¢αρíтυℓσ 7

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+El armario(?+

Entraron y se sentaron nuevamente en el círculo, Lila y Félix terminaron el beso, entre muchos aplausos y ahora era el turno de girar la botella nuevamente.

Le tocó a Marinette, y cuando la giró, cayó lentamente en Adrien.

Todos guardaron silencio. La tensión era evidente. Todos sabían del enamoramiento de Marinette hace algunos años, y aunque eso había quedado en el pasado, ambos se habían vuelto muy cercanos, como si fueran más que mejores amigos.

Marinette se levantó y le tendió una mano al rubio con una sonrisa tranquila. Todos observaban atentamente.

-Vamos Adrien- Dijo refiriéndose al armario.

El rubio aceptó la invitación y tomó la mano de la azabache para levantarse, luego la soltó y ambos se dirigieron al cuarto. Ahora sólo se escuchaban murmullos y las miradas de sus compañeros iban intercalándose entre la pareja de amigos y Luka, quien tenía una mirada serena.

Cerraron la puerta del armario y quedaron a oscuras.

El espacio era reducido, por lo que intentaron acomodarse, buscando algo en qué apoyarse. Marinette se sobresaltó al poner su mano en algo blando y peludo (aunque sólo era un trapero), se tropezó y así también hizo que Adrien se cayera, dejando a ambos en una posición comprometedora, eso provocó que algunos de los utensilios cayeran sobre la pareja, Adrien se apoyaba con su espalda en unas escobas y una mano en el suelo, con la otra rápidamente reaccionó y afirmó los utensilios sobre ellos para que no golpearon a su amiga. Eso les impedía salir de esa posición o levantarse.

La azabache sentía sus mejillas arder por la vergüenza, por su culpa ahora ambos estaban en una situación incómoda. Ella había caído sobre él y no sabía dónde estaba apoyando sus manos, sólo sabía que una estaba en su pecho.

-M-Marinette...

-Oye ¿Qué es esto?- Dijo al sentir un bulto- Espera, no me digas que...

-¿Puedes mover tu mano, por favor?

Dió un pequeño grito y nuevamente se sobresaltó.

-Lo siento- Dijo apenada.

Ahora ella tenía ambas manos en el pecho de su amigo, que la envolvía con sus piernas. Sus rostros estaban tan cerca que podían sentir la respiración del otro.

-Si tan sólo pudiera quitar estas cosas de encima.

-Adrien, lo siento tanto.

-No te preocupes, ya encontraremos como arreglarlo.

Guardaron silencio un minuto. De a poco, se fueron olvidando del incidente, el contacto físico los hacia sentir cómodos y el calor que sus cuerpos emanaban era como un refugio.

-No te he podido dar las gracias por esta fiesta.

-Ah, eso... No es nada.

-Claro que sí- Dijo el rubio- Es muy lindo lo que hiciste.

-Eres mi mejor amigo, Adrien, haría lo que sea para verte feliz.

Estuvieron otro rato en silencio.

-¿Lo que sea?

-Claro, siempre eres muy amable y generoso, siempre ayudas a los demás, por eso te queremos. Te mereces lo mejor.

-Marinette...

-¿Sí?

-¿Podrías hacer algo por mi?

-Claro, lo que sea para el cumpleañero.

Adrien se acomodó, acercando más la azabache a él, y liberando una de sus manos comenzó a jugar con el cabello de la chica, ella sólo guardó silencio.

Sus rostros estaban a sólo centímetros, el contacto físico y el silencio parecían tentarlos, y con el paso del tiempo, ese deseo aumentaba en ambos.

Podían sentir sus mejillas arder. Adrien deslizó su mano lentamente desde el hombro de la chica hasta su suave rostro mientras la acercaba, y luego habló sobre sus labios en un susurro.

-Permíteme sentirme libre está noche.

Ambos cerraron sus ojos y se unieron en un tierno y delicado beso. Ya nada más importaba. El fuego en sus corazones les incitaba a pedir más. La azabache llevó una de sus manos al cabello del chico y comenzó a acariciarlo y jugar con él. Ambos estaban deseosos del otro, era como si esos labios fueran adictivos. Adrien bajó su mano hasta la cintura de la chica mientras acariciaba su cuerpo. El beso se volvió cada vez más apasionado y buscaban los labios del otro con desesperación.

Se separaron por falta de aire y luego volvieron a unirse. Un escalofrío recorrió el cuerpo de ambos, y se dejaron llevar por sus instintos. La chica pasó sus manos al cuello del chico y con dificultad por la posición, subió sus piernas a su cintura, mientras el rubio bajaba sus besos hasta el cuello de la azabache.

Y de pronto, un rayo de conciencia pasó por la mente de la azabache, que abruptamente se detuvo y puso una mano en el pecho de Adrien para separarlo.

-¡No!- Dijo con determinación- Esto... Esto no está bien.

El rubio gruñó y se separó, se dio cuenta de lo que acababa de hacer y se arrepintió. Se había dejado llevar por el deseo y él sabía las condiciones en que se encontraban, él, aunque tenía la intención, no había terminado con su novia aún, y no sólo eso, sino que también involucró a su mejor amiga, sabiendo que estaba en una relación. Era cierto, como decía su amiga, eso no estaba bien.

-Marinette... yo-

Un gran estruendo los interrumpió, venía del exterior. Un temblor hizo que los utensilios sobre la pareja de amigos cayeran al piso, liberándolos. Sin decir otra palabra, abrieron la puerta del armario y salieron corriendo en direcciones opuestas.

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Es la primera vez que escribo un momento "romántico", pero traté de hacerlo lo mejor que pude, así que espero que les guste.

Supongo que ya se imaginarán que fue el estruendo, pero no voy a dar ningún spoiler. Estoy trabajando en las imágenes (Hechas por mi, dibujos digitales) que les mencioné anteriormente, pero no me convencen mucho, así que voy a ir viendo después si las pongo o no.

Gracias por leer💕.

El día que robaste mi corazón (Adrinette) [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora