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Saorise siempre se lo guardaba, pero habían cosas que verdaderamente le aterraban hasta el punto de temblar hasta los huesos: le aterraba la violencia, le aterraba la idea de perder el aire pero sobre todos sus miedos le aterraba ser vulnerable; su problema, sin embargo, radicaba en que las maneras de ser vulnerable eran infinitas. Podía ser vulnerable de forma física de millones de formas, también podía serlo de forma mental, pero por sí fuese poco podía serlo de forma sentimental. Esa era una de las principales razones por las cuales cuando su corazón empezaba abrirse a alguien, de alguna forma, siempre quería salir corriendo antes de que estas emociones le tomasen de la muñeca y le pidiesen quedarse para de forma errónea decir que sí. En este caso corriendo de forma literal, con la respiración agitada mientras huía hasta sentarse debajo de un árbol.
La rubia lo había hablado montones de veces con su terapeuta, y es que ella y la gran mayoría de sus alters no le tenían miedo al abrirse sin más, sino a abrirse, encariñarse y ser dañados. Luego de ser dañada emocionalmente tantas veces, el miedo que se esparcía en Saorise por el pensamiento de ser dañada una vez más por alguien era algo que quería evitar y por ende, llegaba entonces el temor a la acción de abrirse a la persona incorrecta. Ella solía evadirlo, no tenía problemas con eso, pero sí a la hora de confrontarlo tal como le estaba sucediendo en ese momento cuando su cabeza sólo podía pensar en lo tanto que quería besar los labios de cierta pelirroja pero justamente eso era lo más que le aterraba. Siempre hay cierto miedo de caer luego de tocar las estrellas y en el caso de Saorise, el miedo era tan grande que hasta parecía una opción brillante el jamás tocarlas para así el nunca caer, pero... ¿Qué hacer cuando empezaba a ansiarlas tanto?
"Sí te ama verdaderamente, no va a abandonarte"
Y luego esas estúpidas palabras. Por supuesto que no iba a abandonarle sí le amaba, sí, ¿pero cómo saber sí te aman o te mienten con lo vulnerable e inocente que es el corazón? Todo era demasiado para ella. Ella no quería sentirse así, ella tan sólo quería respirar, pero su corazón jamás la escuchaba al ser más valiente de lo que ella jamás había sido, era el único que no le prestaba atención al miedo de ser herido. Le había costado aceptar que se sentía algo por la Maddie, pero le costaba incluso más hacer algo al respecto al sentirse verdaderamente aterrada.
Vaya desastre ansiar justamente lo mismo a lo que le temes.
Saorise comenzó a observar las hojas de los árboles y cómo el sol pasaba por estas, notando lo increíblemente bonito que se veían los colores. No había demasiado ruido, tan sólo lo suficiente. Todavía era temprano y seguro. Saorise estaba tan cansada de sus pensamientos y la carrera, pero el clima era tan atractivo, tan inspirador, tan... tan hecho para Angeline, cosa a la cual Saorise no le prestó atención hasta que la silenciosa pequeña fue al frente de forma rápida que ni siquiera se dio cuenta.
Entonces, de alguna forma, el brillo de los ojos cambió con tan solo la llegada de Angeline.
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