Capítulo 1:"Déjame ayudarte, princesa"

7.8K 337 4
                                    

Narra Erika

Me desperté al escuchar un ruido más bien un llanto, tomo mi teléfono y vi que eran las 04:50 de la madrugada, me levanté rápidamente y fui a la habitación donde dormían los gemelos, fui primero a la cuna de Ángel y lo cargué para luego empezar a mecerlo y hablarle despacio para que se calme.

- shh..ya...ya pequeño no llores..- comencé a estresarme u poco ya que no dormía bien cuidando a los gemelos y a Liam.

Cómo pude comencé a preparar los biberones para darles de comer, mientras esperaba cambié a Ángel por Angus y hice lo mismo, comencé a mecerlo.

Cuando revise los biberones ví que ya estaban, tome uno y revise si no estaba muy caliente pero estaba bien así que comencé a dárselo, no podía alimentar a ambos al mismo tiempo así que aún se escuchaba el llanto de Ángel.

- por favor..ya no llores...- dije en un susurro sintiendo las lágrimas bajar por mis mejillas, estaba cansada realmente cansada, hace más de tres días no puedo dormir bien, son pequeños sueños de quince minutos y luego me despierto asustada...

Cierro mis ojos hasta que de un momento para el otro ya no escucho su llanto, me asusté, volteé y vi a Nahu dándole el biberón.

- déjame ayudarte, princesa - dijo con una sonrisa que realmente me tranquilizo.

Lo mire por unos segundos y asentí para luego volver a prestarle atención a Angus, con una mano me limpie las lágrimas y sorbí mi nariz. Estubimos más de treinta minutos haciéndolos dormir, hasta que finalmente lo hicimos. Los dejamos en sus cunas y salimos silenciosamente de su cuarto.

Cuando salí me deslicé por la pared y abracé mis rodillas estaba cansada y ya no tenía tiempo para dormir ya que eran pasado de las 05:30 de la mañana.

Narra Nahuel

Me dolía ver a mi pequeña hermana asi cansada, agotada, con esas horribles ojeras en su rostro por eso apenas escucho el llanto de lo gemelos me levanto lo más antes posible para ayudarla.

Cuando ví que se deslizó por la pared me arrodille a su altura, la abrace, sabía muy bien que siempre la tranquilizaba y eso me daba una ventaja y así como siempre empecé a notar como se tranquilizaba.

Me separé despacio y la mire dicectamente a los ojos acercando mi pulgar para limpiar sus lágrimas, besé su frente y le sonreí.

- ¿quieres volver a dormir? - ella negó con la cabeza - ¿quieres tomar café o algo? - esta vez asintió y le pase mis manos y la ayude a levantarse para luego darle otro abrazo acariciando su largo pelo - siempre estaré para ti, mi pequeña princesa - le susurré y pude sentir como me abrazaba aún más, arrugando mi camiseta entre sus manos y agachando la mirada a más no poder, deje mis labios sobre su frente suspirando profundamente.

.

.

.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El mejor error de mi vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora