-Capítulo 12-

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Ya habían pasado unas horas desde que la entrevista comenzó, honestamente no hubieron preguntas complicadas de aquellas que te dan ganas de sacar tu celular y buscar lo más rápido posible la respuesta en la red, no, eran preguntas más para conocer cuanto tiempo llevaba siendo policía, si no tenía ningún cargo por algún delito –Algo un tanto extraño de preguntar por el hecho de que yo era policía– y unas cuantas preguntas más y así terminé la entrevista.

— Muchas gracias por haber venido, oficial Bowen. —Agradeció el alguacil Tedford mientras ordenaba algunos papeles que utilizó para formular las preguntas.

— Gracias a usted por tomarse el tiempo de hacerme la entrevista. Significa mucho para mí.

— Oficial, seré sincero con usted. Estoy totalmente seguro que usted está capacitada para emplear su oficio en este lugar, y yo estaría muy complacido de que trabajara aquí. Además, el oficial Bunce personalmente me dejó una carta de sugerencia en la que me explica claramente lo calificada que está usted para este reto, porque sí oficial, trabajar en esta prisión es un reto cada día, y teniendo en cuenta su experiencia de hace unos años aquí en Dallas, me hace creer que usted tiene una gran motivación, no obstante, me temo que algunos factores podrían perjudicarla.

— ¿Disculpe? —Factores. No entendía muy bien a que se refería pero fuera lo que fuera esperaba no afectara mi oportunidad.

— Tal vez no le parezca muy profesional de mi parte lo que estoy a punto de decirle, y me preocupa que lo tomé como un insulto, pero llevo quince años interactuando con los policías y los convictos de este lugar, y le aseguro oficial Bowen que la conducta de los presos de esta cárcel son variadas, pero a pesar de eso los conozco bien. Por eso y por su bienestar le recomiendo que piense bien en su solicitud de trabajar aquí. —Me explicó enlazando los dedos de sus manos e inclinándose un poco en el escritorio.

— He asegurado en la entrevista que estoy totalmente segura, señor. Sé lo que podría esperarme.

— Sé que sí, oficial. Pero no es lo que usted cree que le pueda pasar, sino lo que le pasará si yo no tomó las medidas necesarias para que usted pueda emplear su trabajo en este lugar de manera segura.

— Señor, disculpe, pero ésta es una prisión, "seguro" no es la primera palabra que se le ocurriría a uno para describir como se siente al estar rodeado todo el día por asesinos, ladrones y violadores, capaces de cualquier cosa, así que... ¿Qué medida piensa usted emplear en todo caso? —Yo y mi enorme, gigante y monumentalmente exuberante bocota.

— Oficial. —Dijo para levantarse y rodear su escritorio. Pude notar una expresión seria en su rostro — . Me impresiona en gran manera como usted se desenvuelve y defiende lo que piensa, pero si de verdad quiere una respuesta estaré dispuesto a dársela. —Hizo una pausa para ver a la ventana, arqueando ligeramente sus blancas cejas haciendo más notarías las permanentes marcas en su frente — . Trabajando en la prisión llega un momento en que uno sin haberlo esperado logra poder pensar como los criminales que se encuentran aquí encarcelados. Y oficial Bowen, reiterando, yo estoy seguro que está capacitada para lidiar con estas personas, y no quiero ofenderla o algo parecido pero—

— Deje de darle tantas vueltas al asunto, por favor. —Le corté mostrándome ansiosa pero manteniendo la calma. Algo dentro de mí me avisaba lo que venía... y yo no quería aceptarlo.

— Bien. —Aceptó — . Según el informe a fondo usted mide 1.55 metros, y si me permite expresarme como un convicto de aquí pensaría que es un blanco bastante fácil, fácil de desmayar y desaparecer, Perdóneme de antemano. Además, por ser mujer no me refiero a que no es capaz de lidiar con los presos, pero usted oficial, honestamente para los presos más impulsivos usted sería su primera y más importante presa por cazar, y ellos los cazadores. Recuerde lo que dije; sus conductas varían, unos esperan terminar su condena, otros todavía esperan un juicio y otros harían lo que fuera, lo que fuera... —Recalcó viéndome a los ojos, directamente perforando mi confianza — ...por escapar de este lugar, lugar que a algunos les está carcomiendo la cordura, algunos que darían todo por ser libres.

Te amaré tras las rejas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora