¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Por qué siempre que necesito calma pareciera tener la cabeza llena de ruido pero cuando necesito distraerme... bueno, todo es silencio?
Saorise estaba en la limusina directo a casa, escondiendo su rostro en sus rodillas mientras que Landfill de Daughter pasaba por sus auriculares. Usualmente la música de ese tipo le aclaraba las ideas, tal como le aclaraba las ideas hablar con June al esta siempre regresarle los pies en la tierra, pero ni la canción funcionaba ni June aparecía: en realidad, no había podido escuchar a nadie desde que acabó la terapia hacía ya unos minutos y se despidió. Para ella no hubo mucho de lo que no estuviera acostumbrada, habían cosas que había tratado pero nada que le hiciera un lío en esa sesión; para June, sin embargo... Saorise no necesitaba que se lo dijeran directamente como para saberlo.
La semana pasada, en una sesión anterior, su terapeuta le comentó un poco por encima que era fundamental para ir a la fase dos del tratamiento que June y Queen disminuyeran sus constantes peleas ya que necesitarían la mayor estabilidad posible. En ese momento no había afectado demasiado, June estaba bastante calmada y Queen, como siempre luego de las terapias, no estaba cerca del frente, pero probablemente algo habría pasado en esa terapia como para que June estuviese tan al fondo.
Saorise sintió una vibración por parte de su celular, notando una notificación de whatsapp.
Maddie! 🐞 Hey, ¿por qué no viniste al set hoy? Sé que no tenías escenas, pero... bueno, sueles venir. Hoy, 04:14 pm.
Teniendo la cabeza hecha un revoltijo, Saorise apagó la pantalla de su celular sin abrir el mensaje. Justo por eso tenía la cabeza tan arremolinada, el beso, el dichoso beso.
En el momento se sintió bien, no mentiría al decir que gran parte de ella ansiaba repetirlo una y otra vez tal cual cinta trabada en el mismo sonido, pero ahora que había regresado a la realidad y las repercusiones del beso se exponían no tenía ni idea acerca de nada. ¿Qué debería hacer? ¿Qué pensaría Maddie al respecto? ¿Qué se supone que eran en ese momento? ¿Por lo menos qué podía hacer que no arruinase las cosas? Sabía que quería algo de ella, sabía que ansiaba sus labios y que el magnetismo entre ambas era inevitable, pero también sabía que la situación era demasiado confusa como para tener algo específico que pudiese funcionar de bien, cosa que complicaba las cosas. Probablemente la mayoría en las calles doradas Hollywood se burlaría de su situación, para muchos nada era serio más allá de un acostón, pero para ella no era así, sobretodo porque ese no había sido sólo un beso.
Para Saorise, habían dos tipos de besos: estaban ese tipo de besos que verdaderamente sólo eran eso, simples besos vacíos de sentimientos, besos de la botella o retos llenos de alcohol que nada más eran parte de la efímera emoción del momento y por ende no importaban. A diferencia de ese tipo de besos, por otro lado, existían también besos que definitivamente no eran vacíos, besos que ocurrían por las más puras sensaciones que tenías de la cabeza a los pies, besos donde la tensión y la atracción se convierten en emociones intensas, besos que no sabes sí son una buena idea hasta que suceden y tan sólo te llevan al cielo por unos instantes. El primer tipo de beso era tan sólo temporal, el segundo sin embargo era una completa encrucijada tal como la suya. Sí, podrían decírselo tantas veces como quisieran, pero para ella ese no podía haber sido sólo un beso.
