+Distancia+
Los chicos se dirigieron a la biblioteca cuando llegó el momento. Ambos tenían la cabeza gacha y la situación les recordaba al incidente que había ocurrido en el museo hace ya varios años. Desde entonces tantas cosas habían cambiado. Su mente estaba abrumada y no sabían qué decir o cómo explicar lo inexplicable. Tomaron asiento y clavaron sus ojos en la mesa, porque sabían que no podrían sostener la mirada del otro.
-No puedo hacer esto- Rompió finalmente el silencio, la azabache.
-¿A qué te refieres?
-Esto... Es muy incómodo para mi...
-Lo entiendo, tampoco es fácil para mí...
-No es eso, no es por el beso.
-¿Qué sucede entonces?
-No puedo estar cerca de ti. Cada vez que te veo, recuerdo lo que pasó, recuerdo cómo le fallé a Luka, y yo... no puedo con eso.
-Lamento haberte metido en problemas.
-Y no sólo me afectaste a mi, también le fallaste a Kagami.
-No lo había hablado con nadie entonces, ni siquiera con ella, pero quería terminar-
-¿Crees que eso es excusa?- Interrumpió molesta la ojiazul.
-Bueno, yo...
-Así que era cierto. No puedo creer que hayas caído tan bajo Agreste.
La azabache se levantó abruptamente y se marchó, no quería estar en el mismo lugar que él luego de eso.
-Marinette ¡Espera!
-No, Marinette nada. Ya me voy.
-Ya no estoy con Kagami. Hablé con ella. Sé que debí haberlo hecho antes, pero no encontré cómo.
-No es sobre Kagami ¡Es sobre ti! Te portas como un idiota, y ni siquiera te das cuenta, sólo das excusas.
-¿Podemos hablarlo? Por favor.
-Tal vez mañana. Adiós Adrien- Musitó molesta y se fue.
Adrien volvió a sentarse y con sus manos echó su cabello hacia atrás afirmándose la cabeza, frustrado.
-¿Cómo todo terminó tan mal?
-Tendrías que haberlo sabido, niño. Mentir siempre termina mal.
-Ya lo sé, y enserio quiero arreglar las cosas, pero sólo las empeoro. Marinette es muy importante y no la quiero perder.
-Mira, Adrien, si de verdad quieres arreglar las cosas con ella, dale tiempo. Deja que tenga espacio para pensar, perdonarte a ti y a ella misma. Sabrás cuando ambos estén preparados, y entonces será el momento adecuado para hablar, y que todo vuelva a ser como antes.
-Eso es muy sabio Plaga ¿Porqué nunca antes te pedí un consejo?
-Porque nunca antes habías sido tan idiota.
-...
-Mira niño, si no quieres saber no preguntes y espero que ahora me des doble ración de queso por hacerme pensar para arreglar tus niñerías.
-Y... Ya volviste.
[...]
Las semanas pasaron, Marinette se seguía mostrando muy nerviosa frente a Adrien, ambos aún se sentían incómodos con la presencia del otro, pero para no levantar sospechas, de vez en cuando cruzaban alguna palabra en clases o sonrisas falsas, cosa que sólo los hacia sentir peor por dentro.
Marinette no sólo había estado evitando a Adrien, sino a Luka. Quería evitar cualquier posible cruce de palabras que terminara en una conversación sobre esa noche, porque sabía que Luka notaría si mentía, la conocía demasiado bien.
Mientras, Adrien y Kagami tenían sus propios problemas. Resultó que, accidentalmente la madre de Kagami había escuchado una conversación sobre la ruptura de los adolescentes. Los chicos trataban a diario de convencerla de lo contrario, ella no podía ver nada, pero tenía un excelente oído en el que confiaba plenamente, así que cada vez costaba más persuadirla. Y tenían que hacerlo, porque uno de los acuerdos que tenían los mayores Agreste y Tsurugi era sobre el compromiso de sus hijos, si uno incumplía el trato, el acuerdo se cancelaba. Eso significaba una pérdida de una suma muy significativa, era por eso que los adolescentes habían sido advertidos, y como ya eran mayores de edad, si eso ocurría, quedarían en la calle por su cuenta.
Ambos estaban agobiados, no podían creer en los problemas que se habían metido por un beso. Habían perdido a sus mejores amigos, y eso era lo que más les dolía, porque sabía que si al menos tuvieran la compañía del otro, todos esos problemas no se verían tan difíciles.
[...]
Una tarde, Adrien ya no pudo más. Era tanto el estrés y la presión que le ponía el apellido Agreste, estaba cansado de ser el rostro de la perfección. No quería llorar, no quería gritar, lo único que quería, lo único que extrañaba, era a su querida y mejor amiga Marinette.
-Espera, niño ¿Qué haces?- Dijo su kwami al darse cuenta de cómo miraba fijamente a su anillo mientras lo sostenía, no quería que cometiera otro error.
-No puedo explicar ¡Plaga, Las garras!.
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¿Qué hará Chat Noir ahora?Gracias por leer💕.
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El día que robaste mi corazón (Adrinette) [Pausada]
FanficHabían pasado años desde que habían dejado de insistir en sus amores platónicos, agotados de tanto esperar y jamás ser correspondidos. Dieron vuelta la página y decidieron darle una oportunidad a quienes sí los querían para ser felices. Pero el dest...