Capítulo 3

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Su padre siempre les compraba juguetes, eso era algo que a Yoongi el gustaba mucho, jugar con los regalos que su padre le daba. Jugaba con Jungkook la mayor parte del tiempo, claro, él tenía que cuidar a su pequeño hermanito.

Y no se molestaba, pero lo que odiaba era que el pequeño Kook se comportara mal.

Claro que los regalos fueron aumentando con forme a las edades que ellos tenían. Sin embargo cabe decir que fue a los siete años la primera vez que Yoongi le puso una mano encima a Jungkook y no precisamente de la forma que están pensando.

Yoongi odiaba que tomaran sus cosas sin permiso, desde ese momento se había vuelto egoísta en ese aspecto y no dejaba que el pequeño Kook las tomara.

—No, no, Kook, no debes golpear el carrito —Regañaba al ver al pequeño de dos años golpear el juguete contra el suelo.

Jungkook le sonrió mientras lo hacía, una risa inocente, de niño, una risa donde no sabes que es malo lo que haces pero lo haces.

—Deja eso Kook —El mayor trató de detenerlo pero el niño seguía de necio. Esta vez Jungkook golpeó el juguete del mayor más fuerte contra el suelo—. ¡Dije que no hicieras eso! —Yoongi le arrebató el juguete—. ¡Es mi carrito! ¡Mío, mío!

Qué triste que el pequeño Jungkook no sabía hablar aún muy bien para decirle que quería jugar con ese carrito, aunque por la cara, Yoongi pudo saber que eso decía. Sin embargo no accedió a dárselo porque sabía que podría romper su carrito.

—¡Es mi juguete, mío!

El pequeño empezó a llorar y Yoongi se sintió un poco mal por eso, el odiaba que su hermanito llorara pero no podía evitar estar molesto. Era su juguete, suyo, su carrito a control remoto que su papá le había comprado. Adoraba ese carrito y no iba a dejarse vencer por el rostro bañado en lágrimas de su hermano.

Ahí fue la primera vez donde Yoongi miró a su hermano con coraje, con odio, con molestia. Y fijándose bien por si su padre venía, tomó fuerzas y golpeó al pequeño Kook en la cabeza con el carrito.

Una vez que lo golpeó espero la reacción de su hermano y este no hizo más que mirarlo por unos largos segundo hasta que volvió a llorar. Pero Suga no se detuvo, volvió a golpearlo con el juguete que era más grande que su mano, esta vez con más fuerza.

Y ahí fue donde los gritos de su hermano se volvieron más fuertes.

—¡Yoongi! ¿Qué pasa con Jungkook? —Gritó su padre.

Rápidamente el mayor inventó algo.

—¡Kook se cayó! —El mayor lo tiró en el suelo y puso el carrito en la mano del menor—. mío ¿Oíste? Es mío, solo mío —Amenazó antes que su padre llegara y corriera para tomar a Kook en sus brazos.

Cuando Jungkook cumplió los nueve años, Yoongi empezó a tomar ventaja de su edad y a manipular a su hermano.

—Jugaras con mis juguetes solo una hora ¿Entendiste?

—Sí, Yoongi.

—Si te pasas un minuto le arrancare las cabezas a esos muñecos, no me hagas romper a Thor.

—Lo prometo —Dijo Jungkook con la mirada triste.

Pero a pesar de tener esa actitud ruda con el menor, Yoongi no podía evitar mirarlo con atención, estaba empezando a sentir ganas de acariciar el cabello de su pequeño hermanito.

—Hoy nos bañaremos juntos —Le ordenó.

Cuando Jungkook cumplió los doce las cosas ya eran más diferentes, sabía cuándo su hermano se molestaba con él, si su hermano le daba una orden él tenía que obedecer y si no, los golpes ya empezaban a surgir.

Lo que la mentira esconde - Yoonkook. Yoonmin. Jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora