Fue justo al día siguiente cuando Saorise recibió una invitación al funeral de Rowena Wisedream, ni siquiera se había enterado de su muerte hasta ese momento. Suicidio, había declarado la policía a la prensa, quienes estaban atentos a los detalles.
Rowena había dejado en una nota que de morir, en lugar de ser enterrada, prefería que esparcieran sus cenizas en el mar de la playa, así que allí la rubia estaba. Con sus pies llenándose de arena al estar usando sandalias, sintiendo el viento en la cara y preguntándose millones de cosas ¿por qué no se dio cuenta antes? ¿Por qué no hizo algo para animarla a seguir con vida? ¿Por qué no le dio un abrazo? ¿Pudo haber hecho algo, en cualquier caso? Sí bien no sentía la pérdida profundamente al no llegar a ser tan cercana, le dolía un poco al compartir un mismo dolor. Nadie sabe cuán frágiles son las personas hasta que se rompen, ni mucho menos que son capaces de romperse hasta ese grado.
—Debí haberlo notado... —murmuró la rubia para sí misma.
Tal vez de eso se basaba la muerte, en golpearte por sorpresa para así exprimir la mayor cantidad de dolor que pueda sacarte. Quizás no era tan malo, sin embargo, por lo que le habían dicho algunas personas del funeral Rowena era una persona que estaba muy destruída mentalmente, siempre existía la posibilidad de que después de la muerte por fin la artista sintiera paz.
—Hey, hola, eres Saorise O'Dhall ¿No?
Saorise miró en dirección a la voz, encontrándose con una chica de cabello castaño y vestido completamente negro. Sus ojos castaños estaban enrojecidos, mientras que su voz se escuchaba algo ronca por probablemente las lágrimas. Sí bien era más alta que Rowena, los rasgos faciales eran muy similares.
—Sí, lo soy —contestó la rubia.
La castaña sacó una carta de su bolso, una de varias guardadas allí.
—Soy Camille Wisedream, hermana de Rowena, ella... —tomó su momento para respirar mientras explicaba. Saorise supuso que encontrar las palabras en un momento así era todo un trabajo, ella personalmente no podría ni hablar de estar en sus zapatos—. Ella dejó algunas cartas para algunas personas, una de las cartas tenía tu nombre —le pasó entonces la carta, escrita en pergamino antiguo como en los viejos tiempos—. No sé sí realmente la quieras, pero me pareció justo dártela. Rowena debió tener una razón para escribirla.
Saorise percibió que el papel olía al perfume de Rowena, café y vainilla, junto a cierto aroma que se podía encontrar en la pintura. Era extraño cómo se podía sentir su vida en un trozo de papel, pero era el caso.
—Lamento tu pérdida, mi más sentido pésame —expresó la rubia.
—Gracias, Saorise.
Una vez respondió, Camille se fue por su propio rumbo, permitiendo que cierta chica de cabello verde a una no muy gran distancia de la conversación la abrazara. Saorise entonces decidió poner su vista en la carta, leyendo lentamente las palabras mientras sus manos sentían la textura áspera del papel.
Oh, Saorise, sí a alguien le debo una disculpa es a ti. Tal vez no sea tu monstruo, pero el callarme equivale a ser una cómplice de la maldad que te derrumba. No te preocupes por odiarme, incluso yo me odio, no tienes que ser cortés conmigo por estar muerta (es la única forma de que esta carta llegue a ti, supondré que lo estoy)
Se fuerte, se valiente, se una guerrera. Te he visto, tus ojos tienen una chispa que muy pocas personas tienen, una chispa que incluso en medio de la oscuridad brilla y demuestra resiliencia cada vez que decide ser felíz en lugar de rendirse. Probablemente ni siquiera lo notes, la mayoría de las personas nunca notan sus mejores cualidades, pero eso eres: alguien de quien envidiaría lo fuerte que es.
No permitas que la oscuridad alrededor de ti te gane, nunca, ni el monstruo en común que tenemos ni ningún otro monstruo. Existen pocos ángeles en el mundo, afortunadamente tú eres una de ellos, no dejes que te quiten eso.
Demuéstrales que eres más grande de lo que ellos se esperaban, demuéstrales que eres lo suficientemente grande como para que seas todo lo que necesitas y más para brillar. Brilla con luz propia, como luciérnaga, y no permitas que nadie te apague.
Buena suerte, guerrera de corazón dorado.
— R. Wisedream.
Saorise abrazó la carta, llorando. Sin duda alguna Rowena merecía haber ganado.
—Espero que estés bien donde sea que estés, artista.
Sintió en serio sus palabras, deseaba de forma honesta que estuviese bien donde sea que llegase a ir su alma.
Prepárense para el final 👀
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Chains Of Promises╺╸Madelaine Petsch
FanfictionCOP | ❛Pero a su lado mi corazón sonaba tal metrónomo; un inquietante, constante y sonoro tic tac❜ ━━ MADELAINE PETSCH FANFICTION 🌱 01 en #madelainepetsch PROBLEM GODDESSES VOL. IV © -rainbow-girl- | 2019-2020