-Capítulo 34-

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Katherine Campbell.

—¡Kath! ¡Kath! ¡Kath!

Me volteé al escuchar la voz de Eva llamándome aún estando varios metros lejos de mí, venía exclamando mi nombre a la vez que se acercaba trotando.

—Oye, no hay necesidad de que todas escuchen el nombre de la persona que menos les agrada del campus. —Le dije una vez teniéndola en frente mientras recuperaba el aire colocando una de sus manos en su pecho— . No corriste tanto.

—¡Ese no es el problema! —Me dijo recuperándose de golpe y tomando una postura firme, era gracioso verla con el ceño fruncido pero podía estar lo suficientemente segura de que no se encontraba feliz.

—Está bien, dime cuál es el problema. —Hice a un lado la escoba que hace poco estaba utilizando para prestarle toda mi atención.

—Uno, hace unos minutos, tal vez una hora, vi a Gina hablando con Arielle.

—¿Gina?

¿Qué?

—¡No me interrumpas!

—Sí, está bien, ¡pero habla!

—¡Bueno! Entonces, al ver esto no quise intervenir al instante, por lo tanto, dejé pasar unos minutos, Arielle y yo tendríamos una seria conversación después, ¿qué tenía que estar hablando con esa mujer?

—Ve al punto.

—¡Ya voy a eso! Entonces, ya despuesta a ir con Arielle, por casualidades de la vida Gina venía distraídamente caminando con su grupito de amigas, cuando me pasó al lado me llamó.

—¿Y...?

—Yo volteé.

—Ajá, ¿y qué quería?

—Me dije que... ¿Katherine? Oye, ¿Kath...?

Cuando Eva nota que ya no le estaba prestando atención comenzó a llamarme, pero disculpándome internamente con ella dejé de mirarle para ver a la persona que estaba detrás de mi amiga, a varios metros de distancia, con esa sonrisa de superioridad y con los brazos cruzados.

De verdad, en serio, no quería volver a verle la cara frente a frente, y menos estos días en que lo más mínimo con carácter molesto ya echaba mi día a la basura.

—Hola, Campbell.

Cuando Eva la escuchó hablar se volteó con una velocidad increíble, ya así no pude ver su expresión, pero me imaginaba el adorable rostro de Eva viendo con odio a Gina y a sus amigas, sobre todo a Gina.

—Vaya, vaya... Miren quién ya perdió el miedo a que la regañen por invasiva. —Dije colocando una mano en mi cadera y manteniendo mi postura.

—Te tomaste muy en serio lo de la "orden de alejamiento" ¿eh? —Sólo deshizo el cruce de sus brazos para hacer comillas con sus dedos, volvió a cruzar los mismos esta vez haciendo su cadera a un lado.

—Bueno, yo la he respetado siempre, por otro lado, tú la respetaste por al menos unos meses, así que... Por lo visto, la última reprimenda que te dio la oficial McKinnon te disciplinó aunque fuera un poco.

—Por lo visto sólo abres la boca para decir idioteces. —Dijo ya no muy contenta.

—Retomando el tema principal, ¿te importaría seguir respetando el acuerdo de la sana distancia? —Apreté ligeramente y sin poder evitarlo el palo de la escoba. Hoy no deseaba lidiar con ella ni con nadie, menos con ella— . No quieres otro castigo como el de la última vez.

—¿Y tú sí?

—Te recuerdo que a mí sólo me pusieron a limpiar unos pasillos por un día, tú pasaste una tarde en la celda de Arrepentimiento, lo que demuestra, claramente, que la culpable fuiste tú, y por eso, ¡me preocupo por ti! No quiero que te veas obligada a tener otro castigo por no respetar la distancia que impusieron entre ambas. Hablando de eso, te extrañé... —Dije obviamente burlándome, colocando mi mano libre en mi pecho y fingiendo una expresión de nostalgia.

Te amaré tras las rejas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora