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Look at the stars,
Look how they shine for you, And everything you do... Yeah, they were all yellow
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¡TOC, TOC, TOC!
—¡Tenemos un 11.03, repito, un 11.03! ¡Maddie acaba de llegar y aún no termino tu maquillaje! —dijo Astrid alterada mientras observaba a través del minúsculo cristal circular de la puerta, siendo que había decidido quedarse en casa de Saorise por algo de tiempo más al descubrir que sin su mano derecha, era verdaderamente complejo intentar vivir sola. No era algo malo, claro estaba, la compañía era bastante divertida.
No, a Saorise no le faltaba gran cosa para estar lista: el vestido que Jolly había diseñado era precioso, un vestido azul con brillantes toques en dorado y algunos detalles en tonalidades más oscuras. Tenía los zapatos correctos, el maquillaje casi terminado... tan sólo, por supuesto, Saorise y Astrid habían tenido una crisis de media hora acerca de qué labial usaría para la cita.
—¡Me rindo! —dijo Saorise cansada de pensar tanto en un tonto labial, tomando uno de entre sus tantas opciones—. Usaré este, fin.
Luego de aplicar su labial rápidamente, Saorise se acercó a la puerta dispuesta a abrirla.
—¡Buena suerte! Te diría de nada de hacerme tía tan jóven, pero ya que a tijerazos no hay embarazos... ¡Gózalo, hermanita!
Saorise tan sólo ignoró el comentario a pesar de que le generó cierta risa, abrió la puerta y se encontró con Maddie. Tuvo que tomarse un pequeño esfuerzo para no sonrojarse como una adolescente, toda la situación le ponía tan nerviosa y emocionada a la vez que se convertía en una sensación difícil de ignorar.
—Buenas noches a mi curiosa favorita —dijo la pelirroja sonriente, sin miedo a mirarla a los ojos—. ¿Preparada para descubrir la sorpresa que tengo pensada?
