Elizabeth despertó en una habitación blanca, con cama blanca, un librero blanco, inclusive la ropa que cargaba era blanca, se sentía desorientada, la cabeza le dolía como si le hubiesen pegado con un objeto contundente, pero lo único que recordaba era haberse ido a dormir con la estrella de madera en las manos. Ese recuerdo hizo que se avispara y empezara a buscar aquel objeto por toda la cama, luego por toda la habitación, pero no la encontró por ningún lado. Su desesperación estaba incrementando y su mirada se empezó a fijar en todos lados de aquella blanca habitación. Pudo ver una puerta igual de blanca al lado derecho de la habitación, sin manija para abrirla, con una compuerta en la parte inferior y con una ventana más alta de lo que ella pudiera llegar poniéndose de puntitas.
Empezó a golpear la puerta con clara desesperación
─ ¿Hola? ¿Alguien me escucha?
Pero no había respuesta.
Se sentó en el piso mirando hacia el reloj que se encontraba arriba de la cama. 3:30. ¿De la tarde? ¿De la madrugada? ¿Cuántos días habían pasado? Intentaba mantener la calma, pero era imposible. Se acercó al librero de la habitación, estaba lleno de toda clase de revistas y libros. Sus libros favoritos estaban allí, así como muchos más de las mismas temáticas, era su biblioteca de ensueño. Tomo uno que nunca había leído y se sentó en la cama. Estaba sumergida en una lectura profunda que había logrado mantenerla relajada, cuando el compartimiento en la puerta se abrió para dejarle paso a una bandeja con un plato lleno de comida; comida real, no los animales que habían estado consumiendo todo este tiempo; papas con pollo guisado y vegetales, otra vez su comida favorita con un jugo de fresa ¿Y adivinen? Era su jugo favorito.
Se acercó corriendo hacia el compartimiento, pero fue muy tarde, cuando llego, ya lo habían cerrado.
─Oigan quiero saber que pasa aquí, ¿dónde estoy?
Se volteo y el reloj ahora marcaba la 7:30. No podía hacer más nada que esperar. Aunque el miedo la invadía, trato de mantener el control y comer lo que estaba en su plato, donde noto también se encontraba la estrella de madera que con tanto desespero había buscado.
La verdad, la comida olía muy bien y tenía un hambre gigantesca; se preguntaba si era mera coincidencia o en realidad esas personas conocían sus gustos. Después de comer le dieron ganas de ir al baño, cuando esta necesidad ataco notó que en la habitación también había un retrete justo al lado de donde estaba la cama y justo al lado de él una ducha muy pequeña, por supuesto blanca también. Miró alrededor buscando alguna especie de cámara que pudiese espiarla, y si, había una, pero estaba justo arriba del "área del baño" apuntando hacia la otra esquina, dejando ese espacio sin enfocar; lo pensó mucho, por supuesto que vivir en el bosque hace que pierdas un poco el pudor de donde haces tus necesidades, pero allí sabía que podían estarla observando con seguridad, sus mejillas se pusieron rojas de solo pensarlo, pero terminó por tragarse su miedo y se dispuso a usarlo.
A las 9:30 las luces de la habitación se apagaron dejando solo una pequeña lámpara en el tope del librero prendida. Asumió que eso significaba que era hora de dormir, así que debían ser las 9:30 de la noche y ciertamente por alguna razón sus ojos le pesaban y se quedó dormida. Pasaron los días y era exactamente la misma rutina, prendían las luces a las 7, desayuno a las 7:30, libros, libros, libros hasta las 12:30, almuerzo, libros, libros, libros, 7:30 cena, 9:30 luces fuera; y los días se repetían. Contó exactamente 7 días cuando en su sesión de libros entre el almuerzo y la cena le tocaron la puerta y una voz familiar le preguntó si podía entrar.
─Dudo tener opción─ Al principio había pensado que Thomas debía estar en la misma situación que ella, además de estar preocupada por Freya, estuvo preocupada por él. Pero en el tercer día allí, cuando le fueron a llevar la bandeja había logrado escuchar a un par de personas hablando fuera del pasillo, como Thomas había hecho un magnífico trabajo y que seguramente estaba siendo condecorado por la valentía que había tenido al recuperar a seres tan especiales.
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EL ALMA - Saga: Impura Trinidad - Libro 1 (Completa ✔)
Fantasía-Esta historia esta siendo editada- La tierra ha sido controlado por seres nobles y amables. Seres que quieren mejorar la vida con tecnología mejorada y cultura superior, pero para ello lo primero que tienen que hacer es eliminar a la raza humana...