CAPÍTULO 31 - ELIZABETH

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 ─Entonces, ya tenemos todo preparado -

Si, su alteza─ Le decía Mariel

A ver repasemos una vez más el plan cuando vengan los muchachos con los equipamientos necesarios, quiero que todos estemos totalmente seguros de lo que vamos a hacer

A pesar de que James era el encargado de la misión y ella ni siquiera era la segunda al mando, ya que ese puesto lo tenía Thomas, se había preocupado tanto por aquello y la volvió tan personal e importante, que no podía evitar sentir la necesidad de que todos estuvieran en la misma sintonía, de que nadie se arriesgara más de lo debido por salvar a SU hermana de lo que SU propio padre había provocado. Se volvieron a contactar con Louise pasadas aquellas dos horas y terminaron de afinar los detalles que faltaban, para empezar el viaje duraba solo dos días hasta la zona 8, allí a la hora programada de cambio de turno, Louise iba a cortar la electricidad del área desde el centro de control, la chica se había hecho con las claves de acceso de un personal de mantenimiento, luego con unas herramientas cortarían la cerca y entrarían para colarse dentro de uno de los almacenes y cambiarse a una ropa más adecuada para poder moverse a través de la ciudad, ya dentro irían hacia el edificio central, esa era la parte más difícil ya que Freya estaba custodiada casi todo el tiempo; Louise iba a intentar de encargarse de llevarla hacia las escaleras de emergencia y allí, que no habían cámaras huir más fácilmente nuevamente hacia los campos.

Todo debía ser cuidadosamente cronometrado debido a que la comunicación iba a ser limitada, no podían usar tanto los walkies porque podían rastrearlos pero tanto Freya como Louise iban a tener uno con el cual poder hablar, además que tenían que evitar que alguien más los escuchara, igualmente debían ir preparados para lo peor porque debido a esta falta de comunicación no podían estar seguros de que todo fuera de acuerdo al plan, en realidad cualquier cosa podría salir mal, desde que no lograran quitar la electricidad de la cerca, que el cambio de guardia se atrasara, hasta que no lograran pasar del almacén por no parecer lo suficientemente "almas"; Elizabeth se tuvo que sentar ya que todas esas cosas le atormentaban la cabeza y no iba a negar que estaba aumentándole el miedo a aquella misión. Al parecer su cara era más notoria de lo que quería ya que Thomas se agachó en cuclillas y la tomo por las rodillas.

─ ¿Estás bien? 

Elizabeth asintió, a pesar de que sentía que su cabeza iba a explotar, no lo miraba directamente, si no las manos del chico sobre sus rodillas.

-Me encantaría decirte que todo estará bien, que nunca te dejaré sola y que siempre vas a estar bien-

Elizabeth levanto la mirada, ahora si mirándolo un poco extrañada.

¿Qué dijiste?

Solo te pregunte si estabas bien ─Dijo Thomas —Y aunque asientas, sé que no lo estas

¿Cómo estás haciendo eso? Hablar sin mover los labios

¿De qué hablas Elizabeth? ¿Segura que estas bien? ─ Ahora el chico se había acercado a ella para posarle la mano en su frente, como verificando si tenía temperatura.

─Puedo jurar que dijiste algo más de lo que tus labios mostraban

Thomas la miro algo extrañada.

─ ¿Estabas escuchando lo que pensaba? ─ El chico separó las manos de las rodillas de ella alejándose, asustado, apenado

No lo sé ¿Que estabas pensando?

No importa, solo dime que ya no estás en mi cabeza

Ni siquiera sé si lo estuve en algún momento Thomas, ya no puedo escuchar nada más que no sea lo que estás diciendo

EL ALMA - Saga: Impura Trinidad - Libro 1 (Completa ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora