Capítulo 9

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— ¿No he oído el anuncio de ningún compromiso, y tú?
— ¿Qué? —Charlotte esperaba que Felicity no se hubiera percatado de su sobresalto. Nunca era totalmente consciente de lo que la rodeaba. Definitivamente, Niall la había desconcertado, y no le gustaba como se sentía. Tampoco le había gustado siete años atrás.
Ese hombre era una amenaza para la tranquilidad de su mente, cuidadosamente cultivada. Normalmente le evitaba. ¿Por qué le había dejado que la llevara al Lendal Park? Había sido una *******.
No, ******* no. Desesperada. El tiempo se le agotaba. Hartford empezaba a fallar. Si moría antes que ella se quedara embarazada...
Respiró profundamente. Necesitaba un vaso de brandy.
Tenía que quedarse embarazada ya. El actual heredero de Hartford, un sobrino nieto aborrecible, la odiaba. No le culpaba, si por ella fuera, le mantendría apartado del título, de todas las riquezas y de todas las tierras. Estaba claro que no la trataría con mucha amabilidad si le hacían duque.
Ya debería tener al menos un hijo. Se había subordinado a la atención de Hartford durante tres años enteros. Se casó sólo unas semanas después que el duque de Alvord se hubiera casado con la americana, y esperaba el inminente nacimiento de su segundo hijo.
Haberse llevado a lord Peter a la cama tenía que funcionar.
¿Estaría Niall en lo correcto? ¿Aumentarían las posibilidades de éxito con el disfrute?
Imposible. ¿Cómo podría disfrutar de un acto tan vergonzoso, tan incómodo? Sin embargo, se había sentido... de un modo extraño en ese mismo momento, justo lo que había sentido todos esos años atrás en el jardín de Easthaven. Caliente y... nerviosa. Húmeda entre las piernas, exactamente donde...
— ¡Charlotte! ¿Dónde tenías la cabeza?
Había vuelto a ocurrir otra vez. No podía permitirse bajar la guardia de ese modo.
— ¿Qué? Lo siento, estaba divagando.
Felicity la miró con ojos afilados.
—Ya veo. Te preguntaba qué piensas acerca que no se haya hecho ningún anuncio.
— ¿Anuncio? —Realmente necesitaba estar a solas en su habitación con su petaca de brandy. Charlotte aceleró el paso mientras caminaba por el amplio jardín—. ¿Qué anuncio?
—El anuncio que no se ha hecho. El compromiso de lord Harry y lady ______, naturalmente. No he oído ni una palabra, ¿y tú? ¿No lo consideras interesante?
—No.
— ¿No? Fuiste tú quien dijo que esperáramos un anuncio de compromiso esta mañana, ¿verdad? Harry estuvo en la habitación de lady ______  anoche. Desnudo.
—Nadie le vio. Por algún motivo, Niall ha decidido frenar los rumores. —Charlotte aminoró el paso según se acercaba a la casa. Le hubiera gustado decirle a Felicity que se largara. Una persona un poquito perspicaz habría discernido que quería estar sola.
Felicity no era perspicaz en absoluto.
—Sigo sin comprender lo que ocurrió anoche —dijo Felicity arrugando la cara—. Me cogió por sorpresa que Harry saliera pitando de la cama. Siempre me han dicho que tengo un bonito par de tetas. Esperaba que se quedara el tiempo suficiente para admirar el paisaje. Por el modo en el que salió de un salto por la ventana pensarías que el mismísimo diablo le pisaba los talones.
— ¡Calla! —Un lacayo las había visto y había abierto la puerta. Charlotte asintió con la cabeza hacia él. Felicity se detuvo y parecía que se lo fuese a comer con los ojos. La mujer no tenía remedio. Charlotte se la llevó escaleras arriba a empujones.
Felicity reía.
—Nunca te habría tomado por una pazguata. —Rió con disimulo—. Lord Peter tampoco te encuentra muy gazmoña. Al menos me dijo que no se podía quejar.
Charlotte tropezó con el primer paso.
—Con toda seguridad lord Peter no... —Tragó saliva—. Entiendo que lord Peter me hablara de...

— ¡Eres una pazguata! Nunca me lo habría imaginado.
Charlotte se dio cuenta que el lacayo miraba hacia donde estaban ellas.
—Baja la voz. No soy una pazguata. Simplemente me sorprende que un hombre hable de sus aventuras sexuales con una mujer soltera con quien no está relacionado en ningún sentido.
Sorprendida y enferma. ¿Cómo pudo lord Peter haber contado a Felicity lo que había ocurrido entre ellos? ¡Y decía que no se podía quejar! Naturalmente que el ******* no se podía quejar. Había conseguido lo que había venido a buscar, y no sólo una vez. Era ella quien tenía que quejarse. El hombre era tan inepto como Hartford. Por lo menos él era rápido en el tema. No había necesitado más de treinta segundos cada una de las ocasiones. Tenía la esperanza que hubiera surtido efecto.
A lo mejor se había precipitado un poco al rechazar la oferta de Niall.
Felicity movió los hombros en gesto de indiferencia.
—Somos amigos —dijo con una sonrisa—. Buenos amigos. Muy buenos amigos. De hecho, pensaba que lord Peter tenía el mejor culo de toda Inglaterra hasta que vi el de Harry.
—Le has visto a lord Peter el cu... —El lacayo seguía merodeando cerca de la puerta—. ¿Has visto la armadura de lord Peter?
— ¿Qué?
Agarró a Felicity del brazo otra vez y la apresuró hacia las escaleras.
— ¿Cuándo has visto...? no, no quiero saberlo.
—Sí, quieres, y fue justo la semana pasada.
—Sería mejor que no hablaras de tales actividades si no quieres que te oigan.
—Nadie me oye. Todos se están preparando para la cena.
—Los sirvientes no.
Felicity rió.
— ¿A quién le importan los sirvientes?
Lo cierto era que a Charlotte nunca le había importado hacerse mayor, pero ahora que llevaba tres años con Hartford... Los sirvientes eran los únicos que sentían cierta compasión por ella, ¿o era pena? Fuese lo que fuese, daba lo mismo. Sentían algo por ella, aunque le había costado un poco volverse lo bastante inflexible para darse cuenta.
Y la verdad era que un sirviente descontento podía airear todos los trapos sucios. Necesitaba tener a los sirvientes de su lado, especialmente si su plan funcionaba y la semilla de lord Peter echaba raíces. No quería que hubiera cuchicheos entre sus amigos de la alta sociedad especulando sobre la paternidad de su hijo.
Se dirigió hacia el pasillo de su habitación. Por desgracia, Felicity iba a su par.
—Nosotras también deberíamos ir preparándonos.
Felicity volvió a encoger los hombros.
—No hay prisa. Tenemos mucho tiempo. De todas formas, quería hablar contigo antes que bajáramos a cenar. Habíamos acordado encontrarnos, ¿lo recuerdas?
—Sí. Te estaba buscando antes en los jardines.
— ¿En los jardines? —Felicity se reía con burla—. Niall tiene unos jardines muy interesantes, ¿no es verdad?
Interesante era sólo un adjetivo, aunque no el que Charlotte habría elegido.
—Son más bien poco comunes. —Se aclaró la garganta. ¿Sería Felicity insensible a las indirectas?—. No obstante, me parece que ahora no es un buen momento para hablar. —Ahora lo que quería era cerrar bien la puerta y respirar profundamente.
— ¿Por qué?
Charlotte evitó los ojos de Felicity.
—Estoy un poco cansada. Me gustaría acostarme un rato antes de cenar.
—Ha ocurrido algo en los jardines, ¿no es así?
—No, no ha ocurrido nada. —Al menos nada que tuviese intención de contar a otra chica. Puede que lord Peter creyese que sus encuentros amorosos podían tratarse como noticias de bien común, pero ella no lo creía así.
Felicity la miró con ojos de picara.
—Vi a Niall  fuera, paseando.
—Ésta es su propiedad. Imagino que pasea por ella con bastante frecuencia.
—Se dirigía hacia los jardines. ¿Te lo has encontrado?
— ¿Crees que me estaba buscando?
—Definitivamente parecía que iba buscando a alguien.
—A lo mejor buscaba a su jardinero jefe. —Charlotte se acercó a la puerta—. Felicity, éste no es un buen momento para esta charla.
—Tonterías. No tardaremos mucho. Tienes mucho tiempo para echarte un rato. —Felicity la metió en la habitación de un pequeño empujón—. Tienes que ayudarme a planear cómo atrapar a Harry. Le quiero bien cogido antes que acabe la fiesta.
—No es que sea de mi incumbencia, naturalmente, pero ¿no se sentirá Harry un poquito molesto cuando, en la noche de bodas, no encuentre sangre en las sábanas?
—Ah, encontrará sangre.
— ¡Sangre de cerdo! Emborráchale y luego vierte un poco donde hace falta.
—O mucha. —Felicity rió—. Una amiga mía derramó un frasco entero. Le aterrorizaba que su nuevo marido se diera cuenta. En lugar de eso, creyó que le había hecho daño, y para disculparse le compró un carruaje nuevo con caballos rucios a juego. Pero no te preocupes, no necesitaré recurrir a esos trucos. Soy virgen, técnicamente. —Rió con burla—. Estoy segura que conocerás muchos juegos divertidos para dejar el himen intacto.
Charlotte no podía imaginar ninguno. No quería imaginar ninguno. No había nada lo más ligeramente divertido en lo relacionado con el proceso de procreación. Vergonzoso, sucio, doloroso, sí. Divertido, no.

Excepto por aquellos pocos minutos con Niall en el jardín. Pero la experiencia tampoco había sido divertida. No le importaba gran cosa sentirse cálida e inestable.
Hizo bien en evitarle. Sin duda alguna, había hecho lo correcto al negarle su cama. Cogió el brandy, abrió el frasco y echó un largo sorbo.
— ¿Tienes sed?
Charlotte encogió los hombros y se secó la boca con los dedos con la mayor delicadeza que pudo. Se acomodó en el sillón. Estaba claro que Felicity no se iría hasta que charlaran.
—No sé cómo puedo ayudarte.
—Estoy segura que dos cabezas piensan mejor que una. —Felicity tomó asiento—. ¿Qué le ha pasado al retrato?
—Lo he guardado. Como dijiste, no tengo ninguna necesidad de mirarme a misma.
— ¿Estás segura que Niall no te encontró en los jardines?
—Creía que estábamos hablando de Harry.
—Cierto. —Felicity le lanzó una mirada penetrante. Charlotte bebió un trago de brandy y la miró con calma. Tenía años de práctica en esconder sus sentimientos, primero con su madre y luego con Hartford.
Lo recordaba. No iba a consentir que Niall la desconcertara. No podía dejar que el desorden de las emociones que le provocaba afectara a su comportamiento.
Felicity se encogió de hombros y echó el cuerpo hacia delante.
—Sin duda alguna, Harry estaba desnudo en la habitación de lady ______, y aun así no se ha anunciado el compromiso de matrimonio. ¿Qué podrá significar?
—Quizá que si consigues pillar a Harry en una posición comprometedora, no se casará contigo.
—O a lo mejor significa que tendré que pillarle en una posición muy comprometedora. —Felicity sonrió—. Lo cual abre ciertas posibilidades intrigantes.
— ¿Como cuáles?
Felicity se golpeaba la barbilla con el dedo índice.
—Tendrá que ser algo bastante público. Quiero muchos testigos, en especial si Harry no está dispuesto a hacer lo correcto.
—Sí, y será mejor si también comprometes su honor. —Charlotte miraba hacia la puerta. Quizá si le tiraba a Felicity el resto del brandy, la chica se marcharía.
—Eso es. Y también algo impactante. Muy impactante. Un beso no bastará. —Felicity suspiró—. Creo que si me hubieran encontrado en su cama ayer, esta mañana ya estaría comprometida. No cometería el mismo error que lady _______. Me habría asegurado que todos nos vieran juntos. Si tan sólo hubiera sido un poco más rápida. Si hubiera gritado un segundo antes...
—La elección del momento lo es todo. —Charlotte se miraba el reloj—. Y sin lugar a dudas, es hora te que marches.
Gracias a Dios, Felicity se levantó.
—Veo que has resuelto no serme de ayuda. Bueno, lord Malik  llega mañana. El siempre está cargado de ideas.
Charlotte intentó no parecer aliviada cuando Felicity cerró la puerta tras de sí.

El Conde Desnudo - Harry Styles -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora