Capítulo 2:"Hoy es el día"

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Narra Erika

Luego de unos minutos de estar abrazando a mi hermano por fin sentí que me calme así que me separe de el sonriéndole, así diciéndole que ya estaba mejor.

- ¿quieres volver a dormir? - negué con la cabeza - ¿quieres tomar café o algo? - está vez asiento volviendo a sonreír, me levanté con su ayuda y cuando pensaba en irme me sorprendió cuando senti que el me jalo del brazo, me abrazó con fuerza y empezó a acariciar mi cabello - siempre estaré para ti mi pequeña princesa - me susurró, sentí mi cuerpo temblar y mis ojos y nariz picar, con mis manos temblorosas lo abracé con fuerza y me mordi el labio para no largarme a llorar.

Luego de soltar un largo suspiro me aparté de él, con amor acarició mi mejilla y pasó un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Me tomó de la mano con delicadeza y me llevó hasta abajo. Me siento en el sofá y me beso cálidamente la frente para luego dar un pequeño beso en mi mejilla y irse mostrándome una sonrisa. Lo seguí con la mirada y vi que se fue hacia la cocina.

Volvi a soltar un suspiro y me abrace a mí misma me queje gritándome los ojos, tenia sueño, mucho en realidad pero ya no te go tiempo para dormir.

Apoyé mi mejilla en mi rodilla y empecé a seguir las líneas de mi pantalón de pijama con la punta de mi dedo, delineando los dibujos que tenía. Me volví a frotar los ojos cuando estos se me cerraban por si solos, no debía dormir pero muero por al menos unos quince minutos...

Narra Nahuel

Acomode las tazas, té para Erika y café para mi, mientras esperaba aque el agua se caliente lo suficiente. Tire mi cabeza hacia atrás agarrandome de la nuca, solté un suspiro entrecortado.

Estaba cansado, es un hecho, tengo miles de pensamientos que día a día me comen la mente pero como me dijo Dereck hay que calmarnos, somos los mayores y debemos cuidar de ellos y demostrarles que todo está bien...aunque no sea así...

Sacudí la cabeza y apagué el fuego cuando el agua hirió, las serví en las tazas y las agarré para ir junto a mi preciada princesa.

Vi como cabeceaba, sabía que quería dormir.
Cuando di un paso más ella giró hacia mí y no tuve de otra más que acercarme.

- aquí tienes, princesa - le pase el té y noté como sus manos temblaron cuando agarró su taza, frunci el ceño.

- gracias Nahu - dijo para luego beberlo de a poco.

Me senté en el otro sofá y dejé mi café sobre la pequeña mesa, mi mirada no se despegó ni un segundo de ella, la llamé pero no hizo caso está con la mirada perdida hacia el piso, la iba a volver a llamar pero en cambio solo continué mirándola. Es muy hermosa, su cabello largo y castaño claro, sus hermosos ojos verdes esmeralda adornados con largas y gruesas pestañas, sus labios gruesos y rojos. Su carita de porcelana, los finos rasgos que tenía, su cuerpo ni hablar, una bella forma de reloj de arena y muy desarrollada para su edad, eso nos ha traído problemas y es que es obvio que a más de uno he golpeado por defenderla, no me arrepiento de nada.

Mi mirada volvió a su rostro, como dije es muy hermoso pero algo lo arruinaba y eran esas horribles ojeras, el cansancio se le notaba a kilómetros, y es con obvia razón. Admito que es ella la que más se encarga de nuestros hermanos menores desde el fallecimiento de nuestros padres, se perfectamente que no tuvo tiempo de soltar ni una lágrima o lamento ya que tenía que remplazar el lugar que mamá dejó para nuestros pequeños hermanos, sobre todo los gemelos y nosotros no es que le ayudamos demasiado cuando paso eso...y apenas lo hacemos ahora...

Mis pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar el crujir de las escaleras de madera, vi a Dereck, el mayor de todos, bajar con solo unos shorts cortos puestos y bostezando. Su mirad ade inmediato se posó en nosotros y se acercó.

El mejor error de mi vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora