¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había pasado una semana pero incluso así todo se sentía como el primer día, Saorise no podía evitar sentirse triste, tan sólo no podía. Le costaba mucho trabajo manejar que la situación se hacía real, que aún Madelaine no le había dicho palabra alguna, que los medios probablemente se estuviesen haciendo un festín con su drama en los Vanity's, sin mencionar que probablemente todos estuviesen cancelándola de nuevo por mostrarse afectada por lo sucedido. La situación se le hacía tan grande que no podía sostenerla, era por esa razón que la estaba evadiendo.
No había sido capaz de revisar su celular durante toda la semana, apenas se había sentido lo suficientemente segura de grabar algunas canciones de piano a youtube, pero eso había sido todo. No se sentía capaz de hacer nada más que mantenerse aislada en su pequeña cueva llamada casa, oculta de todas las situaciones externas hasta que el peligro por fin acabase.
Su plan para el día estaba hecho: iba a buscar un par de cosas en la cocina y se plantaría frente al televisor, dispuesta a ver toda una serie de netflix en veinticuatro horas. Lo tenía todo calculado, cada movimiento y evasión de pensamientos, hasta que...
¡TOC, TOC!
Claro, la puerta de su apartamento estaba sonando en el momento menos oportuno. ¿Quién vendría? ¿Por qué? Olvidándose de observar antes o preguntar quién estaba del otro lado, abrió la puerta. Fue toda una sorpresa encontrarse con varias de sus amigas: Debby Marshall, Lana Beaton, Dakota White, Kylie Vandergrift y Skye Collinge.
—Hola, eh... —Saorise estaba sorprendida por visita, lo suficiente como para no saber qué decir del todo—. ¿Sucedió algo?
