Típica vida de una faery-Fanfic Eldarya-Editando

Acoquinar

Acoquinar: Sentir temor, acobardar,amilanar o hacer perder el ánimo.

El corazon me latia con fuerza en el pecho, tanto que dolía, respiraba con dificultad y tenía todo el cuerpo rígido por la tensión. Estaba aterrorizada. Sentía que algo horrible había pasado ¿pero qué era?
Abrí los ojos y una luz tenue abarcaba toda la sala en la que pude distinguir las formas vagas pero familiares de la enfermería del CG. En algún sitio estaba Eweleïn inmersa en papeles.
Intenté relajarme aunque no sirvió de mucho. Tragué saliva dificultosamente e intenté controlar la respiración para poder pensar con calma. Estaba tumbada en una camilla y tenía frío aunque sudaba copiosamente, sería por culpa de la fiebre seguro. Todo el cuerpo me dolía y tenía una especie de resaca: dolor de cabeza, la boca seca y el estómago revuelto
Me incorporé todavía estremeciendome y capté el olor del desinfectante. ¿Qué demonios había pasado?  Me concentré. Fuera de las molestias de la resaca y algún golpe estaba bien aunque seguía incómoda aún en un ambiente tan familiar como esa sala. Aunque ya no sentía ese pánico del principio, me atenazaba un miedo más profundo, no tan histérico como racional. La rabia me calentaba por dentro y comprendí que fuese lo que fuese que le había pasado, fue algo terrible.
Necesitaba caminar. Me puse en pie y miré a mi alrededor, examiné toda la habitación en busca de la elfa o algún enfermero de turno pero no ví a nadie. Intenté otro paso más y ahogué un grito cuando sentí el tirón de un gotero en el brazo, definitivamente nada iba bien. Regresé y tanteando con las manos conseguí sacarlo no sin unas pocas maldiciones. En un rincón estaban la bata de la médico jefe y la bufanda de Nevra.
Me concentré con todas sus fuerzas. ¿Qué había pasado? Pero no conseguí recordar nada. De nuevo me atenazó ese miedo irracional al llegar a la conclusión de que no recordaba nada de lo que había pasado. Apreté los dientes para no gritar, tan fuerte que dio la impresión de que se astillarían. No recordaba lo que pasó ayer, ni anteayer, tampoco hace cinco o incluso siete días...nada ¿Dónde estaba Nevra?
Bajé la mirada y me fijé en mis pies descalzos contra el frío y pálido mármol, con pasos silenciosos entré al baño de Eweleïn, dudaba que la elfa dijese algo.
Miré al espejo fijamente y lo que más llamó la atención fue el camisón blanco que llevaba únicamente, de pronto me sentí todavía más enferma. Subí lentamente la mirada hasta mis propios ojos en el reflejo, contrastaba con el pálido moreno, en definitiva algo no cuadraba.
Las ojeras eran profundas y con un tono morado, estaba demacrada. Me eché un poco de agua en la cara que le terminó de despertar y me mojé la nuca. Era momento de descubrir qué sucedió.