¢αρíтυℓσ 4

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+El tiempo corre+

-Marinette- Una voz chillona la sacó de su trance- Tierra llamando a Marinette.

Le costó un poco reaccionar, estaba tan hundida en sus pensamientos que cuando por fin logró salir de estos, sintió el fuerte ardor que había en sus mejillas y la kwami miraba burlona la sonrisa boba que tenía la chica.

-L-lo siento Tikki- Musitó nerviosa.

-Estuviste 10 minutos mirando al cielo hablando entre dientes.

-Espera ¿¡10 minutos!? Ahora me queda menos tiempo para hablar con Kagami. No vamos a poder organizar la fiesta y Adrien me va a odiar porque va a pensar que olvidé su cumpleaños, y voy a llegar tarde a casa, Luka se va a haber ido, va a pensar que no me importa y que no estoy comprometida con la relación, entonces va a terminar conmigo y-

-¡Marinette!

-¿Qué?

-Toca el timbre.

-Sí, cierto.

Dió un fuerte suspiro y presionó el botón de la casa. Era casi tan grande como la de Adrien, pero no era una mansión, tenía algo... diferente.

Se escuchó una voz tan monótona como la de una contestadora.

-Familia Tsurugi, qué se le ofrece.

A Marinette le aliviaba un poco que no saliera una cámara parlante para intimidarla, pero aún así la fría voz del comunicador le ponía la piel de gallina.

-Y-yo vengo a... hablar con Kagami.

-De parte de quién.

-Su amiga, Marinette.

-Espere un momento.

Todo estaba tardando demasiado, y la azabache miraba la hora en su celular ansiosa. La kwami notó la preocupación de su portadora, así que trató de calmarla.

-Si tanto te preocupa Luka ¿Porqué no lo llamas para decirle que vas a llegar tarde?

-Ya no puedo, Tikki. La familia de Kagami se toma muy enserio su política de "No usar el celular en casa", es algo así como para respetar a la persona con la que estás hablando.

La criatura sólo se encogió de hombros rendida. Pasaron almenos 2 minutos hasta que el portón se abrió. La ojiazul caminó sigilosamente hasta la puerta de la casa, que se abrió para mostrar a una Kagami con ojos acuencados.

-K-kagami, qué pa-

-Lamento haberte hecho esperar, por favor, pasa- La interrumpió.

Luego de la invitación, ambas chicas entraron y caminaron en silencio hasta la habitación de Kagami.

Marinette estaba preocupada por su amiga, quería saber qué le había ocurrido para que llorara, pero también se sentía incómoda por haber ido sin previo aviso y encontrar a la asiática en ese estado. Sabía lo reservada que era Kagami con sus emociones, la única persona con la que parecía abierta era a su novio, para los demás siempre trataba de parecer una chica fuerte.

-Puedes sentarte ahí- Dijo señalando un pequeño sofá mientras la ojicafé se sentaba en su cama.

-Lamento haber venido sin avisar-

Marinette sabía muy poco sobre la vida de Kagami, lo único que su amiga se había limitado a decir sobre su familia era que su madre era muy estricta, pero nunca quería hablar de eso. Las pocas veces que había ido a su casa había sido por invitación, entonces pensó que sólo la invitaba cuando su madre estaba de buen humor y justo ese día coincidió con un problema familiar. Sin saberlo estaba cerca y al mismo tiempo lejos de averiguar la verdad.

El día que robaste mi corazón (Adrinette) [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora