─Cómo es posible que nadie haya podido localizarla─ James estaba en la sala de control, revisando los informes con todos los exploradores que habían salido a buscar provisiones ─Nos dimos cuenta que se había ido casi inmediatamente y nadie puede ser capaz de conseguirla, INEPTOS TODOS─ Gritó ahora exasperado, dejando a la multitud sorprendida mientras él se alejaba hacia un lugar más retirado, a sabiendas que debía relajarse.
─Cálmate un poco James, precisamente tu, no puedes perder el control ─ Thomas había ido tras de él.
─Es fácil para ti decirlo, tú tienes a tu princesa contigo─ James soltó con veneno e ironía aquella frase pero se dio cuenta inmediatamente que había sido algo duro, y bajo la mirada apenado ─Se fue sin avisar Thomas, algo debió haber pasado, ella no es así─ se notaba en los ojos de James que estaba cansado, que no había dormido, su cara demostraba una verdadera angustia.
El día que Freya se había ido, otro ataque de pánico había aparecido para el chico de ojos plateados, no entendía porque estaba sufriendo de eso, como si de alguna forma se sintiera débil y desprotegido, nunca había tenido ese sentimiento y no quería admitir que quizás, el que lo sintiera ahora, tenía que ver mucho con una rubia que le había revolucionado los sentimientos.
─Sé que estas preocupado, pero va a aparecer, te lo aseguro─
─Estuvimos 3 años buscándolas, sabe esconderse y ahora es ella sola y sabe lo que tenemos acá, si no quiere que la encontremos, no la encontraremos─ James decía esto con un tono de pena en su voz, no conciliaba el hecho de no volverla a ver, y tampoco conciliaba el hecho de que no le hubiese dicho o contado que era lo que le había pasado, el la hubiese ayudado.
Por el pasillo apareció una pequeña rubia, parecida a la que se había escapado ─Mi padre quiere hablar con nosotros, vamos─ Ella se acercó a Thomas y lo tomó del brazo, encaminándose los tres hacia la oficina del rey. Cuando llegaron, este tenía exactamente la misma cara de James o quizás peor, tenía los ojos rojos, por el llanto, supuso el chico.
─Que bueno que llegaron, creo saber porque Freya escapó─ Dijo el Rey a los chicos, limpiándose los ojos un poco y sin ningún tipo de preámbulo previo─ No consigo mi diario de notas, y sé que lo deje en este cajón, así que asumo que Freya lo leyó y por eso escapó─ dijo sin mirar a nadie a los ojos, cansado, tomando asiento.
─ ¿Qué tenía ese diario que podría hacer a Freya escapar ?─ Aunque era la misma pregunta que tenia James por hacer, fue Elizabeth la que habló.
James volteo la mirada de Elizabeth al Rey esperando que este respondiera. Por la cara que este tenía se notaba que no quería responder.
─Detalles de experimentos─ Resumió, causando que los tres chicos entrecerraran los ojos.
Elizabeth se soltó del agarre con Thomas y se acercó al escritorio, claramente molesta.
─¿Qué leyó Freya... que pudo hacerla escapar?─ Su voz era potente, una voz que nadie creería que una chica tan pequeña tendría, haciendo pausas poderosas.
─Experimentos que hice en ustedes cuando eran unas bebes
La cara de Elizabeth había pasado de molesta a una serie de cosas inexplicables, entre pena, tristeza, dolor y rabia. Ella se sentó, e inmediatamente James hizo lo mismo con el puesto que quedaba, el también sintió una pesadez que no podía explicar, mientras Thomas posicionaba sus manos en los hombros de la chica.
─ ¿Qué hiciste papá?─
─Desde que son bebes, les he aplicado una inyección que neutraliza sus habilidades─ suspiró ─Desde que nosotros estamos en los cuerpos humanos, perdimos nuestras habilidades, llevamos todos los años que estamos acá investigando como recuperarlas, como ampliar la capacidad mental del ser humano para que se fusione idealmente con nuestro ADN y poder hacer uso de nuestras habilidades, habilidades que ustedes han demostrado tener desde que nacieron. Como yo quería darles una vida normal, desarrollé una inyección para neutralizar sus poderes hasta que fueran lo suficientemente adultas para decidir y poder hablarles de esto─ Ahora miraba a Thomas ─ Yo le pedí a Thomas que no le contara nada de las habilidades que tienen ni de la inyección porque quería ser yo quien se los dijera─
─ ¿Tu sabias de esto?─ Dijeron Elizabeth y James al mismo tiempo ─¿El sí tiene acceso a sus poderes?─ Preguntó Elizabeth a su padre, sin dejar que Thomas ni siquiera respondiera.
─En el momento que ustedes fueron traídas acá, el eligió ponérsela, no quería por accidente usarlas y que ustedes lo descubrieran, pero si, toda su vida él ha sabido de sus habilidades, les ha dado uso y las ha entrenado. Sabemos que uno de los espías informo a Tadeus de esta inyección, recientemente uno de los que tenemos encarcelados nos dijo que Tadeus quería usarla para intentar darle uso inverso y poder liberar las nuestras, creo que esa es la verdadera razón por la que las quiere a ustedes, ya que ustedes la tienen en su sangre desde hace muchos años─ Elizabeth ahora miraba a Thomas decepcionada y se soltó del agarre que este tenía en sus hombros, al parecer el entendió ya que no volvió a acercársele.
─¿Se puede hacer? ¿Usar la inyección para liberar nuestras habilidades? ─James había hablado mirando directamente al Rey.
─No lo sé, la verdad nunca pensé en eso, yo ya había aceptado mi humanidad y solo quería darles lo mismo a mis hijas, nunca cree un antídoto ni tampoco pensé en algo que pudiera liberar nuestros poderes
El silencio reino en el lugar, Thomas estaba sentado alejado de todos, en el sillón, mientras Elizabeth miraba el piso y James miraba directamente al rey.
Fue Elizabeth la que rompió el silencio.
─Necesito un antídoto, quiero saber de qué soy capaz y tú vas a enseñarme─ Señaló a Thomas ─Si tu creaste esa inyección puedes crear un antídoto, es lo menos que nos debes papá─
─P-pero...─
─Pero nada, elegiste por nosotras todos estos años, pero ahora elijo por mí, y no puedes negarme mi naturaleza más tiempo, si no lo haces tú, lo haré por mi cuenta, y tendrás en tu consciencia que tus dos hijas no te quieran ni ver─ Se levantó impotente y salió por la puerta, Thomas la siguió.
James se quedó con el rey por un tiempo más, en silencio mirando la puerta por donde se había ido la chica.
─Nunca quise que esto pasara James, solo quería que fueran felices─
─Lo sé su majestad, pero ella tiene razón, negarle la oportunidad de conocer quiénes son puede traer problemas, más problemas─ Ahora pensaba en Freya, en lo que debió sentir cuando se enteró, en que todos le habían mentido y ahora su corazón pesaba aún más ─Yo por otro lado, quiero pedirle permiso para salir a buscar a Freya, desde aquí dentro me siento impotente─
─ ¿Tu y mi hija tienen algo?─ No parecía molesto, solo curioso ─Eres mucho mayor que ella James... que estén juntos es totalmente antinatural─
─Nosotros somos antinaturales...alienígenas dentro de cuerpos humanos
El rey rió con pena, sabiendo que tenía razón.
─Tienes mi autorización... espero la encuentres─ Al parecer su majestad no tenía ganas de pelear, solo quería a su hija de vuelta.
--
Ultima edición ; 10 de Agosto del 2021
ESTÁS LEYENDO
EL ALMA - Saga: Impura Trinidad - Libro 1 (Completa ✔)
Fantasy-Esta historia esta siendo editada- La tierra ha sido controlado por seres nobles y amables. Seres que quieren mejorar la vida con tecnología mejorada y cultura superior, pero para ello lo primero que tienen que hacer es eliminar a la raza humana...