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15 de julio de 2021
—Saorise ¿estás bien? ¡Espera, no, no! ¡No contestes! Mentirás diciendo que sí, mejor contéstame porqué no estás bien —preguntó Debby Marshall—. Y ni te atrevas a mentir porque te conozco, sólo te pones así cuando estás estresada.
Saorise estaba en videollamada junto con sus amigos Jolly Larson, Skye Collinge y la ya mencionada Debby, intentando ayudar a Skye a escoger un vestido para una reunión. Tal vez el estrés la estaba devorando más de lo que deseaba, porque la rubia le había gritado a Skye "¡Sólo es un vestido, no es tan difícil!" Sin siquiera darse cuenta o medir sus palabras. Por supuesto, se disculpó de inmediato, pero era evidente de que el vestido de Collinge no era específicamente lo que pasaba por la mente de O'Dhall.
—Un poco, pero nada grave, en fin... Skye, en serio, lo siento. Entiendo sí quieres que salga de la llamada o... —se disculpaba Saorise, de nuevo.
—No, no, no quiero que salgas de la llamada. Debby tiene razón, algo te pasa, tú ni siquiera gritas, quiero saber qué está pasando —dijo Skye, observando un detalle al prestar atención—. ¿Estás a punto de llorar?
Sí, lo estaba. Efectivamente, Saorise estaba reprimiendo lágrimas que ni siquiera estaba segura de dónde venían precisamente.
—Saorise... no mientas, háblalo, permítete recibir ayuda —concordó Jolly con voz suave, intentando tener cierta paciencia al tratarse de ella. Sabía que compartían ese pequeño demonio de volverse demasiado privados con los temas importantes.
Saorise se permitió darse un respiro, dejando las lágrimas salir.
—Pensaba que no sería tan difícil hacer trámites de adopción, pero no, estos papeles son un desastre.
Los tres restantes en la llamada no supieron reaccionar del todo a ese nuevo impacto de información, pero prefirieron mantener la calma para no intimidarla una vez había comenzado a hablar.
—¿Maddie y tú están pensando adoptar? ¿Por fin seré tía? —preguntó Debby con una sonrisa alegre—. Quiero decir, no sanguíneamente, pero ya que sanguíneamente empieza a hacerse un poquito imposible... ¡ay, bebé! ¡Quiero abrazarte!
Saorise no supo cómo tomarse tanta alegría, se esperaba un grito por no contarles ni siquiera de el querer dar ese gran paso.
—En realidad... es más complejo que eso.
Los demás se callaron en espera a una explicación, fue allí cuando la rubia comenzó a revivir todo un tramo de experiencias en su mente.
