Típica vida de una faery-Fanfic Eldarya-Editando

Inquina

Inquina: Aversión que se experimenta contra una persona y que impulsa a tratarla de forma negativa o injusta.

Hacía tan solo unos minutos que había comenzado el turno de comida, entré en la cantina y ya estaban los tres jefes sentados con sus bandejas hablando. Aproveché que no había cola y fui casi corriendo por mi comida

-Me han comentado que sabes cocinar

-Así es- le respondí a Karuto recibiendo mi comida

-No me lo creo, tendrás que demostrármelo

-Cuando me lo permitas lo haré- asintió y me retiré de la cola, en todo este tiempo conseguí llevarme mejor con el cocinero jefe y ahí tenía mi recompensa al fin

-Por fin te has duchado- le dí un golpe en el hombro a mi jefe y me senté en mi sitio

-Me han entretenido

-Te dejé tranquila hace más de una hora

-Tú no, el rubio se empeñó en contarme su plan malvado- rodé los ojos y escuché la risa del elfo peliazul

-Has visto como no me has necesitado, solo has tenido que hablar con ellos

-Cállate que por tu culpa tengo agujetas, ni una ducha caliente lo ha solucionado

-Tómate esto- Ezarel deslizó un tarro que casi choca con mi bandeja-En unos minutos no te dolerá nada- lo abrí y me lo bebí de un sorbo, sabía un poco a menta.

-Entonces lo hizo porque...

-Si no te dejaba hacer tu misión te quejarías a Miiko y ella le dejaría salir del CG y retomar sus funciones

-A Leiftan nunca le ha apasionado estar mucho tiempo dentro del cuartel, pero no imaginaba que lo detestara tanto- Le devolví el tarro al elfo cuando terminó de hablar

-Consiguió lo que quería ahora me dejará tranquila

-Cambiemos de tema- dijo Valk

- Esta noche harás la poción, de esta no te libras

-Te juro que si no me sale te la voy a lanzar a la cara-Todos rieron y seguimos comiendo hablando de cualquier cosa

-Bueno, sabes que en dos horas tenemos entrenamiento haz mientras lo que quieras

-¿Hoy dónde es?

-En el cerezo. Mi hermana te estaba buscando cuando te fuiste a duchar, se pasará en un rato por tu habitación- asentí con la cabeza conforme y todos nos levantamos de la mesa. Cada uno cogió su camino, y el mío era hacia mi habitación, tenía ganas de hablar con Karenn un rato, los últimos días le había olvidado un poco