Vendetta: venganza
-¿Qué te ha parecido?
-Muy interesante
-¿La charla o mi hermanito?
-Cuando le diste con la piedra a Neit, no sé cómo no pensaste que eso iba a ocurrir- dije riendo mientras andábamos de vuelta al cuartel
-¡No me cambies de tema!- se empezó a poner roja, la vampiresa odiaba que le cambiase el rumbo de las conversaciones a mi antojo
-Sí Karenn, me ha parecido interesante la clase de tu hermano- rodé los ojos
-Me alegraría si fuese verdad- me sobresalté al escuchar al pelinegro a mi lado, la ojiverde sonreía malvadamente y me entraron ganas de pegarle en el estómago
-En verdad sí que me ha gustado
-¿Y de qué iba?- mierda, me giré en busca de ayuda pero Karenn solo me miraba levantando la ceja curiosa
-Estaba distraída contigo, no culpes a la chica de que no lo sepa
-Si me estaba prestando atención no estaba distraída, eso es justo lo que quiero
-Así que quieres que Astrid te preste atención hermanito...
-No saques mis palabras de contexto Karenn- Un grupo de chicas esperaban unos metros por delante nuestra, reconocí a la chica de esta mañana del pasillo- Te acompaño al laboratorio- Asentí y la vampiresa me sonrió y cuando pasamos junto al grupo de chicas que me miraban mal se separó disimuladamente de nuestro lado
-Por fin llegas humana estúpida
-No soy estúpida
-Eres culpable hasta que se
-Hasta que se demuestre lo contrario...-bufé y me senté en mi sitio de siempre, todos los días nos saludábamos así cuando entraba al laboratorio- Te digo siempre que es inocente no culpable duende insoportable
-¡No soy un duende!
-<<Eres culpable hasta que se demuestre lo contrario>>-Imité sus palabras con tono burlón
-Soy más alto que tú
-Yo al menos no duermo detrás de las estanterías- Hacía dos semanas le había pillado echándose la siesta en un rincón dónde nadie le veía ¡tenía hasta una almohada!
-¿Cómo lo
-Te encontré hace tiempo echándote una siestecita
-Nevra dile algo a tu recluta
-¿Ahora es solo mi recluta?¿Y eso de que le pegarías tu inteligencia?
-No se la puedo pegar, ha estado demasiado tiempo cerca tuya el daño es irreparable
-¡Que no soy estúpida duende!
-¿A esto te dedicas cuando entrenas con Ezarel?- me giré a ver a mi jefe que estaba serio y de brazos cruzados
-La primera media hora sí- puse una sonrisa inocente pero la quité frunciendo el ceño cuando volví a prestarle atención a Ez- Ezarel me debes un tarro de miel
-No he perdido la apuesta- Nevra nos miraba raro
-Claro que sí, la nueva del club de fans de Nev es de tu guardia
-Imposible
-¿No te suena de nada Vanessa?¿Una chica de ojos azules morena?
-Confiaba en Vanessa, mañana la pondré a limpiar todos los tarros de pociones pasadas
-Pobre chica- una vez tuve que limpiar una sola y eso apestaba más que los zapatos de Castiel
-Hoy te toca demostrar que no eres inútil del todo, haz la poción de la corteza de sauce- cogí todo lo necesario y el elfo sacó de uno de sus cajones el tarro con la corteza que recogimos ayer-Tú fuiste a por él, no iba a dejar que el resto la usase y te quedases sin- le sonreí agradecida y me puse manos a la obra. Seguía al pie de la letra las instrucciones y conseguí que me saliera como debía
-¡En tu cara pitufo!-Nevra que estaba sentado en una mesa sonrió orgulloso cuando levanté la poción enseñándosela a los dos
-Tengo que admitir que lo has hecho bien- observó minuciosamente el frasco- Bueno pues hemos terminado por hoy, venga largo que me vais a manchar de barro el laboratorio- nos empezó a echar con cara de asco y cerró la puerta detrás nuestra
-Todavía quedan unas horas hasta la cena
-Me apetece ir a la playa vente si quieres
-Un buen paseo fuera del CG... es tentador- me acerqué tanto que solo nos separaban unos centímetros, y la cabeza y media que me sacaba pero eso era otra historia
-La mejor forma de librarte de la tentación es caer en ella
-Todavía no te has aburrido de jugar- dijo en el mismo tono que yo, empezó a reír y me cogió poniéndome sobre su hombro
-¡Nevra bájame!- le intentaba dar golpes en la espalda pero ni se inmutaba-Tú lo has querido
-¿Qué vas a-se calló cuando le pegué una patada donde nunca da el sol, puede que me pasase porque llevaba botas pero no se lo admitiría nunca. Se dobló del golpe y me soltó consiguiendo que me cayese de espaldas
-Ay
-Ay digo yo- le costaba hasta pronunciar las palabras, pero en serio a los tíos no le podía doler tanto un golpe ahí
-Lo siento, pero en mi defensa diré que no me bajabas
-Corre- se levantó y respiró hondo, cuando cerró los ojos me levanté y salí pitando de allí, amaba demasiado mi vida. No tenía posibilidad de correr más rápido que mi jefe y si me escondía me encontraría rápido
-Mierda- iba a todo lo que me daban mis cortas piernas y me metía entre la gente, había espacios pequeños y no tenía problemas para caber por ellos pero a Nevra le dificultaba el paso. Sin darme cuenta había terminado en las puertas de la muralla, pasé corriendo entre los guardias que me gritaron sorprendidos
-¡Agarradla!- pasé entre dos guardias evitando al tercero que intentaba pillarme
-¡Eso no vale Nevra!- empezaba a notar como me dolía el costado, no había sido buena idea gritar mientras corría al máximo. Me giré un momento para ver cuánto le sacaba a Nevra, este acababa de saltar como yo entre los guardias, le sacaba apenas diez metros no eran buenas noticias. Casi me caí con una piedra y volví a mirar hacia el frente, estaba llegando al cruce entre el bosque y la playa, ni muerta volvería al bosque de momento. Nevra casi me agarra en el cruce pero no sé como derrapé por debajo de su brazo y seguí corriendo. De milagro no me pilló en todo el camino a la playa.
Pero eso, no me pilló en el camino pero sí en la playa-¡Te atrapé!- me intenté escurrir entre sus manos pero no lo logré- Te vas a enterar- me cogió en brazos inmovilizándome para que no le volviese a pegar-Que lo disfrutes- se subió a un pequeño acantilado que no había visto nunca y me tiró, caí dos metros hasta el agua, por cierto seguía helada
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Típica vida de una faery-Fanfic Eldarya-Editando
FanficLo más importante para Astrid eran tres cosas: sus mejores amigos, su familia, y sus mascotas. Había sido así desde que tenía memoria, y por esa razón nunca se había planteado que ninguno de sus pocos e irreemplazables tesoros pudiesen faltar en alg...