CAPÍTULO 39 - ELIZABETH

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Tenía la mirada vacía, la chica rubia se miraba al espejo notando cada una de las marcas que se le habían formado en su rostro luego de tanto llorar, como esas bolsas negras que eran las ojeras, no había podido conciliar el sueño desde que volvieron al refugio, lo único que podía ver cada vez que cerraba los ojos era como Freya estaba siendo degollada, nuevamente unas lagrimas amenazaron con salir de sus ojos pero simplemente se quedaron dentro, quizás ya se había deshidratado tanto que no tenía mas nada liquido que expulsar de su cuerpo.

Elizabeth estaba vestida totalmente de negro, con su cabello ahora amarrado en un moño, sin nada de maquillaje y sus ojos sin ese brillo que siempre la había caracterizado, suspiró doliéndole la herida que tenia en el estomago, tratando de llenarse de valentía para lo que venía y salió del baño hacia la habitación donde Thomas se encontraba esperándola, este levantó la mirada del libro que estaba leyendo y cerrándolo lo apartó para posicionarse ahora al lado de la chica.

¿Estas lista?─ Le preguntó

Ella solo asintió sin mirarlo a los ojos y se enganchó a su brazo para encaminarse a donde estaba pautado iba a ser el funeral de Freya.

¿Cómo te sientes? ¿Cómo va la herida?─ Thomas volvió a romper el silencio, notándose preocupado.

Elizabeth no recordaba nada después de lo de Freya, su último recuerdo era el mismo que tenía cuando cerraba los ojos, ella había llegado inconsciente y llevada directamente a la sala de emergencias que tenían más cercana, para cuando despertó, tenía una venda al rededor de su cuerpo y se sentía adolorida por todos lados.

Mañana me toca quitarme la venda, pero ya casi no duele, ni siquiera tengo ya los moretones

¿En serio?─ Thomas bajo la mirada hacia ella, sorprendido

Si, en serio

Han pasado solo un par de días, te recuperaste muy rápido para la gravedad en la que te encontrabas ese día

Bueno, supongo que mi cuerpo no está listo para dejar este planeta─ Le respondió encogiéndose de hombros, dando por finalizada la conversación.

Thomas guardó silencio entendiendo lo que ella quería; caminaron por lo menos durante 20 minutos hasta llegar a un punto en el que se encontraron con un mar de gente que iba en la misma dirección que ellos. Elizabeth, lejos de sentir agradecimiento porque la gente se fuera a despedir de su hermana, se sintió ofendida y molesta ¿Cómo se atrevían a ir a despedirla como si la conocieran? ¿Cómo se atrevían a siquiera creer que sabían quién era ella? Nadie allí tenía la menor idea de cómo era Freya, de lo que le gustaba y lo que no, de cómo se comportaba cuando estaba molesta y como sus hoyuelos se le marcaban cuando reía, que la verdad era muy poco; Freya siempre fue seria, siempre buscando que todos estuvieran bien, nadie en realidad se preocupaba de que ella fuera la que estuviera bien, una punzada en su corazón volvió a aparecer, si algo le quedaba entero de él probablemente se rompería en cualquier momento con tanto recuerdo.

Entraron a un salón grande e iluminado, no había féretro ya que claramente no había cuerpo, solo una gran foto vieja de Freya, de cuando tenía como 15 años, no se parecía en nada a la persona que había sido ella en la actualidad.

Su padre estaba en la entrada recibiendo a la gente agradeciéndoles por ir al funeral de su hija.

¿Y esa foto?─ Le pregunto Elizabeth cuando fue su turno de ser recibida.

Es la única que tenia de ella sola─ le respondió su padre.

Pareciera que cada cosa que cualquier otra persona hiciese le molestaba mas y mas ¿cómo no iba a tener una foto más reciente de Freya? Hasta ella tenía una foto más reciente, de los últimos meses antes de que todo se fuera a la mierda, hace 3 años igual era más cerca que hace 6. Apretó el brazo de Thomas tratando de mantenerse en calma, fijándose ahora en su madre y encaminándose hacia ella, se encontraba mirando el piso, como en shock todavía; cuando Elizabeth se le acercó, esta no dijo nada, no era necesario y solo le acarició el cabello. La rubia apartó la mirada de su madre y la paseó por su alrededor tratando de descifrar quién era toda esa cantidad de gente que allí se encontraba, en su recorrido pudo mirar a James también sentado mirando al piso al otro lado de la habitación, tenía un aspecto aun peor que el que tenia ella mirándose al espejo, tenía los ojos entre rojos y morados demostrando que él al parecer todavía no había llorado todo lo que debía llorar. Dejó que Thomas siguiera dándole fuerzas a su madre cuando esta se acerco a James, quizás era la otra persona en la habitación que podría entenderla.

EL ALMA - Saga: Impura Trinidad - Libro 1 (Completa ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora