Encono

121 18 8
                                    

Encono: Animadversión, rencor u odio arraigado en el ánimo

-No pienso decirte nada zorra-respondió con voz hostil. Por suerte no estaba sola

-¿Ves esto?-pregunté de cuclillas seria. Nevra le tenía cautivo y para mirarme giraba la cabeza manchando su mejilla sana de barro. Asintió entrecerrando los ojos-Soy buena, voy a cerrarte la herida- Escuché cómo tragó saliva y empezó a removerse, mi verdadera intención no era cerrársela y todos lo sabíamos-Nev sujétalo

Era estúpido decirlo ya que llevaba un rato así pero no me sentía capaz de cerrar la boca por los nervios

Aguanté su cara y quité algo de suciedad de su mejilla, segundos después empezaba a oler la carne quemada.Noté como la bilis subía por mi garganta y a duras penas contuve una arcada. Nuestro prisionero gritaba tan fuerte que me pitaban los oídos. Cuando él se quedó sin aire en los pulmones cerré los ojos con una mueca entre asqueada y apenada y separé mi mano con la daga

Me alejé de nuevo poniendo distancia entre ellos y yo, cuando me acerqué a la fogata habló con un bramido-¡Te voy a matar zorra estúpida!-ignoré su grito poniendo la hoja al fuego de espaldas a ellos-¡Te juro que te atraparé como a todas las demás!

Un golpe, mi jefe empezaba a perder la paciencia, no había descansado últimamente y nada bueno saldría de aquí como no colaborase nuestro agresor

-¿A quienes buscas?-pregunté olvidando la daga en el fuego completamente, Nevra bufó por el esfuerzo, el rehén era fuerte. Cuando me puse de pie enfrente suya escupió a mis botas y sonrió triunfante- ¿Así no conseguiré nada verdad Nev?-negó y Gillter o como se llamase volvió a aullar de dolor. El pelinegro le había dislocado el brazo sin duda, me resigné y dije-No seré buena entonces-mi jefe me miró preocupado, o extrañado, no sé no quería realmente saber qué estaba pensando de mí en esos momentos

Froté un poco la puntera con la tierra para limpiarme el zapato de su escupitajo, el estúpido se mordía el labio para no seguir gritando de dolor. Intentó hablar seguro para seguir insultándome o prometiendo que me mataría o alguna mierda de las que repetía desde hacía un buen rato, pero le dí una patada en la cara y escupió sangre junto con algún diente

-¿Porqué me querías?-formulé levantando un poco su cara, se rió y le solté de golpe la cabeza le rebotó contra el suelo, me limpié la sangre en su hombro dislocado, daba grima el tacto pero comenzó a gritar de nuevo

-Astrid, para-avisó el vampiro pero negué, un suspiró más y vuelta a comenzar

-¿Porqué me querías?-repetí cansina, necesitaba respuestas-¡Responde!

Solo bastó el amago de otra patada y empezó a cantar-¡Solo cumplo órdenes!-nos confesó entre escupitajos de sangre, con la fogata como única fuente de luz se veían negros en el suelo, y su cara era siniestra-Por cada humana que entrego me pagan-continuó entrecortadamente

-¿Quién?-cerró los ojos por unos segundos y al abrirlos regresó a él su coraza, se negaba a continuar

Cogí la daga nueva, larga como mi antebrazo y brillante como la luna. Esperé a que hablase pero se negó y no tuve de otra, le volví a levantar la cara con asco por la sangre que tenía, hice una marca desde el comienzo del pelo hasta la barbilla-¡Ahhh puta zorra!-aspiró entre dientes. Una mano rodeó mi antebrazo pero me liberé con brusquedad y volví a mi posición del principio, de cuclillas delante suya-¡No lo sé!¡No le conozco en persona!-tenía una respiración errática y le dejé recuperar un poco el aliento- era un rumor, si llevas a una chica humana a un claro en el bosque atada, a la mañana siguiente tienes una bolsa de maanás por cada una al lado de tu cabeza...¡Te lo prometo!

-Es una estupidez-gruñí y Nevra me levantó de mi sitio, rehuí su mirada y se separó de mí. Volvieron las arcadas y me apoyé en un árbol cercano intentando no vomitar-¿Tráfico de humanos?-interrogué todavía de espaldas

-A mí sólo me importa mi bolsa, lo que hagan con ellas me da igual-admitió

Resonó el relincho de nuestra montura y sus cascos acercándose. Me giré y la hoguera estaba medio apagada, Nevra le había echado tierra encima y recogido nuestras cosas-Nos vamos-sentenció demandante

Ignoré al hombre a unos metros de mí, me repugnaba a mí misma por haberle hecho algo así a alguien y todavía percibía el sabor de la bilis. Nevra me subió detrás suya y comenzó a cabalgar veloz entre los árboles alejándonos de los gritos de nuestro atacante.

Estaba mareada aun con el olor de la sangre e incrementaron mis ganas de vomitar-Nevra para

-No-respondió tajante

-Nevra, por favor, para- a duras penas logré alcanzar la linde del bosque y vomité todo lo que había comido en el día y pegué la frente a la rugosa corteza del árbol intentando recomponerme. Comencé a llorar, estaba cansada y me sentía vacía. Esa no era yo y no sabía cuándo lo volvería a ser.

Típica vida de una faery-Fanfic Eldarya-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora