweleïn me dió otra bolita de algodón y le agradecí con una sonrisa

-Te tienes que quedar un rato aquí conmigo pero siempre puede ir tu Nevrita-el apodo lo dijo con tono burlón, al fin se había aligerado el ambiente y ninguno estaba serio

-Nev puedes ir tú porfa- el pelinegro rechistó en voz baja pero no alcancé a oírle y se fue de la enfermería

-Realmente tienes al jefe de la sombra en la palma de la mano

-¿Qué insinúas Ewe?

-Venga ya tienes al soltero más codiciado de todo el CG a tu antojo, muchas morirían por estar en tu lugar

-Pero tú no, ya tienes al elfo insoportable- se puso roja al momento y me miró alarmada

-¿Cómo lo sabes?- me preguntó angustiada

-Ewe seré nueva pero no se me escapa nada

-P-Pero

-No le des más vueltas, hace tiempo os ví raro, lo confirmasteis cuando me sedasteis, tardé más de lo que pensabais en dormir

-Viste cuando

-No quiero saber más-repliqué rápido, no tenía interés de saber qué hacían-Nunca pensé que dejaría de ser odioso contigo "Ewe no te preocupes has trabajado muy bien eres la mejor de todo Eel ya verás que en poco está incordiando de nuevo"- puse la voz un poco grave para imitarle- No pienso representa el beso sobre el escritorio- bromeé poniendo una mueca de asco

-Vale ya lo he pillado no molestaré con el asunto de Nevra...-bufó fastidiada-¿Pero enserio no hay nada? Eso no me lo trago

-Una amistad-me fulminó con la mirada poco convencida y me quitó el algodón de las manos

-Eres una sombra puedes mentir mejor- cogió un tarrito de cerca de la silla en la que estaba y empezó a poner una especie de crema en mi abdomen, se sentía como el infierno, no volvería a mentirle a Eweleïn

-Vale...me gusta ¿Estás contenta?-sonrió de lado y siguió poniendome crema

-¿Y a qué esperas?

-A nunca recuerda que es mi jefe

-Eso no cambia nada

-Hemos hecho un "Pacto de amistad"-murmuré con una mueca de dolor en parte también por el ardor que estaba sufriendo y no se calmaba

-Un golpe bajo...pero lo mejor es salir con un amigo hay mucha más confianza

-Ewe para por favor-levantó la mirada extrañada-no me dés esperanzas cuando sé que no las hay

Pasaron cinco minutos en el que ninguna de las dos habló, terminé tumbada en la camilla apretando los dientes, lo que habría dado por un calmante

Y de pronto entró Nevra con una gran sonrisa y dos bolsitas de cuero dónde se suele guardar el maaná porque se podían atar a casi cualquier parte

-Aquí tiene la gran chef-dijo con una sonrisa radiante y poniéndomelas en las manos

Ewe también me sonrió disimuladamente y yo...solo desvié la mirada con una mueca y me volví a tumbar en la camilla agradeciéndole al pelinegro