Te amaré tras las rejas.

-Capítulo 31-

Victoria Bowen.

Yo debía hacer algo al respecto.

Y eso lo tenía completamente claro, pero el problema nacía de una pregunta, y esa era: ¿Cómo iba a hacerlo?

El día de ayer terminé mi turno a las tres de la madrugada, llegué a mi casa bien y claramente no encontré a mi madre despierta, sólo recuerdo que subí las escaleras, entré a mi habitación, más dormida que despierta me cambié el uniforme a algo más ligero y me eché a la cama a dormir. No sabía porqué había llegado tan cansada, si en el trabajo desde las ocho hasta las tres me mantuve alerta y bien despierta, en fin, probablemente mi cuerpo al llegar a casa se dio por convencido de que ya podía morir y revivir en la mañana.

Cabe destacar que si hice turno en la noche fue porque me pidieron cubrir a alguien, yo claramente acepté pero nunca pensé que haber tomado esa tarea me afectaría al día siguiente. Mi horario variaba bastante, y ese día me había presentado al trabajo a las cinco de la tarde para salir a las doce, y aunque me desperté como a las diez de la mañana y lo que me quedó del día me dispuse a ayudar a mamá en la casa todavía tenía sueño, por lo tanto bostezaba cada tanto.

—Vaya, ¿te golpeó el turno de la noche?

—No pensé que me afectaría así. Las primeras veces no fue así, supongo que ya es la edad...

Jasmine se rió negando con la cabeza.

—¿Quieres un café? Puedo mandar a Matt por unos a la hora del descanso. —Ofreció mientras se posicionaba a mi lado mientras hacíamos una sencilla vigilancia de punto fijo.

—Matt siempre va por los cafés.

—Eso no responde mi pregunta.

—Bien, bien. Sí quiero un buen café.

Sonrió y después de eso no pronunciamos más palabra.

Después de todo Jasmine y Mattew fácilmente atendieron sus asuntos pendientes y de nuevo volvían a ser el dúo dinámico de siempre, y tenerlos juntos era mejor que tenerlos por separado, claro, tal vez ya podía asegurar que eran mis amigos, pero la esencia de la amistad no era la misma si uno me hablaba de un lado y el otro por otro lado, juntos eran mejor, eran un solo paquete y así estaba bien.

Conforme al dilema amoroso por parte de Mattew con la oficial Flynn, Jasmine siempre lo apoyaba desde las sombras, y no podía negar que yo me había vuelto parte del grupo de animadoras, grupo conformado por Jas y por mí. Refiriéndonos a avances, pues... no se habían presentado muchos avances pero por parte de Mattew encontraba bastante paciencia y dedicación, realmente se miraba decidido en que podría conquistar el corazón de nuestra compañera de trabajo, y si estaba dispuesto lo iba a lograr, sabía que sí.

Me gustaba conversar y tener cercanos en mi área de trabajo, claramente sin desviarme de mi labor, por el momento todo parecía bueno y tranquilo, y platicar y bromear de vez en cuando con los chicos me distraía un poco, pero después volvía a lo mismo y desde ahí no permanecía tranquila.

Desde el día de lo sucedido con Katherine me aseguré que debía hacer algo al respecto si en un futuro no quería que algo malo sucediera, tal vez estaba siendo algo paranoica y le estaba dando más importancia al asunto del que realmente tenía, pero nadie podía negarme que era importante atender una situación donde una reclusa haya prácticamente besado a una oficial de policía.

Aceptarlo como tal todavía era algo difícil...

Tampoco podía buscar consejo o ayuda, cualquiera pensaría mal al respecto desde el inicio y estaba muy segura que si lo compartía con alguien en la prisión yo no estaría en problemas, la que estaría en primer dilema sería Katherine. Cualquiera diría: "¿Y qué? Ella fue la que hizo mal en haber cometido tal atrevimiento, debió haber pensado en las consecuencias primero", pero simplemente yo no iba a abrir la boca y contar lo sucedido si sabía que eso iba a perjudicar a Katherine, sí, tal vez no estuvo bien pero tampoco iba a dejar que la castigaran por lo que hizo, que en cierto punto sería lo correcto, pero no, Katherine se había vuelto más que sólo la reclusa que había conocido de manera peculiar, le tenía estima a pesar de todo.